La coleccionista de estrellas
Katrina Bayonas maneja la carrera de algunas de las m¨¢s grandes actrices del cine espa?ol. ?sta es la historia de una inglesa hija de actores que, desde cero, cre¨® una impresionante factor¨ªa de int¨¦rpretes. EPS ha logrado reunir a 14 de sus estrellas en una sesi¨®n irrepetible.
Pen¨¦lope Cruz cuenta que la chispa salt¨® una tarde de 1990, a la salida del cine madrile?o donde se proyectaba ?tame, de Pedro Almod¨®var. Ten¨ªa 15 a?os. Trabajaba de modelo, estudiaba danza y a¨²n iba al colegio. Y quer¨ªa comerse el mundo. "No s¨¦ c¨®mo me dejaron entrar a la pel¨ªcula, porque era una cr¨ªa, pero sal¨ª fascinada. Decid¨ª que quer¨ªa ser actriz y trabajar con Almod¨®var. Y soy muy terca. Pero antes necesitaba un representante. Yo no sab¨ªa lo que era un casting. No hab¨ªa hecho ni un papel. Me hablaron de Katrina. Hac¨ªa unas pruebas. Y me present¨¦".
Katrina Bayonas ten¨ªa 39 a?os. Y una extensa e irregular carrera como secretaria, agente de prensa, localizadora de exteriores, directora de casting y representante a la vieja usanza: "Iba a las productoras los s¨¢bados para cobrar en efectivo". Hija de actores brit¨¢nicos. Pareja de directores latinos. Katrina Bayonas conoc¨ªa todos los secretos de la industria. Pero no ten¨ªa un duro. Necesitaba un golpe de suerte. Su embri¨®n de agencia, creada en 1974, contaba con un pu?ado de grandes int¨¦rpretes como H¨¦ctor Alterio y Emilio Guti¨¦rrez Caba. Y alg¨²n secundario de lujo. Pocos clientes, mucha dedicaci¨®n y escasa facturaci¨®n. Y dos hijos que alimentar. "A finales de los ochenta, el cine pasaba una crisis tremenda. No trabajaba nadie. Bueno, trabajaban los mismos de siempre. Los productores no se arriesgaban. No se han arriesgado nunca. 'Que se equivoque otro', piensan. Estaba a punto de cerrar mi oficina. Pero en 1988 se me ocurri¨® crear Caras Nuevas, unas pruebas anuales para descubrir j¨®venes que tuvieran, al menos, tres a?os de estudios esc¨¦nicos. La idea era invertir tiempo y energ¨ªa en ellos. Formar una cantera de gente con talento. En 1990, en la segunda edici¨®n, apareci¨® Pen¨¦lope".
"En 1990, Pen¨¦lope Cruz era una ni?a lista, con pasi¨®n, las ideas claras y algo misterioso que enganchaba a la c¨¢mara"
"Hay que saber decir 'no'. Una carrera de actriz se construye con los trabajos que haces y con los que rechazas"
"La primera vez que fui con Pe a Los ?ngeles pagamos mi billete a medias y me hosped¨¦ en el hotel m¨¢s barato"
?C¨®mo la recuerda? "Una ni?a lista, con pasi¨®n, las ideas claras y algo misterioso y fascinante que enganchaba a la c¨¢mara. Y estaba dispuesta a seguir por cojones el camino que hab¨ªa elegido". ?C¨®mo recuerda Pen¨¦lope a Katrina? "Me impresion¨®. Con su acento ingl¨¦s y esos ojos? Ten¨ªa car¨¢cter; era clara, directa, daba ca?a; me gust¨®. Yo sab¨ªa lo que quer¨ªa. Soy cabezota. Y ella tambi¨¦n. Hemos tenido muchas broncas". Katrina Bayonas no lo niega: "Pen¨¦lope era una adolescente dispuesta a todo. A¨²n hoy, para convencerla, hay que tener argumentos muy s¨®lidos. Entonces yo no ten¨ªa mucho que decir en su carrera: ella tomaba todas las decisiones. Y tuvimos confrontaciones".
