En busca del dinosaurio vivo
?C¨®mo distinguir propuestas de humo de nuevos valores? Los editores luchan por esa f¨®rmula m¨¢gica
![Juan Cruz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F877d032c-7412-47a6-81c8-1122d036e01b.png?auth=121372c15cef935b3b2a011dc3c02ec0490deff3e62238c8ee091ee432d90f6f&width=100&height=100&smart=true)
George Gibson, un editor norteamericano de la misma firma que hace a?os se enriqueci¨® de manera fant¨¢stica con las historias de Harry Potter, consideraba el lunes ¨²ltimo, 48 horas antes de que se abriera al p¨²blico la 57? edici¨®n de la Feria del Libro de Francfort, una propuesta editorial sobre un libro en el que un autor casi desconocido aseguraba andar tras el rastro de un dinosaurio vivo.
Hasta despu¨¦s de la feria, el editor no se sentir¨¢ seguro de responder con una oferta, si lo hace. Pero durante todo el certamen a ¨¦l, y a muchos como ¨¦l, esa y otras propuestas (proposals se llaman en el lenguaje editorial) le habr¨¢n bailado en la cabeza. As¨ª que cuando esta tarde empaqueten sus compras y sus ventas, para muchos editores seguir¨¢ siendo cierto aquel cuento m¨ªnimo de Augusto Monterroso: "Cuando despert¨®, el dinosaurio todav¨ªa estaba all¨ª".
Los editores y los agentes dicen que ha entrado el realismo en el mercado
La noticia termin¨® vendi¨¦ndose como una autobiograf¨ªa verdadera del dictador cubano
Las explicaciones son directas y comparativas, y el editor no ha de responder enseguida
Una carta exige que los editores callen lo que lean sobre la corrupci¨®n en el f¨²tbol
Es una de las infinitas proposals que calientan la imaginaci¨®n de los editores y nutren las esperanzas de venta de autores y agentes. A veces son reales, responden a libros verdaderos, pero en muchas ocasiones han sido, dice una agente anglosajona, "aire caliente", nada que se evapora en la nada. Un d¨ªa, en 1992, en medio de la fiebre que tuvo Francfort, a un editor reci¨¦n llegado a la feria le gritaron: "?Hay un in¨¦dito de Cervantes!". Y se fue raudo a buscarlo.
Cuatro a?os despu¨¦s, una agente literaria espa?ola, Mercedes Casanovas, trajo a la feria una noticia bomba que luego no fue nada. Su representada norteamericana, la agente Sandra Disktra, le hab¨ªa confiado la propuesta de un ignoto autor mexicano que aseguraba haber mantenido una conversaci¨®n con Fidel Castro. La noticia tuvo tales ribetes que termin¨® vendi¨¦ndose como una autobiograf¨ªa verdadera del dictador cubano.
Casanovas vio tal reticencia en los editores a los que ofreci¨® aquella mercanc¨ªa todav¨ªa virtual que habl¨® nuevamente con Estados Unidos: "Esto parece un flop", nada, aire caliente, un dinosaurio m¨¢s. La agente principal intent¨® que el propio Fidel dijera en La Habana si hab¨ªa algo m¨¢s que nada en aquella oferta apetitosa, pero cuando acab¨® aquella edici¨®n de la feria, de esas memorias nadie quer¨ªa acordarse.
En el pasado esto ha sido as¨ª; ahora los editores y los agentes se tientan m¨¢s la ropa. Pero ha habido casos c¨¦lebres en los que ha estado primero el huevo que la gallina. Woody Allen mand¨® a decir -en tres folios- que ten¨ªa unas memorias disponibles, y sus agentes empezaron a recopilar ofertas. Como no fueron suficientes, el autor guard¨® su pluma, y hasta hoy. La retirada de Sean Connery fue m¨¢s espectacular a¨²n: dijo que las escribir¨ªa, y se lanzaron al ruedo cientos de editores y agentes que adem¨¢s eran aficionados al primer 007. Se asust¨® el irland¨¦s, y desde entonces no escribe ni art¨ªculos. Y lo mismo ocurri¨® con Jeanne Moreau, la actriz francesa: escribo, dijo, y se vendieron multitud de derechos, pero luego dijo: "Mejor no escribo". El a?o pasado la estrella -valga la redundancia- fue las memorias de Jane Fonda; pero ¨¦sta las escribi¨®.
En 1996 hubo una gran cena en Francfort, la m¨¢s grande de las cenas de la feria, y acaso la ¨²ltima en su g¨¦nero. Se presentaba Release 2.0, un libro que iba a cambiar el mundo de las comunicaciones; su autora era Esther Dyson, que aspiraba entonces a ser la presidenta global de Internet. Los agentes ten¨ªan los derechos para todo el mundo, reunieron a los posibles editores, se hicieron ofertas importantes (Ediciones B lo compr¨® para Espa?a) y cuando acab¨® la fiesta, la feria y la vida se cobr¨® su raci¨®n de realidad, ocurri¨® que el libro fue un fracaso total en Am¨¦rica, y esa grisura distingui¨® su camino en el universo al que iba a cambiar...
