La sentencia de Atutxa
Tras leer la columna de Javier Mina del pasado lunes en torno a la sentencia que absolvi¨® de un presunto delito de desobediencia a los ex parlamentarios Atutxa y Kn?rr y a Kontxi Bilbao, me animo a precisarle algunos conceptos. La sentencia, entra de pleno en el fondo del asunto. El tribunal justifica su fallo en el hecho de que los imputados operaron sobre una cuesti¨®n parlamentaria muy relevante: la defensa de la autonom¨ªa de esta instituci¨®n. A continuaci¨®n destaca que no tomaron sus decisiones "producto de su invenci¨®n", sino respaldados por informes jur¨ªdicos y antecedentes que avalaban contundentemente las tesis que sosten¨ªan. En definitiva, los encausados ten¨ªan razones m¨¢s que sobradas para entender que el Tribunal Supremo obr¨® en este caso fuera de su jurisdicci¨®n. Adem¨¢s actuaron conforme a derecho y est¨¢n protegidos por el estatuto de la inviolabilidad dise?ado, precisamente, para proteger la independencia de los parlamentarios.
La Ley de Partidos nada dice respecto a la disoluci¨®n de grupos parlamentarios, pues tal previsi¨®n hubiese sido radicalmente inconstitucional. Grupos parlamentarios y partidos son realidades jur¨ªdicas diferentes. Por eso, la sentencia de ilegalizaci¨®n de Batasuna que emiti¨® el Supremo nada dijo del grupo de Batasuna. Un incidente de ejecuci¨®n de planteado por la Abogac¨ªa del Estado fue el origen de la sucesi¨®n de autos que originaron este proceso.
Estos principios jur¨ªdicos fueron igualmente expuestos en un informe por el ex fiscal general del estado Jes¨²s Cardenal cuando Baltasar Garz¨®n decidi¨® suspender, en agosto de 2002, las actividades de Batasuna y disolver grupos parlamentarios, junteros y de concejales. En todas las instituciones en las que se tomaron entonces estas medidas se emitieron informes jur¨ªdicos que advert¨ªan que s¨®lo modificando normas o reglamentos pod¨ªan ejecutarse las ¨®rdenes del juez. Ese cambio es cualquier cosa menos obligatorio. Eso significar¨ªa que los jueces pueden obligar a los parlamentarios a ejercer la iniciativa legislativa y a votar adem¨¢s en un sentido determinado.
Por eso, la sentencia adem¨¢s de dar la raz¨®n por completo a los procesados desnuda a quienes se empe?aron en destruir a conciencia, y con pleno conocimiento de la infamia que perpetraban, el honor y la buena fama de estos tres ciudadanos. Cualquier persona con una m¨ªnima capacidad para la empat¨ªa sabe que Atutxa, Kn?rr y Bilbao adem¨¢s de dignidad y coraje personal han acreditado, tras la sentencia, una prudencia fruto de una categor¨ªa personal, moral y ¨¦tica muy superior a la demostrada por sus lapidadores.- Jon Gurutz G¨®mez Goikolea. Ex jefe de gabinete de Juan Mar¨ªa Atutxa en el Departamento de Interior y en la presidencia del Parlamento vasco. Vitoria.
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