Sigilo

Acaba de tocar en el Museo del Louvre y en prestigiosos clubes de jazz europeos, pero el paso por Espa?a de Vinicius Cantu¨¢ria ha vuelto a ser sigiloso. No estar¨ªa mal recordar que entre quienes han trabajado con este brasile?o exiliado voluntario en Brooklyn se encuentran desde Arto Lindsay, Marc Ribot o Brad Mehldau hasta David Byrne, Ryuichi Sakamoto y Caetano Veloso.

Tir¨® del disco anterior, Horse and fish, aunque acaba de publicar Silva. As¨ª que empez¨® con Prociss?o, antigua canci¨®n de Gilberto Gil -que ya hab¨ªa grabado en el directo Live: Skirball Cultural Center y para el disco de los Intercontinentales de Bill Frisell-, en una versi¨®n tan extensa como lib¨¦rrima. Con espacio para la improvisaci¨®n. Porque no puede decirse que los cuatro hagan jazz en sentido estricto, pero s¨ª que improvisan m¨¢s que muchos m¨²sicos de jazz.

En el men¨² hay melod¨ªas inspiradas, atm¨®sferas et¨¦reas, sonidos trabajados. M¨²sica de climas y no de solos. Y varios niveles de escucha.

Proporciona una pista fiable saber que Antonio Carlos Jobim -tocaron S¨® dan?o samba, Este seu olhar y Ligia- es una referencia. Las otras: Miles Davis, Chet Baker y Bill Evans.

Se suele definir como new bossa, pero ser¨ªa m¨¢s certero llamarla nueva samba. En la bater¨ªa est¨¢ el inconmensurable Paulo Braga, toda una invitaci¨®n a saborear las sutilezas del instrumento; la trompeta so?adora es cosa de Michael Leonhart, y el bajo, para un sobrio Socolow.