Fue eso, aire caliente, un acontecimiento de marketing como ha habido tantos. Ahora hay menos. Los editores y los agentes con los que hemos hablado estos d¨ªas dicen que ha entrado el realismo en el mercado. En el de la ficci¨®n, que depende tanto del gusto, ahora est¨¢ la gente muy preocupada por la novela hist¨®rica, uno las ve en todas partes. Est¨¢bamos en la francesa Robert Laffont, con su jefa de Derechos Extranjeros, Benita Ezard, y con Ana Liar¨¢s, editora de Grijalbo, y las dos miraban con admiraci¨®n un libro del nieto de Albert Camus, David Camus, Los caballeros de la Vera Cruz. Templarios, hospitalarios, islam, la Vera Cruz... Le pedimos a Ezard que nos lo vendiera: "Cl¨¢sica, fant¨¢stica; empieza como cualquier novela cl¨¢sica y acaba como El se?or de los anillos".
Las explicaciones son as¨ª, directas y comparativas, y el editor no ha de responder enseguida. Hay agentes (como la brit¨¢nica Sara Nundy, como Isabel Monteagudo, la primera que negoci¨® El C¨®digo da Vinci en Espa?a) que prefieren que "los editores duerman bien durante la feria" y que se piensen sus ofertas cuando vuelvan a sus casas, y en general ahora casi todo est¨¢ vendido y apalabrado de antemano. Jorge Herralde hab¨ªa cerrado aqu¨ª un libro del que se hablaba mucho en la feria, The name of the action, una primera novela de Jet Rubenfeld, pero eso ya no es com¨²n. La gente ve, toca, y se lo piensa.
Sobre todo en no ficci¨®n. En los noventa, nos dicen, hab¨ªa fiestas y grandes ofertas. Libros que no estaban ni verdaderamente pensados pasaban a engrosar las deudas de los editores, los porcentajes de los agentes y las cuentas pendientes de los autores. Y se escrib¨ªan o no. Como las cosas se han confundido tanto en t¨¦rminos de marketing, los agentes -y los editores que son agentes- rizan el rizo de sus propuestas para que ¨¦stas se hagan m¨¢s cre¨ªbles. Una agente persigui¨® las pasadas vacaciones a los potenciales compradores de una novela haci¨¦ndoles llegar un ejemplar a su lugar de vacaciones. Y tuvo ¨¦xito: los convenci¨®. "Pero porque el libro val¨ªa". Ya es m¨¢s dif¨ªcil vender humo. Aire caliente. Dinosaurios.
No hay f¨®rmulas m¨¢gicas para convencer. Anne-Solange Noble, que desde hace trece a?os representa en esta feria a Gallimard, como directora de sus ventas de derechos al extranjero, nos dijo su estrategia: "S¨®lo digo que una obra es maestra cuando es una obra maestra. Y cuando no es una obra maestra me limito a decir: 'Este libro te va a interesar'. Y hago algo m¨¢s: cuando me enfrento a un libro que debo vender, enseguida pienso c¨®mo convencer al que no sabe a¨²n que lo va a publicar. Y lo va a publicar, terminar¨¢ public¨¢ndolo, porque me cree". A ella le gratifica ver que un libro que le ha gustado viaja por el mundo pero, como el vino, "hay grandes libros que viajan mal, y no hay que entristecerse por eso". Ezard tiene una f¨®rmula m¨¢s audaz: "Les digo: '?Tengo un libro para ti!". Y Nundy: "Una explicaci¨®n clara, de pocas l¨ªneas, y la seguridad de que quien compra hace un negocio".
La gente quiere tocar, y leer. Se acab¨® el tiempo de la sinopsis, aunque siga habiendo papeles que resumen argumentos. La citada Liar¨¢s compr¨® un libro a partir de una sinopsis, y acert¨®, y as¨ª compr¨® tambi¨¦n el libro del nieto de Camus.
Las proposals est¨¢n en sus horas bajas; es dif¨ªcil que ahora el dinosaurio compre voluntades as¨ª como as¨ª. El editor (y periodista) brasile?o Roberto Feith refresca la memoria sobre algunas de las m¨¢s sonadas. Suelen venir con cartas que exigen confidencialidad, y en el caso de la que acompa?¨® a la propuesta de las memorias de Bill Clinton, era mucho m¨¢s breve que las cl¨¢usulas que conten¨ªa la carta. La proposal dec¨ªa: "El presidente Clinton escribir¨¢ sus memorias". Tan breve como el cuento de Monterroso.
Y hace dos a?os se obligaba a los editores a trasladarse a California para firmar in situ el compromiso de confidencialidad sobre un libro que iba a revolucionar el cambio de la ordenaci¨®n del tr¨¢fico en el mundo... Y en esta feria ha circulado una carta de confidencialidad que exige que los editores callen lo que lean sobre la corrupci¨®n en el f¨²tbol, objeto de un libro que quiz¨¢ duerma luego como el dinosaurio... Y a¨²n m¨¢s: un autor de cierta buena reputaci¨®n asegura haber descubierto el verdadero origen del Renacimiento...
