Espa?a, repescada
La selecci¨®n empata en Bratislava con un gol de Villa y consigue una plaza para el campeonato alem¨¢n
El hurac¨¢n se qued¨® en lluvia fina. El anunciado tumulto en las gradas no pas¨® de dulces pitidos de gente amable. La defensa de Eslovaquia tuvo la textura del membrillo y sus delanteros no consiguieron un disparo hasta el minuto 35. Fue obra de Krajcik y el bal¨®n se march¨® a unos diez metros por encima del larguero de Casillas, en direcci¨®n noroeste. Mal asunto para una selecci¨®n que deb¨ªa desatar una tempestad de goles para conseguir revertir el resultado de la ida. Buena noticia para Espa?a, que por fin dio por enterrado un a?o aciago y se clasific¨® oficialmente para el Mundial de Alemania del pr¨®ximo verano.
El 5-1 del Calder¨®n concedi¨® a Espa?a un partido tranquilo. Luis Aragon¨¦s hab¨ªa avisado sobre un rival dispuesto a salir revolucionado. No fue el caso. A los diez minutos el sentimiento que desprend¨ªan los jugadores espa?oles era de autocomplacencia. Agrupados en el medio campo alrededor de Xabi Alonso, Xavi y Baraja, los espa?oles se apropiaron de la pelota y la movieron de banda a banda con armon¨ªa. El ¨²nico factor disonante fue el que a?adi¨® Antonio L¨®pez regalando dos balones al contrario. El lateral del Atl¨¦tico no se coloc¨® bien para recibir y Hlinka lo apret¨® con ¨¦xito. Pero los contragolpes eslovacos no tardaron en revelar la verdad: Espa?a estaba ante un equipo desahuciado.
ESLOVAQUIA 1 - ESPA?A 1
Eslovaquia: Contofalsky; Zabavnik, Skrtel, Kratochvil, Durica; Krajcik, Hlinka, Hodur (Holosko, m. 46), Gresko (Cech, m. 77); Nemeth (Frodrek, m. 82) y Vittek.
Espa?a: Casillas; Salgado, Pablo, Puyol, Antonio L¨®pez; Baraja, Xabi Alonso, Xavi (Sergio Ramos, m. 73), Vicente; Ra¨²l (Morientes, m. 64) y Torres (Villa, m. 60).
Goles: 1-0. M. 50. Holosko marca dentro del ¨¢rea tras un rechace. 1-1. M. 71. Baraja da un pase en profundidad a Morientes y ¨¦ste asiste a Villa para que remate sobre la salida del portero.
?rbitro: Markus Merk (Alemania). Amonest¨® a Durica.
Unos 20.000 espectadores en el estadio Tehlne Pole. Luis Aragon¨¦s descart¨® para este partido a Juanito, Reyes y Del Horno.
Agrupados en torno a Alonso, Xavi y Baraja, los de Luis movieron la pelota con armon¨ªa
Los eslovacos en ning¨²n momento desataron una tormenta contra la defensa espa?ola
Durante la fase ordinaria de clasificaci¨®n, Eslovaquia hizo carrera cerr¨¢ndose atr¨¢s y lanzando a un delantero a pescar. Ayer se requer¨ªa el plan contrario. El t¨¦cnico local situ¨® a Vittek en punta y lo rode¨® de una guardia de rematadores a pocos metros: Nemeth movi¨¦ndose entre l¨ªneas por el medio, Krajcik haciendo lo mismo por la derecha, y Hodur con Gresko en la segunda oleada. El despliegue fue desmantelado por la defensa espa?ola, apoyada ayer por Xabi Alonso. En ning¨²n momento se percibi¨® ansiedad o preocupaci¨®n en Puyol y Pablo, firmes en el medio, ni en Casillas, que estuvo muy seguro en las jugadas m¨¢s amenazadoras de Eslovaquia en el primer cuarto: dos c¨®rners.
El partido se torci¨® definitivamente en una acci¨®n de Ra¨²l. El delantero se aprovech¨® de un error del central eslovaco Skrtel, le rob¨® la pelota y se qued¨® solo ante el portero. Era gol o gol. Pero la pelota se le fue pegada al palo derecho. El tanto habr¨ªa tenido un efecto trascendental: habr¨ªa sido el inicio del Madrid-Bar?a del pr¨®ximo s¨¢bado. Pero no. Espa?a sigui¨® en la repesca un rato m¨¢s, pero ahora totalmente convencida de que la defensa que ten¨ªa delante estaba destartalada y, a partir de ah¨ª, Espa?a se entreg¨® a los particularismos. El equipo se dispers¨® en intentos individuales por llegar al gol. Jug¨® mal, pero eso era lo de menos, al parecer. Como el rival no carburaba, cada intento de desbordar estaba llamado al ¨¦xito. Cada regate de Vicente desequilibraba, cada control de Torres desataba el p¨¢nico, cada llegada de Ra¨²l terminaba en remate. El portero eslovaco, Contofalsky descolg¨® un c¨®rner tan mal que le dej¨® la pelota a Xabi Alonso para que rematara a bocajarro. Su disparo sali¨® rechazado y Antonio L¨®pez y Pablo lo intentaron sin ¨¦xito, todos metidos en el ¨¢rea chica. El episodio sirvi¨® para recordar que Espa?a no es Brasil. En esta selecci¨®n los goles no llegan alegremente.
Dos ocasiones cantadas de Torres confirmaron la regla: bal¨®n fuera y bal¨®n alto. El barro, tal vez, favoreci¨® las imprecisiones. Las suelas de las botas se cargaban de grumos que imped¨ªan una buena adherencia al campo. No par¨® de llover y el bal¨®n bot¨® de cualquier manera. Las condiciones meteorol¨®gicas persistieron en el segundo tiempo, contribuyendo a empantanar el partido. Cosa mala para el espect¨¢culo pero buena para los jugadores espa?oles. Desestimado el esfuerzo por molestar a Contofalsky, los muchachos se dedicaron a marear la pelota, dando rienda suelta a la exasperaci¨®n local.
Fue en ese periodo cuando Holosko alegr¨® a su p¨²blico con un izquierdazo ajustado al palo izquierdo de Casillas. El gol calent¨® a la grada pero no cambi¨® la fisonom¨ªa del partido. Espa?a sigui¨® jugando a controlar el centro del campo y dejar que pase el tiempo. Entonces Luis inici¨® la rueda de cambios y dosificaciones: salieron Ra¨²l y Fernando Torres y entraron Morientes y Villa. Los reci¨¦n llegados no tardaron en demostrar que conocen el negocio: entre los dos se las arreglaron para meter un gol. El gol de Villa que call¨® a la gente, resignada ante la autoridad del equipo clasificado para Alemania 2006.
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