De verdad, ?sabe el Gobierno decir "no"?
Una consecuencia lateral de la algarab¨ªa generada por la reforma del Estatuto de Catalu?a es la aparici¨®n de numerosos conflictos corporativos, en forma de paros patronales, que el Gobierno no puede resistir so pena de incrementar la ya muy alta tensi¨®n pol¨ªtica. No parece casual el momento elegido por transportistas, pescadores, agricultores -y lo que llega-, dado que el precio de los hidrocarburos est¨¢ creciendo sin parar durante todo el a?o. La coyuntura elegida es la de mayor debilidad del Ejecutivo.
?D¨®nde acabar¨¢n estas demandas? No ha habido un minuto de calma para el Ejecutivo. Aparentemente arreglado el paro de los transportistas saltaron las cofrad¨ªas de pescadores. Y sin soluci¨®n de continuidad, las distintas organizaciones agrarias han empezado sus movilizaciones parciales y amenazan con un paro general para finales de noviembre, si no se les concede lo que piden. El ruido de nuevos conflictos en otros sectores intensivos en el uso de los hidrocarburos no hace m¨¢s que crecer.
El esquema es el siguiente: tras la petici¨®n insoslayable de ayudas se paralizan los centros neur¨¢lgicos de la actividad econ¨®mica, los mercados se desabastecen (incluidos los de alimentos), se reduce la movilidad de los ciudadanos, lo que incrementa la alarma social y, finalmente, se inician negociaciones in extremis que devuelvan la normalidad perdida. Tras lo cual el Ejecutivo cede a buena parte de las pretensiones de los sectores objetivamente angustiados por el espectacular aumento de sus costes. En general, las exigencias son de la misma familia: en lo inmediato, reducci¨®n de impuestos y aumento de subvenciones; a medio y largo plazo, establecimiento de mesas para analizar los problemas de cada sector. Los demandantes tratan exclusivamente de su problema, sin considerar que lo que exigen sea coherente con el conjunto de la pol¨ªtica econ¨®mica y sin analizar si lo que consiguen va en perjuicio de otros. El que no llora, no mama.
La negociaci¨®n de hace unas semanas con los transportistas (un sector de amplia tradici¨®n en la desestabilizaci¨®n pol¨ªtica de gobiernos, generalmente de izquierdas) fue un desgraciado precedente. Involucrar en la misma el impuesto sobre hidrocarburos, el c¨¦lebre c¨¦ntimo sanitario que aplican algunas comunidades para paliar sus enormes d¨¦ficit en los sistemas de salud, fue un paso atr¨¢s. Poco antes, el Gobierno hab¨ªa tenido que discutir la financiaci¨®n sanitaria de las autonom¨ªas en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera. Facilitar que las comunidades no apliquen el c¨¦ntimo sanitario a cambio de otras f¨®rmulas todav¨ªa nebulosas de ingresos es un retroceso en la costosa pedagog¨ªa de la corresponsabilidad fiscal. Se trataba de quitarse un inc¨®modo problema coyuntural que afectaba a un sector concreto, pero se ha creado otro, estructural, que sufrir¨¢ el conjunto de la ciudadan¨ªa.
Los pescadores negociaron mientras sus barcos bloqueaban los puertos, imped¨ªan la llegada normal de alimentos y de piezas industriales, y paralizaban el transporte de viajeros por mar. En cuanto obtuvieron el incremento del 58% en la subvenci¨®n al gas¨®leo, fueron relevados por los agricultores. ?stos no se han andado con chiquitas: mientras los tractores iniciaban la protesta, el secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, principal organizaci¨®n del sector, se declaraba dispuesto a "sacar los tractores a la calle y parar este pa¨ªs", si las negociaciones no terminaban bien. El representante de otra organizaci¨®n anunciaba "acciones m¨¢s contundentes".
Cada negociaci¨®n de este tipo estimula movilizaciones futuras. No parece una metodolog¨ªa acertada vincular las ayudas al precio de los carburantes, teniendo en cuenta que ese precio (y tambi¨¦n la oferta) mantienen m¨¢s incertidumbre que nunca en los mercados de futuros. La vicepresidenta de Gobierno, Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, ha dicho que ante las propuestas este Gobierno es dialogante, pero ante las amenazas es un Gobierno firme.
Pero ?de verdad alguien se ha planteado detenerse y decir "no" si creen que hay que decir "no"?
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