Pero la historia que m¨¢s ha asombrado en los ¨²ltimos tiempos a los editores, en Francfort y en el mundo, es la que trata de un ¨¦xito com¨²n y casi contempor¨¢neo: el de Harry Potter (J. K. Rowling) y el de El C¨®digo da Vinci (Dan Brown). Ofrecemos aqu¨ª dos relatos sobre ambos ¨¦xitos.
En primer lugar, Da Vinci, una historia espa?ola. Sanford J. Greenberg, los agentes norteamericanos del autor, le enviaron un manuscrito a Internacional Editors, sus subagentes en Espa?a. ?stos ya hab¨ªan negociado, sin ¨¦xito, dos t¨ªtulos del propio Brown, Digital Fortress y ?ngeles y demonios. El C¨®digo da Vinci les lleg¨® a los agentes espa?oles poco antes de la feria de 2002... Nada m¨¢s llegar a la ciudad alemana, las responsables de la agencia, Maru de Monteagudo e Isabel Monteagudo, recibieron una nota de inter¨¦s de Ediciones B, y sucesivamente ellas hicieron circular la idea de que este Dan Brown parec¨ªa ofrecer mucho inter¨¦s... En Estados Unidos empezaron a crecer las ofertas por el libro, y la cadena de librer¨ªas Barners and Noble lleg¨® a pedir una tirada especial de cerca de 300.000 ejemplares...
La historia editorial est¨¢ llena de desintereses que matan, y eso pas¨® en Espa?a con el libro tan vendido de Dan Brown... Se lo qued¨® finalmente Urano, frente a una oferta de Plaza & Jan¨¦s, y la puja no se deshizo por mucho m¨¢s de 10.000 d¨®lares... Vendido en Espa?a, surgi¨® una oferta extraordinaria de Italia, que pag¨® por el mismo libro 250.000 d¨®lares, y a los agentes norteamericanos se les encendieron las bombillas... El ¨¦xito del libro (2.500.000 ejemplares en Espa?a) ya se conoce en todo el mundo, y ya se sabe que la nueva obra del mismo autor (cuyo agente en Espa?a ahora ya no es Internacional Editors sino M¨®nica Mart¨ªn) la publicar¨¢, en una fecha a¨²n secreta, la editorial Planeta...
La buena suerte, de ?lex Rovira, y de Fernando Tr¨ªas de Bes, que vino aquel a?o 2002 entre los manuscritos de Isabel Monteagudo, ha corrido con una fortuna similar a la que registra su t¨ªtulo... Vendido por 6.000 euros, ya est¨¢ siendo traducido a 37 lenguas... ?C¨®mo ha sido eso? Porque le gust¨® a la agente norteamericana, porque el japon¨¦s lo consider¨® imprescindible, y as¨ª sucesivamente. ?Y el origen de la venta? Dice Maru de Montserrat: "Que nos cre¨ªmos el libro". El libro, por cierto, es una f¨¢bula (como las de Monterroso) que concluye diciendo que el entusiasmo, el compromiso, la no postergaci¨®n, la no obcecaci¨®n, mueve monta?as... "El camino te da suerte". Quiz¨¢ sirva para el mundo editorial propiamente dicho.
Y, ahora, una historia holandesa. El editor holand¨¦s Jaco Groot ("s¨®lo publico lo que soy capaz de leer") nos cont¨® su suerte con Harry Potter, de cuyo primer libro ya vendi¨® m¨¢s de cuatro millones de ejemplares. Antes de publicarse en el Reino Unido el volumen que abri¨® la serie, ley¨® una entrevista con la se?orita Rowling. Contaba la ahora famosa estrella de la narrativa m¨¢gica que hab¨ªa trabajado como voluntaria en Amnist¨ªa. "?Como mi mujer!", dijo Jaco. Y pidi¨® el libro a los editores de Bloomsbury, que se han hecho de oro con el mago de gafas redondas. "Toma, l¨¦elo, es de tu compa?era en Amnist¨ªa". Cuando acab¨® de leer el libro, la esposa de Jaco le grit¨®: "Aunque no sea de tu l¨ªnea literaria, si no lo publicas eres un zoquete". Lo public¨®, claro. Ahora Jaco bendice a Harry Potter, a su mujer y a Amnist¨ªa Internacional. Y se ha demostrado a s¨ª mismo que no es un zoquete.
Como George Gibson bendecir¨ªa al dinosaurio si fuera verdad lo que le dicen en la propuesta en la que le aseguran que ese nuevo libro desconocido lo va a cubrir de oro.
Pero un dinosaurio vivo ya parece estar s¨®lo en el famoso cuento de Monterroso.
![Asistentes a la feria pasean por la instalaci¨®n levantada por la Enciclopedia Brockhaus.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RUSMHP4DXBRYSZI5XQ3UXZKERQ.jpg?auth=07e679021e6bb454cd4b3985952fefdc338cef3abd7501eae757d77d89fcadb5&width=414)
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