Una anciana, herida al ceder el suelo de su ba?o y caer al piso de abajo
La vivienda estaba siendo rehabilitada para reforzar las vigas
Ramona Villanueva, de 79 a?os, s¨®lo quer¨ªa coger un cepillo de dientes. Por eso se dirigi¨® despreocupada al cuarto de ba?o, olvidando que el suelo de esta parte de su piso, en la calle de la Costanilla de San Andr¨¦s, 8, estaba en obras. Nada m¨¢s pisar el solado, Ramona se precipit¨® al piso de abajo. Tuvo que ser rescatada, entre los escombros, por los bomberos. El Samur la traslad¨® a la cl¨ªnica de la Concepci¨®n, donde anoche permanec¨ªa ingresada con pron¨®stico reservado. Los t¨¦cnicos ya hab¨ªan advertido a Ramona de que no pod¨ªa entrar en el ba?o.
A esa misma hora, las 10.40 de la ma?ana, Diana Tourn¨¦, de 43 a?os, le¨ªa, tambi¨¦n despreocupada, un libro en el sal¨®n del piso inferior al de Ramona. Su hija Irene, de 15 a?os, dorm¨ªa pl¨¢cidamente. De repente, Diana sinti¨® un estruendo. "Como si el techo se estuviera derrumbando", pens¨®. Irene se despert¨®.
Entonces oyeron gritos de lamento. Proven¨ªan de uno de los dormitorios de la vivienda, donde nadie dorm¨ªa. "?Ay¨²denme, que me he ca¨ªdo! ?Llamen a mi hijo, por favor!". La vecina del 4? C, Ramona Villanueva, de 79 a?os, yac¨ªa en el suelo del dormitorio, entre escombros, atrapada por una escalera met¨¢lica que se alzaba en el interior del dormitorio de la casa de Diana.
En el techo de la vivienda se distingu¨ªa un agujero de un metro cuadrado aproximadamente, y a trav¨¦s de ¨¦l se escuchaba al marido de Ramona, Juan Rodr¨ªguez, de 77 a?os, intentando tranquilizarla: "Tranquila, Ramona, que ya vienen a ayudarte, no te pongas nerviosa, que ya llegan".
Juan Rodr¨ªguez no pod¨ªa bajar a ayudar a su esposa, porque se encontraba en una silla de ruedas. Hac¨ªa 15 d¨ªas que le hab¨ªan operado, seg¨²n explic¨® ayer su hijo, Francisco Rodr¨ªguez. Juan se hab¨ªa ca¨ªdo y se hab¨ªa roto la cadera.
Juan y Ramona hab¨ªan pasado unos d¨ªas fuera de su vivienda por la operaci¨®n de ¨¦l. Al volver del hospital, hace dos semanas, encontraron que la comunidad de vecinos hab¨ªa comenzado las obras de restauraci¨®n del inmueble, una vivienda de m¨¢s de 100 a?os. Aunque los t¨¦cnicos les hab¨ªan advertido de que no pod¨ªan entrar en el ba?o de la casa, Ramona necesitaba el cepillo de dientes. A causa de la operaci¨®n de su esposo no sigui¨® las obras, por lo que intent¨® acceder al cuarto de ba?o al ver que el suelo ya estaba colocado. Sin embargo, la obra -que inclu¨ªa el cambio de las vigas del edificio- no estaba terminada.
"Lloraba todo el tiempo"
Cinco minutos m¨¢s tarde del derrumbe, los bomberos sacaban a Ramona de su casa en una camilla. Seg¨²n explicaron las vecinas, ella no perdi¨® la consciencia en ning¨²n momento. "La pobre lloraba todo el tiempo. Dec¨ªa que su marido Juan no pod¨ªa valerse por s¨ª mismo. Era lo ¨²nico que le preocupaba", explica Diana Tourn¨¦, la vecina del tercero.
Los sanitarios tardaron diez minutos en llegar y trasladaron a la herida a la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, donde anoche permanec¨ªa ingresada. Fuentes del Samur explicaron que al introducirla en la ambulancia se quejaba de dolor lumbar y presentaba diversas contusiones.
En la puerta de la casa, abrigado con una cazadora vieja, Juan esperaba la llegada del Samur Social para que le trasladaran a casa de su hijo Francisco. El Samur consider¨® una emergencia el caso de Juan, dado que no pod¨ªa valerse por s¨ª mismo y necesitaba que alguien le trasladase. Dos horas despu¨¦s de lo ocurrido, flanqueado por algunos familiares, todav¨ªa temblaba de los nervios y el susto. No pod¨ªa contener el llanto: "Mi mujer... Pobrecita, ?c¨®mo estar¨¢?", se lamentaba tap¨¢ndose la cara.
"Sab¨ªan que no pod¨ªa entrar en el ba?o ni en las habitaciones del fondo, pero tiene casi 80 a?os. Ya sabe c¨®mo son las personas mayores de cabezotas. Le parecer¨ªa que ya estaba arreglado todo. No les ten¨ªan que haber dejado entrar en la casa hasta que no estuviera terminada", se quejaba Luis de la Oliva, un amigo de la familia.
En el portal se apilaban ayer sacos de cemento. En un contenedor de escombros de obra se pod¨ªan ver las vigas podridas de madera que se estaban sacando de la estructura de las viviendas. Seg¨²n explicaron los bomberos, adem¨¢s, la estructura derrumbada estaba muy debilitada porque en la madera hab¨ªa humedad. Diana, la inquilina del tercero, confirm¨® esta versi¨®n: "Toda la reforma comenz¨® a ra¨ªz de una gotera". Y a?adi¨® con un vaso de tila entre las manos: "Afortunadamente no ha sido nada. Pero el susto ya no nos lo quita nadie".
Faltaba el forjado
La rehabilitaci¨®n que estaban haciendo en el piso de Ramona Villanueva y Juan Rodr¨ªguez no estaba terminada. Por eso el suelo cedi¨®.
La obra consist¨ªa en cambiar las viejas vigas de madera,algunas podridas, por otras nuevas. Una vez sustituidas, se unen con viguetas o puntales y sobre ¨¦stos se pone el suelo. Los alba?iles llevaban un par de semanas trabajando en esta casa y en la de abajo. Durante este tiempo hab¨ªan prohibido a los inquilinos pasar al fondo de la casa, donde estaba el ba?o.
Ramona, al ver que el suelo estaba puesto, crey¨® que la obra estaba acabada, pero faltaba el forjado de viguetas y puntales que conformar¨ªa la estructura del suelo en la mitad de la estancia. Por eso, cuando la mujer, de complexi¨®n fuerte, pis¨® el ba?o, el firme cedi¨® bajo su peso.
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