Dos mujeres tercas y excesivas. El primer choque de trenes se produjo el d¨ªa que se conocieron. Pen¨¦lope no super¨® la prueba para ingresar en el grupo de actores Caras Nuevas. "Katrina me puso una escena de Casablanca. No era un papel para m¨ª, con 16 a?itos, y lo hice fatal. Me cabre¨¦ much¨ªsimo y le ped¨ª que me dejara repetir. La segunda vez tampoco me sali¨® bien. Volvi¨® a rechazarme. Me dijo que preparara otra cosa. Y me invent¨¦ una escena, con toda mi mala leche, llorando de rabia. Y esa vez, s¨ª, me eligi¨® entre 300 actores y actrices". "Le hice tres pruebas, pero es que no era una ni?a corriente; si no, la habr¨ªa mandado directa a la calle. Estaba muy verde, pero tuve una intuici¨®n. Y no me equivoqu¨¦, aunque estuve un a?o y medio para conseguirle su primer papel. Pero al final no me equivoqu¨¦", recuerda Bayonas.
Lo dice con orgullo. Otros lo confirman. "Katrina tiene o¨ªdo, vista y olfato para detectar una buena interpretaci¨®n", explica Juan Carlos Corazza, actor y profesor de actores que ha formado (y entrena antes de cada pel¨ªcula) a Javier Bardem y la mayor¨ªa de la escuder¨ªa Bayonas. "Katrina est¨¢ al acecho; investiga, estudia, descubre. Se cri¨® en un escenario y posee ese instinto para percibir la sutileza de una buena interpretaci¨®n. Respeta el proceso creativo. Y tiene el coraje de criticar abiertamente lo que no le gusta".
El c¨®ctel Bayonas: ternura y rigor con sus actores e irreductibilidad con los productores: los que pagan sus sueldos, de los que un 15% viaja en direcci¨®n al bolsillo de Katrina. (Seg¨²n fuentes de la industria, una actriz espa?ola de primera fila cobra 120.000 euros por pel¨ªcula en nuestro pa¨ªs. Pen¨¦lope Cruz es otra historia).
"Soy inflexible en la protecci¨®n de mis representados. El actor se debe limitar a interpretar; del resto, de enterarse de los proyectos, leer los guiones (que son los planos del edificio), la prensa, la imagen, los contratos, los asuntos legales, buscarles la ropa, me ocupo yo. Yo defiendo su imagen. A la productora le puede venir bien que una actriz salga en la prensa del coraz¨®n para vender la pel¨ªcula. Yo me niego. No nos aporta nada. La productora puede pretender, para ahorrar, que la actriz vaya al rodaje en una furgoneta abarrotada de gente fumando porros, y por ah¨ª no paso, porque para interpretar necesita concentraci¨®n e intimidad. No es esnobismo, es dignidad. Y ah¨ª surgen los choques con las productoras".
"Ella es la 'mala', y para nosotros eso es bueno", resume M¨®nica Cruz, hermana de Pen¨¦lope y actriz en ciernes. "Dicen que Katrina es un tibur¨®n, pero en el cine es lo mejor que te pueden llamar", analiza la actriz Najwa Nimri. "A m¨ª siempre me dice que sea m¨¢s puta".
-?Y eso qu¨¦ quiere decir?
-Pues eso, que sea m¨¢s puta.
