Prevenci¨®n del c¨¢ncer: la dieta s¨ª importa
Las primeras evidencias cient¨ªficas en poblaciones humanas de la relaci¨®n de la dieta con el c¨¢ncer provienen de estudios de hace 50 a?os, que mostraron que los hijos de las poblaciones que emigraron de Jap¨®n y China a EE UU y Australia, que ten¨ªan tasas relativamente bajas de c¨¢ncer de mama, de pr¨®stata y de colon, adquir¨ªan tasas altas pr¨®ximas a la poblaci¨®n de adopci¨®n, sugiriendo el efecto causal de factores ambientales como la dieta. Desde entonces, se han realizado cientos de estudios epidemiol¨®gicos. Una parte importante de estos estudios han proporcionado evidencias consistentes, pero otros han mostrado resultados inconsistentes y a veces contradictorios.
La medici¨®n de la dieta se hace generalmente con un error considerable, que lleva a subestimar el efecto de la misma y, dado que el proceso de formaci¨®n de un c¨¢ncer es muy largo, la dieta relevante es la de 15 o m¨¢s a?os antes del diagn¨®stico del tumor, lo que en la mayor¨ªa de estudios no es posible medir. Los medios de comunicaci¨®n se hacen eco a veces de conclusiones de estudios aislados donde se refieren resultados milagrosos de ciertos alimentos, que luego no se confirman, generan expectativas frustradas y desacreditan a investigadores y cient¨ªficos.
Durante a?os se desarroll¨® una estrategia incorrecta destinada a identificar alimentos o nutrientes individuales que tuvieran un gran efecto, como el caso del beta-caroteno contenido en las frutas y verduras, que llev¨® a realizar estudios experimentales en humanos con suplementos vitam¨ªnicos en los que se gastaron millones de d¨®lares, que mostraron no s¨®lo que no era beneficioso, sino que podr¨ªa ser perjudicial. El proceso es m¨¢s complejo de lo que se pensaba, porque la dieta est¨¢ integrada por un conjunto muy amplio de componentes que interaccionan entre s¨ª y con otros factores ambientales, metab¨®licos y de susceptibilidad gen¨¦tica, favoreciendo o protegiendo la aparici¨®n de tumores. Hay que usar marcadores bioqu¨ªmicos y valorar un conjunto muy amplio de investigaciones, combinando los resultados de m¨²ltiples estudios (meta-an¨¢lisis) para disponer de una evidencia m¨¢s s¨®lida.
A finales de 1990 se publicaron varios informes en Inglaterra, Francia y EE UU que sintetizaron la evidencia acumulada, entre ellos el informe de un panel de expertos mundiales (WRCF & AICR, 1997) que concluy¨® que, a trav¨¦s de modificaciones beneficiosas en el consumo de alimentos y nutrientes, el consumo de alcohol, el peso corporal y la actividad f¨ªsica, se podr¨ªan prevenir entre el 29% y el 40% de los tumores malignos. A pesar de que subsisten a¨²n importantes incertidumbres, hay evidencias convincentes sobre varios grupos de alimentos. Las frutas y verduras representan el grupo alimentario m¨¢s importante en la protecci¨®n contra el c¨¢ncer.
A pesar de que en el mundo occidental el efecto es posiblemente m¨¢s d¨¦bil del que se esperaba, existe una evidencia convincente de que el alto consumo de frutas y verduras disminuye el riesgo del c¨¢ncer de la cavidad oral y faringe, del es¨®fago y del est¨®mago, y de que el alto consumo de frutas reduce el riesgo de c¨¢ncer de pulm¨®n y un alto consumo de vegetales reduce el riesgo del c¨¢ncer colorectal. Probablemente, el alto consumo de frutas y verduras reduce el riesgo de c¨¢ncer de laringe, p¨¢ncreas y vejiga urinaria, pero no modifica el riesgo de c¨¢ncer de mama y de c¨¢ncer de pr¨®stata.
El efecto de la fibra diet¨¦tica ha sido un motivo de controversia, especialmente porque los estudios en EE UU (donde el consumo de fibra alimentaria es bajo) han dado resultados negativos, pero un amplio estudio prospectivo europeo (EPIC) ha mostrado recientemente un claro efecto protector frente al c¨¢ncer colorectal.
Hay fuertes evidencias sobre el efecto de las carnes rojas frescas y procesadas. Un reciente meta-an¨¢lisis estim¨® un exceso de riesgo de aproximadamente un 30% de c¨¢ncer de colon y recto para el alto consumo de carne procesada y carnes rojas, concluyendo que del 10% al 25% de los tumores colorectales podr¨ªa atribuirse al consumo de carne roja en pa¨ªses con alto consumo. Otro meta-an¨¢lisis mostr¨® un aumento del riesgo del 17% para el c¨¢ncer de mama. Probablemente, aumentan tambi¨¦n el riesgo de c¨¢ncer g¨¢strico y de es¨®fago. La relaci¨®n del consumo de grasas saturadas y el c¨¢ncer de mama fue motivo de una famosa controversia en la literatura m¨¦dica, pero la evidencia m¨¢s reciente proviene de otro meta-an¨¢lisis que mostr¨® un 19% de aumento del riesgo para el grupo con el nivel m¨¢s alto de consumo.
En los ¨²ltimos a?os se ha aportado una evidencia convincente del aumento de riesgo de c¨¢ncer asociado a la obesidad, ligada generalmente a un alto consumo de alimentos ricos en hidratos de carbonos refinados e inactividad f¨ªsica. La obesidad est¨¢ asociada a un aumento de riesgo de c¨¢ncer de mama en mujeres posmenop¨¢usicas, de c¨¢ncer de colon y recto, de c¨¢ncer de endometrio, de tumor de c¨¦lulas renales y de adenocarcinoma de es¨®fago. Entre un cuarto y un tercio de estos tumores podr¨ªan deberse a la obesidad.
Recordemos, adem¨¢s, que existe una evidencia convincente de que la alta ingesta de alcohol aumenta el riesgo de c¨¢ncer de la cavidad oral y faringe, de la laringe, del es¨®fago, del h¨ªgado, de la mama y, probablemente, del c¨¢ncer de colon y recto, y que el excesivo consumo de alimentos preservados en sal aumenta el riesgo de c¨¢ncer g¨¢strico y de nasofaringe.
Todos estos datos demuestran el enorme impacto sobre la salud p¨²blica, tanto salvando vidas humanas como economizando recursos, que pueden tener las estrategias de prevenci¨®n del c¨¢ncer mediante la promoci¨®n de una dieta saludable. La magnitud del efecto de la dieta es comparativamente peque?a en relaci¨®n a otros factores, pero como toda la poblaci¨®n est¨¢ expuesta a la dieta, la proporci¨®n de casos de c¨¢ncer atribuibles a la dieta es muy alta. Parece, pues, evidente que merece una atenci¨®n prioritaria por parte de la Administraci¨®n, tanto en la investigaci¨®n como en la aplicaci¨®n de medidas preventivas.
Carlos A. Gonz¨¢lez Svatetz es m¨¦dico epidemi¨®logo del Instituto Catal¨¢n de Oncolog¨ªa (ICO).
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