Las dos Espa?as
Estamos hoy viendo campa?as medi¨¢ticas en Espa?a que intentan movilizar a las poblaciones espa?olas y catalanas, enfrent¨¢ndolas una contra otra, con fines electorales y partidistas. Las derechas, con el nacionalismo espa?ol, centralista y uniformizador que les caracteriza, est¨¢n encabezando un movimiento catalanof¨®bico que encuentra su m¨¢xima expresi¨®n en la COPE, la emisora de la Iglesia espa?ola, que est¨¢ incitando al conflicto civil entre dos partes de Espa?a. Junto a la COPE, est¨¢ el partido nacionalista conservador, el Partido Popular, heredero del bando vencedor de la Guerra Civil (que se autodefini¨® entonces como "el bando nacional"), que est¨¢ tambi¨¦n intentando movilizar a la poblaci¨®n espa?ola en contra de la voluntad de la gran mayor¨ªa de los representantes de la poblaci¨®n en Catalu?a. Otras instituciones conservadoras espa?olas como la Monarqu¨ªa y el Ej¨¦rcito est¨¢n tambi¨¦n apoyando esta campa?a, acentuando la necesidad de mantener "la unidad de Espa?a", como si tal unidad estuviera amenazada por las propuestas surgidas de la mayor¨ªa del Parlament de Catalunya.
En Catalu?a, las fuerzas nacionalistas catalanas conservadoras tambi¨¦n se est¨¢n movilizando en la promoci¨®n de su ideario, continuando as¨ª la labor realizada durante los ¨²ltimos 23 a?os, en los que dominaron la cultura pol¨ªtico-medi¨¢tica del pa¨ªs a trav¨¦s de los medios p¨²blicos de informaci¨®n de la Generalitat (la televisi¨®n y la radio p¨²blica catalanas). Instrumentalizaron dichos medios, satur¨¢ndolos con profesionales pr¨®ximos a su ideario nacionalista, los cuales contin¨²an teniendo gran influencia en tales medios, defendiendo ahora su permanencia en ellos alegando, parad¨®jicamente, la necesidad de que tales medios de informaci¨®n y persuasi¨®n sean independientes del poder pol¨ªtico. Un ejemplo, entre muchos otros, de esta movilizaci¨®n en los medios p¨²blicos de la Generalitat fue el programa de debate ?gora, dirigido por Ramon Rovira (que fue director de informativos de la televisi¨®n catalana durante el Gobierno nacionalista conservador), que hace unas semanas (10 de octubre) se centr¨® en el an¨¢lisis de c¨®mo Espa?a (definida en la promoci¨®n de tal programa como "Madrid") respond¨ªa al Estatut propuesto por el Parlamento catal¨¢n. Mientras que los periodistas catalanes invitados al programa eran Enric Sopena, de la COM, y Josep Maria Brunet, de La Vanguardia, los que representaban a los medios de informaci¨®n espa?oles fueron, sin embargo, el director de los servicios informativos de la COPE, Ignacio Villa, y otra periodista de ultraderecha de Telemadrid, Encarnaci¨®n Curry Valenzuela. Estos dos ¨²ltimos, con sus declaraciones incendiarias, movilizaron a grandes sectores de la audiencia telespectadora que enviaron una avalancha de mensajes de protesta en contra de Espa?a, identificando ¨¦sta con la COPE. Hubiera sido m¨¢s justo y menos inflamatorio que se hubiera invitado como representantes de los medios de informaci¨®n no catalanes a profesionales como, por ejemplo, I?aki Gabilondo, que hubiera presentado otra visi¨®n muy distinta, de clara simpat¨ªa hacia el Estatuto de Catalu?a. Fue el periodista de la COPE, sin embargo, el que se present¨®, siendo ¨¦sta la emisora m¨¢s citada por los nacionalistas catalanes, asumiendo err¨®neamente que son las ¨²nicas voces que se oyen en Espa?a. Este supuesto ha motivado que varios articulistas nacionalistas catalanes hayan criticado en ocasiones a los articulistas e intelectuales espa?oles, no s¨®lo por no haber defendido a Catalu?a ante este ataque de catalanofobia, sino incluso por no hablar a favor de que se discuta tal proyecto de Estatut en las Cortes, acusaci¨®n que traduce no s¨®lo en malicia, sino tambi¨¦n ignorancia. En realidad, hoy en el resto de Espa?a existen muchas voces y fuerzas pol¨ªticas (amplios sectores del PSOE y la gran mayor¨ªa de Izquierda Unida) que est¨¢n defendiendo el derecho de que se debata el Estatut en las Cortes Espa?olas, adem¨¢s de apoyar gran n¨²mero de sus propuestas, realidad ignorada en la mayor¨ªa de los medios p¨²blicos de informaci¨®n y persuasi¨®n de Catalu?a, donde las voces de izquierda -tanto catalanas como espa?olas- contin¨²an siendo claramente minoritarias.
Desde Getafe, Madrid, hasta Andaluc¨ªa, pasando por muchas partes del territorio espa?ol, hay hoy un debate sobre la definici¨®n de Espa?a en la que amplios secto-res de las izquierdas est¨¢n intentando recuperar una visi¨®n plurinacional y popular de Espa?a, distinta y opuesta a la visi¨®n dominante de la Espa?a centralizadora y asfixiante de la diversidad. Aparecen as¨ª, de nuevo, las dos Espa?as que se hab¨ªa asumido err¨®neamente (por muchos autores como Santos Juli¨¢, el fallecido Javier Tusell y otros) que hab¨ªan desaparecido a partir de la mal llamada Reconciliaci¨®n Nacional. ?sta hab¨ªa reproducido la visi¨®n de Espa?a del bando vencedor de la Guerra Civil que ahora amplios sectores de las izquierdas espa?olas est¨¢n cuestionando. De ah¨ª que varias voces del nacionalismo espa?ol centralista, como el dirigente del Partido Popular Josep Piqu¨¦, se hayan lamentado de que los vencidos en aquel conflicto no hayan aceptado todav¨ªa el resultado de la Guerra Civil, quej¨¢ndose de que deseen conseguir ahora lo que no consiguieron entonces. Piqu¨¦ se equivoca porque los republicanos espa?oles lo consiguieron, ya que la Espa?a plurinacional, existente durante la Rep¨²blica, fue derrotada no en las urnas, sino por un golpe militar del cual las fuerzas conservadoras espa?olas se beneficiaron y contin¨²an benefici¨¢ndose. La cuesti¨®n es, pues, no la unidad de Espa?a, sino la redefinici¨®n que los nacionalismos espa?oles y catalanes est¨¢n dificultando. Hoy, Catalu?a, Galicia y el Pa¨ªs Vasco son naciones donde la mayor¨ªa del electorado es de izquierdas (aunque el Pa¨ªs Vasco contin¨²a gobernado por un Gobierno tripartito con mayor¨ªa de derechas), y lo mismo ocurre en Espa?a. Ser¨ªa un enorme error que sectores de las izquierdas espa?olas continuaran aferrados a esta visi¨®n centralista de Espa?a dividiendo a sus clases populares. La necesaria solidaridad entre las clases populares de las distintas naciones y los pueblos de Espa?a puede realizarse dentro de una Espa?a plurinacional, recuperando el proyecto que se inici¨® durante la II Rep¨²blica y que el fascismo interrumpi¨®.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la UPF.
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