Katrina Bayonas ama la tramoya. No lo puede evitar. Naci¨® en un escenario. Sus padres eran los actores brit¨¢nicos James Liggat ("encantador, alcoh¨®lico y mal¨ªsimo int¨¦rprete") y Lorraine Clewes ("distante, sobreactuada y exitosa"). De ni?a, hija ¨²nica, conoci¨® el brillo y las estrecheces de los teatros londinenses de posguerra. A los 10 a?os ya trabajaba avisando a los actores para que entraran en escena. Y como apuntadora. El conocimiento profundo de la profesi¨®n le lleg¨® unos a?os m¨¢s tarde, cuando su padre se convirti¨® en director de casting del m¨ªtico director estadounidense Stanley Kubrick, al que compondr¨ªa los repartos de todas sus pel¨ªculas, desde Lolita (1962) hasta El resplandor (1980). Al lado de Jimmy Liggat, Katrina aprender¨ªa c¨®mo se puede levantar una pel¨ªcula a base de grandes actores desconocidos. "Un director de casting tiene que buscar al buen¨ªsimo actor consagrado, pero tambi¨¦n le tiene que dar al director caras que a ¨¦l nunca se le hubieran ocurrido. Pel¨ªculas como El Bola o D¨ªas contados, sin estrellas, arrasaron en taquilla porque ten¨ªan grandes actores. Eso es un buen casting. Mi padre ten¨ªa sus actores fetiche, y con todos ellos hizo La naranja mec¨¢nica, de Kubrick, en 1971".
-?C¨®mo era Kubrick?
-Insoportable. Volv¨ªa loco a su equipo. Durante el rodaje de Barry Lyndon, el director de arte tuvo que ser internado con un ataque de nervios. Llamaba a mi padre siempre de madrugada. No le daba tregua. Le ped¨ªa que le confeccionara un reparto incluso antes de tener el gui¨®n, porque as¨ª lo escrib¨ªa con los actores en la cabeza. Con mi padre comprend¨ª los problemas que se suscitan entre el director de una pel¨ªcula, el responsable del casting y los representantes de los actores. Los tiras y aflojas. Cuando sonaba el tel¨¦fono en casa, mi padre me dec¨ªa: "Si es un agente, he salido". Y cuando ahora llamo a un director, para que vea a una de mis actrices, y me responden que no est¨¢, me acuerdo de mi padre. E insisto".
"?Fama de dura? En mi carrera hay un antes y un despu¨¦s de Pen¨¦lope. Su ¨¦xito cambi¨® mi vida totalmente. En lo profesional, pude arriesgarme con gente nueva, con actores desconocidos; en lo personal, me compr¨¦ una casa en Los ?ngeles. Y a veces viajo en primera. Y percibo cierto respeto en el mundo del cine. Lo malo es que la gente comenz¨® a decir que soy dura. Y eso es nuevo. No s¨¦ qu¨¦ quieren decir. Yo no s¨¦ pedir para m¨ª, pero s¨¦ pedir para mis actores. Exijo para mis actores. Y el ¨¦xito de mis actores me ha tra¨ªdo amores y odios en la industria".
Que con s¨®lo permanecer unas horas a su lado son f¨¢ciles de detectar. Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. Ese productor que se acerca sonriente, adulador, besuc¨®n, est¨¢ en proceso de contrataci¨®n de una de las actrices que representa Katrina Bayonas. "Y antes de firmar el contrato me trata como a una reina". Unos minutos m¨¢s tarde, en el restaurante del lujoso hotel Mar¨ªa Cristina, ning¨²n miembro del equipo de Obaba, la pel¨ªcula que protagoniza Pilar L¨®pez de Ayala, una de sus representadas, mueve un m¨²sculo ante la presencia de Katrina Bayonas, que entra en el sal¨®n altiva, pelo pajizo y enormes gafas ahumadas de Ferr¨¦. Nadie se levanta. Ni un saludo. No se inmuta: "Siempre es as¨ª. Mientras negocias, eres la mejor persona del mundo, sobre todo cuando a los productores no les llega el dinero y buscan un acuerdo para completar el cach¨¦ de tu actriz.
-?Por ejemplo?
