La periodista Miller relata su declaraci¨®n en el 'caso Plame'
La reportera dice que "no recuerda" qui¨¦n le desvel¨® la identidad de la agente de la CIA
Judith Miller, la periodista de The New York Times que pas¨® este verano 85 d¨ªas en la c¨¢rcel por no querer revelar las fuentes de sus conversaciones sobre la filtraci¨®n que descubri¨® la identidad de una agente de la CIA, relat¨® ayer en su diario la comparecencia del pasado 30 de septiembre, durante cuatro horas, ante el Gran Jurado que se ocupa del caso.
El Gran Jurado debe determinar si hay que procesar a alguien por la fuga que revel¨® el nombre de Valerie Plame, la mujer de Joseph Wilson, el ex diplom¨¢tico que hab¨ªa negado la tesis de que N¨ªger vendi¨® uranio a Sadam Husein. Por ello, sufri¨® una campa?a de descr¨¦dito en la que, entre otras cosas, sali¨® a relucir que hab¨ªa logrado el encargo de N¨ªger gracias a que su mujer trabajaba para la CIA.
Del relato de la periodista se desprende una de las claves que explican la guerra de filtraciones: las malas relaciones entre la Casa Blanca y la CIA antes, durante y despu¨¦s de la guerra de Irak. La propia Judith Miller -un dato que arroja picante al guiso- hab¨ªa escrito art¨ªculos basados en informaci¨®n del exilio iraqu¨ª que coincid¨ªan con el an¨¢lisis de la Casa Blanca de que Irak ten¨ªa armas de destrucci¨®n masiva.
Miller escribe, en primera persona, que el fiscal especial Patrick Fitzgerald le pregunt¨® en repetidas ocasiones ante el Gran Jurado si Lewis Libby, jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, le pas¨® informaci¨®n clasificada: "Mis notas [de sus tres conversaciones con Libby] indican que antes de que Wilson publicara sus cr¨ªticas, Libby me dijo que su mujer podr¨ªa haber trabajado sobre armas no convencionales en la CIA. Mis notas no muestran que Libby identificara a la mujer de Wilson por su nombre".
La periodista insiste en que "no cree" haber escuchado el nombre de Plame a Libby: "Dije que cre¨ªa que la informaci¨®n ven¨ªa de otra fuente que me era imposible recordar". ?El vicepresidente Cheney estaba al tanto de las conversaciones entre Libby y Miller?, quiso saber el fiscal: "La respuesta fue que no". ?Discuti¨® Libby informaci¨®n confidencial con la periodista? "Creo que no, pero no puedo estar segura". ?C¨®mo trataba Libby la informaci¨®n confidencial? "Con mucho cuidado".
Miller afirma que todo el inter¨¦s de Libby era dejar claro que su jefe, Cheney, no ten¨ªa ni idea de que Wilson hab¨ªa ido a N¨ªger para verificar las acusaciones sobre el uranio. "Le cont¨¦ al Gran Jurado la frustraci¨®n y el enfado de Libby por la filtraci¨®n selectiva de la CIA y otras agencias para distanciarse de sus inequ¨ªvocos informes anteriores a la guerra (...) y traspasar la culpa a la Casa Blanca". En la segunda conversaci¨®n con Libby, el 8 de julio de 2003 -dos d¨ªas despu¨¦s de que Wilson publicara en The New York Times su art¨ªculo en el que atacaba al Gobierno-, el jefe de gabinete de Cheney se extendi¨® en sus cr¨ªticas a Wilson y a la CIA, que hab¨ªa afirmado en varias ocasiones que Irak hab¨ªa conseguido uranio en N¨ªger y que ahora estaba tratando de rectificar sus propias conclusiones.
La salida de la c¨¢rcel
La periodista explica su salida de la c¨¢rcel diciendo que se decidi¨® a declarar tras el compromiso personal de Libby -que ya hab¨ªa dado uno general, meses antes- de que la liberaba de la confidencialidad y el del fiscal Fitzgerald de que le iba a hacer preguntas s¨®lo sobre las conversaciones con Libby. "Sin estas dos garant¨ªas, no habr¨ªa declarado y seguir¨ªa en la c¨¢rcel".
El culebr¨®n de las filtraciones tendr¨¢ pronto novedades: el fiscal Fitzgerald est¨¢ en la fase final de su investigaci¨®n, y el Gran Jurado concluye su labor el pr¨®ximo d¨ªa 28. Entre los implicados, adem¨¢s de Libby, est¨¢ Karl Rove, principal asesor pol¨ªtico de George W. Bush, quien declar¨® durante m¨¢s de cuatro horas el pasado viernes. Seg¨²n su abogado, Rove, que habl¨® del asunto con otros dos periodistas -Matt Cooper, de Time, y el columnista Robert Novak-, "no ha sido informado de que sea objetivo de la investigaci¨®n y se le ha dicho que no hay a¨²n decisiones sobre las acusaciones".
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