Aqu¨ª hay poes¨ªa
Si a usted le desagrad¨® Las horas, la anterior novela de Michael Cunningham, por sus pomposas pretensiones o por su banalidad monocorde disfrazada de gran tragedia intelectual, tal vez le irrite tambi¨¦n la ¨²ltima novela del escritor norteamericano, pero no ser¨¢ por las mismas razones. En D¨ªas memorables Cunningham ha repetido la f¨®rmula narrativa que us¨® en Las horas y que consist¨ªa en entreverar tres relatos, pero poco m¨¢s. Aqu¨ª no se van alternando las tres historias, sino que se suceden; aqu¨ª hay cierta unidad de lugar (D¨ªas memorables rinde un conmovedor homenaje a Nueva York); aqu¨ª el sufrimiento y las dem¨¢s pasiones aparecen representadas con un vigor y una delicadeza asombrosos.
D?AS MEMORABLES
Michael Cunningham
Traducci¨®n de Miguel Mart¨ªnez-Lage
El Aleph. Barcelona, 2005
384 p¨¢ginas. 18 euros.
El primer relato, digno de Dickens, se desarrolla en el Lower East Side de Manhattan en la segunda mitad del siglo XIX y tiene por protagonista a Lucas, un ni?o deforme y enfermo de 12 a?os que sustituye a su hermano Simon, muerto en accidente laboral, en el puesto de trabajo que ¨¦ste ha dejado vacante. Lucas, que habla pose¨ªdo por la voz de Walt Whitman, se sacrificar¨¢ para salvar a la que fue novia de su hermano, Catherine. En La cruzada de los ni?os, la segunda historia, la protagonista Cat es una psic¨®loga negra que trabaja para la polic¨ªa de Nueva York atendiendo las llamadas de posibles terroristas. Enfrentada a un peque?o convertido en terrorista suicida, Cat terminar¨¢ por salvar al ni?o de s¨ª mismo y de la locura que le ha sido inoculada con una interpretaci¨®n perversa de Walt Whitman. En el ¨²ltimo relato el protagonista, Simon, es un androide que se fuga de Nueva York (a estas alturas un parque tem¨¢tico) en busca del libre albedr¨ªo que se le neg¨® cuando fue dise?ado.
Cunningham ha reunido tres relatos soberbios, sobre todo los dos primeros, con momentos de tensi¨®n verdaderamente magistrales. As¨ª las cosas tal vez no sea de recibo preguntarse qu¨¦ une a estas tres historias, aparte de algunos detalles recurrentes como los nombres de los protagonistas, un cuenco que aparece en todas, o los sacrificios de los personajes. La poes¨ªa es una, dijo Arist¨®teles, y basta para aunar lo disparejo.
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