-Que reciba un tanto por ciento de la taquilla. En una pel¨ªcula espa?ola en la que trabajaban tres de mis representados, la productora no ten¨ªa dinero y les pag¨® un sueldo muy peque?o, pero llegamos a un acuerdo para que los actores recibieran un mill¨®n de pesetas extra por cada 100 de taquilla. La pel¨ªcula fue un ¨¦xito. Y los tres se forraron. Eso se hace cada vez m¨¢s. Luego hay pel¨ªculas en las que est¨¢s dispuesto a cobrar menos, pero que te interesan por el gui¨®n o el director. En Espa?a, cualquier cosa que hagan Almod¨®var, Amen¨¢bar, Medem? Y luego hay productoras que se aprovechan directamente de tu situaci¨®n de debilidad: cuando ruedas tu primera peli en Estados Unidos te pagan lo m¨ªnimo.
-?Y la televisi¨®n?
-Est¨¢ dando de comer a los actores, pero es peligrosa; hay que cortar a tiempo. Espanta a los directores de cine. A Alicia Borrachero, que es nuestra Meryl Streep, no la llaman del cine. Y es un lujo que se pierden. Se crea un c¨ªrculo vicioso: no te llaman del cine porque trabajas en televisi¨®n, y trabajas en televisi¨®n porque no te llaman del cine.
-?Y la publicidad?
-Se puede cargar la imagen de una actriz. No es cuesti¨®n de si es un perfume o un detergente. Lo que importa es el gui¨®n. La publicidad de Coca-Cola en EE UU, en la que Pen¨¦lope sale eructando, ha sido fundamental, porque le ha dado al p¨²blico americano una imagen m¨¢s desenfadada de ella. Tambi¨¦n es importante la de Ralph Lauren, que nos permiti¨® trabajar con el fot¨®grafo Bruce Weber. Pero siempre hay que negociar duro.
Katrina Bayonas dice que los representantes son el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la industria cinematogr¨¢fica. Reciben palos por todos los lados. Son puenteados por los directores y productores, que llaman directamente a los actores. Y los tratan como a simples empleados. Son seres solitarios. Rodeados de celos y recelos. Sobre los que pende esta sentencia: "El ¨¦xito de un actor es m¨¦rito suyo; el fracaso, culpa de su agente".
En Espa?a han cobrado poder a medida que nuestro cine (y principalmente la televisi¨®n) adquir¨ªa m¨²sculo. Y los actores demandaban un abanico m¨¢s amplio de servicios por parte de sus representantes. Hoy, la verdadera misi¨®n de un agente es construir la carrera de un actor. Una mezcla de padre, asesor, portavoz, administrador, abogado, psic¨®logo, colch¨®n y pa?o de l¨¢grimas. En nuestro pa¨ªs hay una veintena (la mitad, mujeres) en la primera divisi¨®n que no est¨¢n coordinados (hace unos a?os crearon una asociaci¨®n de representantes art¨ªsticos que dur¨® "cinco minutos") y mantienen unas relaciones tormentosas. Basta con presenciar el tenso momento en que a Katrina Bayonas le niega el saludo otra de las m¨¢s importantes agentes de actores de Espa?a, Alsira Garc¨ªa Maroto (representante de Leonor Watling, Ic¨ªar Bolla¨ªn o Candela Pe?a), d¨ªas despu¨¦s de la marcha de una de sus actrices, Natalia Verbeke, en direcci¨®n a la oficina de su rival.
Bayonas dice, compungida, no haber movido un dedo para fichar a Verbeke: "No ha sido un robo, nunca se lo habr¨ªa hecho a Alsira". Una fuente de la industria confirma su defensa: "Nadie ha abducido a Natalia Verbeke. Ha sido una decisi¨®n de ella. Son cosas que pasan en la profesi¨®n. A Katrina tambi¨¦n la dejaron Jordi Moll¨¤ y Trist¨¢n Ulloa, a los que hab¨ªa criado. Los actores vienen y van".
