Matem¨¢ticas

Un cl¨¢sico de los problemas de matem¨¢ticas de la ni?ez de aquellos que ya peinamos canas es "Ayer estaba el precio del kilogramo de carne de pollo a 2 euros y 74 cent. y hoy cuesta 2 cent. menos que ayer. ?A qu¨¦ precio se compra hoy el pollo" o bien este otro de "?ngel compro unos zapatos que costaron 20 euros y el jersey que cost¨® cuatro veces el precio de los zapatos ?Cu¨¢nto pago por la compra? Es inevitable el recuerdo de las trenzas, el pan con chocolate y los juegos de polic¨ªas y ladrones. Pero si el problema de matem¨¢ticas corresponde al planteado en el libro de tu hijo la tarde pasada esto es 30 a?os despu¨¦s ya el sabor dulce de la nostalgia se transforma en cierta irritaci¨®n. Si este hijo tiene 11 a?os y le falta un cuarto de hora para entrar en el instituto, ya que est¨¢ en 6? de Primaria, la irritaci¨®n pasa a cabreo, y si el informe PISA, el gran estudio de OCDE sobre el nivel educativo de los estudiantes en Secundaria, sit¨²a a Espa?a en el furg¨®n de cola en matem¨¢ticas y con tendencia a empeorar, el cabreo se transforma en tristeza e impotencia. Mi hijo, igual que la media de los estudiantes a esa edad, se aburre en matem¨¢ticas (¨¦l est¨¢ encantado porque as¨ª trabaja menos), sus potencialidades soportan un nivel superior y est¨¢ empachado de estar todo el d¨ªa multiplicando y dividiendo desde hace cuatro a?os. El problema debe estar que cada profesor puede seleccionar el libro que han de seguir todos los estudiantes de su clase y a lo mejor al de mi hijo se le olvid¨® sacar de su mochila el que ¨¦l ten¨ªa cuando com¨ªa pan con chocolate. No se conf¨ªen en que esto es en el cole de mi hijo ¨²nicamente, revisen los libros de los suyos y me dar¨¢n la raz¨®n.