Viaje a Sig¨¹enza con el Doncel

En el and¨¦n espera la hora de salida un tren moderno que nada hace sospechar lo que vendr¨¢ despu¨¦s. La sorpresa comienza cuando una comitiva de personajes de ¨¦poca da la bienvenida a los viajeros. Se trata del Tren Medieval, y su destino es la ciudad de Sig¨¹enza, en Guadalajara. Es una iniciativa que el Ayuntamiento de Sig¨¹enza y Regionales Renfe han puesto en marcha, y que propone una divertida y nada convencional excursi¨®n de un d¨ªa en la que se combinan teatro, historia y gastronom¨ªa. Hasta el pr¨®ximo 10 de diciembre, el Tren Medieval partir¨¢ cada s¨¢bado de la estaci¨®n de Chamart¨ªn, en Madrid, a las diez de la ma?ana. Adem¨¢s tiene paradas intermedias en Alcal¨¢ de Henares, Azuqueca de Henares y Guadalajara.

El viaje.

Es hora de partir, el tren del tiempo comienza su viaje, y empiezan a aparecer los protagonistas: do?a Blanca de Borb¨®n hace part¨ªcipes a los pasajeros de su pena al ser repudiada por su marido don Pedro I el Cruel, rey de Castilla; la mism¨ªsima Isabel la Cat¨®lica imparte orden a grandes y peque?os; el Doncel habla de las glorias y haza?as de su ¨¦poca de caballero, mientras un trovador toca la lira. A este desfile de figuras hist¨®ricas se unen una gu¨ªa tur¨ªstica y un pasajero que hacen un entretenido repaso de los escritores y personajes c¨¦lebres nacidos en las localidades por las que pasa el tren. Esta ambientaci¨®n que recrea el grupo de teatro Tragaleguas se cierra con una degustaci¨®n de dulces y vino, para abrir boca de lo que se encontrar¨¢n los visitantes al llegar a la ciudad.

Los monumentos.

Una vez en la estaci¨®n de Sig¨¹enza, los viajeros del Tren Medieval son recibidos por gu¨ªas tur¨ªsticos que les acompa?an en peque?os grupos y explican los diferentes monumentos de la localidad. Si el viaje en el tren era un paseo en el tiempo, la llegada a esta ciudad es ya una inmersi¨®n en el medievo. Lo primero que se ve es su imponente catedral, un templo fortaleza de estilo cisterciense, que se empez¨® a construir en el siglo XII. Dentro espera al visitante la famosa estatua semiyacente del Doncel, aquel noble guerrero que en realidad se llam¨® Mart¨ªn V¨¢zquez de Arce; la sacrist¨ªa de las Cabezas, una b¨®veda con cientos de cabezas y ninguna igual, trazadas por Covarrubias; las capillas, el coro, los rosetones de estilo rom¨¢nico y g¨®tico.

Un paseo.

Despu¨¦s de este curso acelerado de arte toca callejear: subir por la calle Mayor, con varias tiendas de artesan¨ªa y productos de la zona; adentrarse en el barrio medieval, con sus estrechas callejuelas; visitar la Casa del Doncel, para admirar un arco nazar¨ª; entrar en la iglesia rom¨¢nica de San Vicente M¨¢rtir; admirar las murallas, las diferentes puertas del recinto medieval. El imponente castillo que domina la ciudad fue alcazaba ¨¢rabe, y en el siglo XIV los cristianos levantaron su estructura palaciega; en ¨¦l estuvo recluida dona Blanca de Borb¨®n, reina de Castilla.

Teatro y mercado.

La visita termina en la plaza Mayor, donde hay un mercado medieval en el que los artesanos exponen variados productos. ?ste es tambi¨¦n el punto de encuentro para todos los grupos de visitantes: se anuncia un teatro callejero que no defraudar¨¢. Juglares con su inseparable lira, doncellas encerradas y caballeros andantes reaparecen para escenificar una divertida comedia, en la que hacen participar al p¨²blico como un personaje m¨¢s de la trama.

Fin de la funci¨®n, es hora de comer, y diferentes restaurantes de la ciudad conceden descuentos de un 10% en la factura al presentar el billete del Tren Medieval. El regreso en el tren, a las 18.10, promete ser tranquilo. Pero no: durante el trayecto se sortea una noche de estancia en el parador de Sig¨¹enza para dos personas.