Arrebatar los actores a la competencia es una pr¨¢ctica habitual entre los escualos de Hollywood. Aqu¨ª, todo es m¨¢s na?f. Los representantes espa?oles no tienen ni de lejos el dominio de la industria de sus colegas americanos o franceses. En Estados Unidos son un poder f¨¢ctico. Una mafia. Para un actor o actriz es imposible triunfar en el cine americano, acudir a castings, acceder a los guiones, si no se pertenece a agencias como CAA (Creative Artists Agency), que cuenta con 1.200 clientes, entre ellos Tom Hanks, Tom Cruise, Brad Pitt, Angelina Jolie o la misma Pen¨¦lope Cruz. En Francia, Artm¨¦dia tiene 600 clientes del nivel de Isabelle Adjani, Gerard D¨¦pardieu o Catherine Deneuve, e impone las reglas. Y los salarios. "Los productores necesitan nombres conocidos en sus pel¨ªculas y series de televisi¨®n para conseguir audiencia, y la llave la tienen los agentes. Y ponen cach¨¦s cada vez m¨¢s elevados", afirmaba recientemente el rotativo franc¨¦s Le Monde.
En Espa?a, algunas voces del cine atribuyen a Katrina Bayonas esa imagen de poder y soberbia. Otras critican la falta de ¨¦tica de que haya simultaneado su labor de representante con la de directora de casting (con la consiguiente tentaci¨®n de colocar a sus pupilos). La tachan de exc¨¦ntrica y neur¨®tica. Capaz de tomarse un caramelo Sugus de plato ¨²nico en el mejor restaurante de Los ?ngeles. "Estaba a r¨¦gimen", se defiende. Son m¨¢s los que hablan de ella con respeto. "Ha hecho mucho por los actores", dice un director. "Ha descubierto m¨¢s gente que nadie", afirma un productor. "Ha trabajado como una perra", define una productora. Los tres exigen anonimato.
Desde cero, con esfuerzo e intuici¨®n, y a partir del ¨¦xito de Pen¨¦lope Cruz, Katrina Bayonas ha logrado concentrar en Kuranda, su agencia, a 70 de los actores y actrices con m¨¢s talento de este pa¨ªs. Muchos, a trav¨¦s de los castings de Caras Nuevas: Alicia Borrachero (1991), Jordi Moll¨¤ (1991), Najwa Nimri (1994), Joel Joan (1995), Marta Etura (2001), Clara Segura (2002). Sin olvidar adquisiciones for¨¢neas como Geraldine Chaplin o Monica Bellucci. Catorce de esas actrices, tres generaciones distintas, protagonistas de todas (todas) las pel¨ªculas y series de televisi¨®n en rodaje o proyecci¨®n en nuestro pa¨ªs, han hablado para este reportaje.
No ha sido f¨¢cil. En realidad ha sido muy dif¨ªcil. Marta Etura lo hizo desde Argentina, donde rueda a las ¨®rdenes de Juan Jos¨¦ Campanella; Najwa Nimri, mientras compraba ropa a su hijo de un a?o; Clara Lago, haciendo las maletas para irse a estudiar un a?o en Estados Unidos; Lola Due?as y Pen¨¦lope Cruz, durante un descanso del rodaje de Volver, la ¨²ltima pel¨ªcula de Almod¨®var; Elena Anaya, en camino hacia el Festival de Venecia; Irene Visedo y Diana Palaz¨®n, en los rodajes de Hospital Central y Cu¨¦ntame; Leticia Dolera, estudiando en Par¨ªs; Alicia Borrachero, a punto de parir. As¨ª sucesivamente.
?Su juicio? Todas coinciden en que Katrina es luchadora, vital y en¨¦rgica. Obsesionada por que sus chicas estudien, se reciclen, se machaquen el ingl¨¦s. Directa y transparente, especialmente en sus cr¨ªticas. No se guarda cartas en la manga. "No te puedes ir a la cama pensando que tu agente no lleva bien tu carrera", sentencia Pilar L¨®pez de Ayala, "debes tener confianza absoluta". Katrina Bayonas recalca: "Aqu¨ª el dinero no es lo m¨¢s importante. Una carrera de actriz se construye tanto con los trabajos que haces como con los que rechazas".
