Historiadores reunidos en el CCCB debaten sobre los pactos de la transici¨®n
Se clausura el congreso sobre el paso de la dictadura a la democracia
En qu¨¦ consistieron los pactos y a qui¨¦n corresponde el liderazgo en el dise?o y formulaci¨®n de la transici¨®n. De qu¨¦ manera se ha gestionado la memoria y el olvido del pasado tanto en ese momento como con posterioridad. Son algunas de las cuestiones que se han discutido desde el pasado jueves en el congreso La transici¨®n de la dictadura franquista a la democracia, clausurado ayer en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB).
Algunos de los debates m¨¢s interesantes se produjeron entre ponentes de varias mesas. Por ejemplo, entre Manuel P¨¦rez Ledesma, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, y el escritor Rafael Chirbes. El historiador neg¨® el pasado viernes la idea de "traici¨®n" de los l¨ªderes de los movimientos sociales en los pactos de la transici¨®n, mientras que el autor la ha defendido en las novelas La ca¨ªda de Madrid y Los viejos amigos.
P¨¦rez Ledesma destac¨® la influencia de esos movimientos en el curso de la transici¨®n. Movimientos "viejos" y "nuevos" -los movimientos obrero, feminista, pacifista, ecologista, de liberaci¨®n sexual, estudiantiles, vecinales, proamnist¨ªa- se mezclaron en una "oleada" de 1973 a 1979 "hasta conseguir el ¨¦xito pretendido: al margen de los objetivos de cada grupo, se defend¨ªa la democracia como objetivo primario", afirm¨®. "Quienes movilizaban lo hicieron por una ruptura en la que no se hablaba de monarqu¨ªa y s¨ª de responsabilidades, por lo menos de la polic¨ªa pol¨ªtica. Al final se produjo una ruptura pactada y, despu¨¦s, la desmovilizaci¨®n: no porque hubiera habido una traici¨®n de los l¨ªderes o por cansancio, sino porque se hab¨ªa alcanzado lo que se pretend¨ªa: las libertades b¨¢sicas", dijo P¨¦rez Ledesma.
Por el contrario, Chirbes afirm¨® ayer que los Pactos de la Moncloa implicaron "la expulsi¨®n del vendaval proletario de los a?os precedentes" y se mostr¨® muy cr¨ªtico con la actitud respecto de la memoria de los diversos gobiernos socialistas, y con el sentimentalismo en la narrativa sobre la Guerra Civil y el franquismo.
La recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica y el papel de los historiadores en la esfera p¨²blica y en la construcci¨®n de una memoria cr¨ªtica tambi¨¦n suscit¨® debate. A juicio de Santos Juli¨¢, de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia, "la expresi¨®n memoria hist¨®rica se est¨¢ entendiendo como acci¨®n para la reparaci¨®n moral de los vencidos", lo que sugiere que la transici¨®n implic¨® el "olvido" del pasado, y afirm¨® para rebatirlo: "Nunca se habl¨® tanto del pasado en Espa?a como en esos a?os", aunque a?adi¨® que en los a?os ochenta esta tendencia se redujo.
En una ponencia sobre las herencias del franquismo y la transici¨®n, Javier Ugarte, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, afirm¨® que en Espa?a no se ha alcanzado una visi¨®n "cr¨ªtica" del pasado, una "cultura de rechazo" a los sistemas totalitarios, algo que explica que altos porcentajes de la poblaci¨®n (el 45% seg¨²n una encuesta de 2000) consideren que la dictadura franquista tuvo elementos "buenos y malos". En el debate posterior, sobre el papel de los historiadores, Ricard Vinyes, de la Universidad de Barcelona, se?al¨® que para analizar la memoria y el olvido en las ¨²ltimas d¨¦cadas hab¨ªa que estudiar primero la Guerra Civil y el franquismo. Borja de Riquer, de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, insisti¨®: "Una cosa es la memoria y otra la historia. Nuestro papel es trabajar con rigor para enfrentarnos a la versi¨®n de la Guerra Civil que han dado los vencedores. En todo caso, habr¨ªa ahora que historiar c¨®mo se ha gestionado la memoria". Y Carme Molinero, directora del Centro de Estudios sobre las ?pocas Franquista y Democr¨¢tica, que ha organizado el congreso, a?adi¨® que es un deber c¨ªvico de los historiadores intervenir en el debate p¨²blico adem¨¢s de investigar.
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