Las multinacionales miran a Pek¨ªn

La entrada de Telef¨®nica en el capital de China Netcom Corp. marca un giro en las inversiones de las empresas espa?olas en la nueva f¨¢brica del mundo, hasta ahora protagonizada por llaneros solitarios de capital familiar y tama?o medio. Seg¨²n los expertos, llega la hora de las multinacionales espa?olas, que miran m¨¢s all¨¢ de Latinoam¨¦rica. Los sectores energ¨¦tico y financiero est¨¢n en primera l¨ªnea.

La apuesta inversora en China hab¨ªa sido residual. Suman 300 las compa?¨ªas que han puesto un pie en ella, a menudo con una mera oficina comercial; poca cosa, frente a las 10.000 empresas estadounidenses. Toda la inversi¨®n acumulada en el gigante asi¨¢tico roza los 500 millones de euros, pese a que, hasta 2007, China exime del impuesto de sociedades durante dos a?os a las empresas extranjeras con beneficios, y reduce su pago a la mitad en los tres a?os siguientes.

Desde Interchina, que ha asesorado al 70% de la inversi¨®n espa?ola en el pa¨ªs, Eduardo Morcillo pronostica que 2006 ser¨¢ "un punto de inflexi¨®n cr¨ªtico" en la inversi¨®n, aunque los "riesgos operativos para las empresas pueden aumentar en cuestiones como la seguridad jur¨ªdica, la propiedad intelectual o la reducci¨®n de los m¨¢rgenes comerciales, ya que las empresas chinas compiten ya con las extranjeras que han penetrado en su mercado". Y existan otras barreras de entrada. "El idioma y la cultura local pesan m¨¢s que los problemas estrictamente econ¨®micos", explica Amadeu Jensana, responsable del estudio China: perspectivas econ¨®micas y crecimiento.

El proceso inversor espa?ol arranc¨® en los ochenta, cuando un pu?ado de visionarios -las catalanas Agrolimen, Panrico, Nutrexpa, Chupa Chups y la hasta ahora asturiana Alsa- vieron la oportunidad china. En los noventa se inaugur¨® un flujo continuado de inversi¨®n -de media, unos ocho millones- que llevaron empresas familiares con un negocio de hasta 500 millones. A la industria agroalimentaria catalana se sum¨® la industria pesada y semipesada de los vascos. Fue el momento de Mondrag¨®n, que ha creado todo un parque empresarial en el pa¨ªs.

En el ¨²ltimo lustro, la lluvia de industrias ligeras y semiligeras ha disparado el n¨²mero de inversores, con una facturaci¨®n peque?a -25 millones de media, protagonizada por jugueteros, textiles e industriales del calzado, seg¨²n Interchina-, desembolsos modestos y socios locales. Esta ola de inversores sufre la presi¨®n de los productos chinos en los mercados internacionales y se ve obligada a producir en el competitivo gigante asi¨¢tico, donde el sueldo medio es de 1,1 euros por hora, frente a 9,8 euros en Espa?a o 28 euros en EE UU, seg¨²n la empresa auxiliar del autom¨®vil Ficosa, presente en China. Adem¨¢s, la jornada laboral es m¨¢s amplia: 1.960 horas al a?o (1.890 en EE UU y 1.730 en Europa).

La apuesta de Telef¨®nica supone un salto cuantitativo y cualitativo: paga de 524 millones por el 5% de la operadora china y, algo inusual, logra un puesto en el consejo de administraci¨®n, para Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez-Pallete. Se espera que Telef¨®nica arrastre a proveedores. Y mientras, la banca constata que su escasa presencia "disloca la cadena de valor", dijo hace poco a sus accionistas el presidente del BBVA, Francisco Gonz¨¢lez.

Hoy, Espa?a compra ocho veces m¨¢s a China de lo que le vende, y arrastra un d¨¦ficit de 7.335 millones. Las empresas espa?olas exportan, en primer lugar, componentes de automoci¨®n (s¨®lo el 0,6% de las ventas al exterior espa?olas se dirigen al pa¨ªs asi¨¢tico, poco m¨¢s de 1.100 millones de euros). Las chinas exportan a Espa?a equipos de telecomunicaciones, inform¨¢tica y electrodom¨¦sticos, por delante de los consabidos juguetes o textiles, por valor de 8.500 millones.

El Gobierno ha declarado a China, con sus 1.300 millones de habitantes y una econom¨ªa creciendo a ritmos inimaginables en Occidente del 9%, "mercado prioritario". Por ello, destinar¨¢ 575 y 115 millones, respectivamente, a apoyar el comercio bilateral y la inversi¨®n en aquel pa¨ªs. Fuentes del Ministerio de Industria recomiendan al empresario espa?ol que inviertan en China con una visi¨®n diferente a la habitual. Por ahora no podr¨¢n optar a las privatizaciones o a negocios regulados.