Y ah¨ª todas resaltan que Katrina es una especialista en decir no. "Algo que nosotras somos incapaces de hacer, es algo muy violento", asegura Pilar L¨®pez de Ayala. "Yo tengo un ritmo lento de trabajo, y Katrina me lo respeta. No me obliga a que haga cosas que no me apetecen para ganar su 15%, recalca L¨®pez de Ayala, que desde su ¨¦xito en Juana la Loca ha rechazado decenas de guiones. "Es mi ritmo". Elena Anaya comparte la opini¨®n de su compa?era de agencia: "Yo nunca hago televisi¨®n y publicidad. Y no le he visto a Katrina ese colmillo afilado de los agentes de ganar hasta el ¨²ltimo euro a cambio de quemar tu carrera. Para ella, esto no es una cuesti¨®n de pasta. Para ella, esto es una carrera de fondo".
A la mayor¨ªa de las 14 actrices les cuesta definir la relaci¨®n que mantienen con su representante. Unas la definen como un noviazgo: "Que debe funcionar por ambas partes". Ninguna habla de amistad. Las m¨¢s j¨®venes destacan el lado profesional. Son m¨¢s fr¨ªas en sus juicios. Quiz¨¢ la conocen menos. Las m¨¢s veteranas, el lado humano. Y la enorme importancia de Katrina Bayonas en el desarrollo de su carrera art¨ªstica. Najwa Nimri y Elena Ayala la definen como "una segunda madre". "No te vas con ella de marcha, pero siempre est¨¢ ah¨ª para escucharte". Pen¨¦lope Cruz reconoce que "lo que empez¨® siendo una relaci¨®n profesional se ha transformado en algo entra?able".
Lo que ninguna niega es que Katrina Bayonas se ha dejado el pellejo por ellas. "En estos a?os no he tenido tiempo para otra cosa, ni para echarme novio". Ha acosado a directores. Ha acosado a directores de casting. Ha acosado a productores. Ha movido todos los hilos para conseguir los mejores guiones antes que ning¨²n otro agente. Y si una pel¨ªcula no la ha podido hacer una de sus chicas, ha apostado por la siguiente de la lista. Por la nueva generaci¨®n. Y todo queda en Kuranda. "A veces, Katrina nos ofrece papeles de segunda mano que otra de sus chicas no ha podido o no ha querido hacer, y lo coges con la misma ilusi¨®n. Tonter¨ªa, la justa. Como actriz no puedes estar sufriendo por trabajar y por no trabajar", explica Irene Visedo, protagonista de la serie televisiva Cu¨¦ntame.
La lucha por colocar a sus chicas ya es historia del cine. Su primer triunfo fue conseguir para una desconocida Pen¨¦lope Cruz el papel protagonista en Belle ¨¦poque (1992), que recibir¨ªa el Oscar a la mejor pel¨ªcula en lengua no inglesa. El trampol¨ªn de ambas. No fue sencillo: el director, Fernando Trueba, no quer¨ªa a Pen¨¦lope Cruz: "Fernando ten¨ªa la referencia de la Pen¨¦lope putita de Jam¨®n, jam¨®n, de Bigas Luna, y no la ve¨ªa en el papel de la virginal Luz de Belle ¨¦poque", recuerda Bayonas. Y me empe?¨¦ y le mand¨¦ a Fernando una prueba de Pe en v¨ªdeo sin que ¨¦l supiera qui¨¦n era esa chica". "Hice una escena maravillosa, fue uno de esos d¨ªas que se te aparece un ¨¢ngel", recalca Pen¨¦lope Cruz. Cuando Trueba vio el v¨ªdeo, comprendi¨® que ese papel era para ella.
?M¨¢s ejemplos? El acoso al que someti¨® a Alejandro Amen¨¢bar para que Najwa Nimri, una actriz que s¨®lo hab¨ªa trabajado a las ¨®rdenes de Daniel Calparsoro y en la que pocos confiaban, consiguiera el papel de Nuria en Abre los ojos. Y, a continuaci¨®n, su empe?o de que protagonizara Los amantes del c¨ªrculo polar (1998), de Julio Medem. O que una novata Elena Anaya de 18 a?os colara como adolescente en ?frica, de Alfonso Ungr¨ªa. O que las mismas Najwa y Anaya saltaran al estrellato internacional con Luc¨ªa y el sexo, de Medem. O que Jordi Moll¨¤ abandonara su imagen de actor de perfil bajo hasta acometer proyectos como el rodaje de Blow, en Estados Unidos, el comienzo de una importante carrera internacional.
Sus actrices mandan hoy en Espa?a. Y el mercado exterior se ha convertido en el siguiente reto de Katrina Bayonas en busca de trabajo (y la gloria) para sus chicas. Y para ella misma. "Mercados m¨¢s grandes, con industrias m¨¢s potentes y en los que se te abre un abanico de posibilidades", asegura Bayonas.
El primer round del asalto internacional fue tambi¨¦n Belle ¨¦poque. Durante los Oscar de 1993, Katrina Bayonas recibi¨® en el hotel m¨¢s barato de Los ?ngeles ("costaba 32 d¨®lares la noche; no ten¨ªa un duro, tuvimos que pagar mi billete de avi¨®n entre Pen¨¦lope y yo") las ofertas de los agentes que ya pugnaban por representar en Estados Unidos a la nueva estrella latina: Pen¨¦lope Cruz. Katrina consigui¨® a uno de los mejores: Brandt Joel, que lleva, por ejemplo, los asuntos de Demi Moore. Y comenz¨® a labrarse un nombre en Hollywood. Despu¨¦s llegar¨ªa el desembarco de Elena Anaya y Najwa Nimri en Estados Unidos gracias al ¨¦xito internacional de Luc¨ªa y el sexo. Y m¨¢s tarde, el de Pilar L¨®pez de Ayala y Leticia Dolera. Hoy, el teatro de operaciones se ha extendido un poco m¨¢s con Lola Due?as rodando en Francia, Pen¨¦lope Cruz en Italia, Elena Anaya en Australia y Marta Etura en Argentina. Todo marcha. Misi¨®n cumplida.
El s¨¢bado que estas 14 actrices se juntaron en Madrid para fotografiarse en torno a su representante, Katrina Bayonas no sab¨ªa nada. Era una sorpresa. Una especie de homenaje de sus chicas. Todas supieron guardar el secreto. Las primeras en llegar fueron las m¨¢s j¨®venes. Estaban nerviosas. Y dieron buena cuenta del inmenso repertorio de trajes de noche reunidos por Ren¨¦e L¨®pez de Haro. M¨¢s tarde aterrizaron las consagradas. Y fue la locura. Hubo momentos de crisis: todas se cambiaron una y mil veces de ropa. M¨®nica Cruz sud¨® hasta verse con su Valentino rojo y Najwa Nimri hasta gustarse con su melena negra. Todas quer¨ªan ser las m¨¢s guapas de la fotograf¨ªa. Sin embargo, si se les mentan los celos profesionales, ninguna se da por aludida. "Eso no se pregunta".
La ¨²ltima en llegar fue Katrina, acompa?ada de Pen¨¦lope Cruz, que actu¨® de gancho y se qued¨® con el ¨²ltimo vestido disponible: un Dior estampado. Bayonas a¨²n tard¨® unos segundos en darse cuenta de lo que estaba pasando. No entend¨ªa nada. ?Qu¨¦ hac¨ªan all¨ª sus chicas? Por una vez perdi¨® la flema inglesa. Y se emocion¨®.
"Y cuando me espabil¨¦ y las vi a todas juntas, impresionantes, vestidas de noche, a esas pedazo de actrices, a tres generaciones, me sent¨ª orgullosa. De verdad. Nunca lo habr¨ªa imaginado. Era el gran momento de mi vida".
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