Alemania, contra corriente
El debate p¨²blico sobre el estancamiento de la econom¨ªa alemana se ha centrado en el lado de la oferta. La rigidez que afecta a sus mercados de factores y productos y la incidencia que ha tenido sobre su crecimiento potencial ha sido destacada por analistas y organismos internacionales. Sin embargo, no se ha puesto tanto ¨¦nfasis en realizar un diagn¨®stico macroecon¨®mico completo de la situaci¨®n de esta econom¨ªa.
Un punto de partida es el an¨¢lisis de la balanza por cuenta corriente, cuyo saldo responde a las decisiones intertemporales sobre el binomio consumo-ahorro e inversi¨®n de los agentes econ¨®micos. En Alemania, a diferencia de lo ocurrido en el resto de las principales econom¨ªas europeas y, de forma muy acusada, en Estados Unidos, se ha producido una mejora muy significativa de este saldo durante los ¨²ltimos a?os, que en t¨¦rminos del PIB es aproximadamente la diferencia entre las tasas de ahorro e inversi¨®n de la econom¨ªa. Si se consideran los sectores privado y p¨²blico, este saldo es la suma del super¨¢vit p¨²blico y del gap entre las tasas de ahorro e inversi¨®n del sector privado. La econom¨ªa alemana presenta un super¨¢vit del 4% del PIB en la balanza por cuenta corriente, a pesar de contar con un d¨¦ficit p¨²blico de igual magnitud. Por consiguiente, el exceso de ahorro sobre inversi¨®n del sector privado financia casi a partes iguales, el 4% del PIB alem¨¢n en cada caso, al sector p¨²blico y al resto del mundo.
Esta evoluci¨®n de la cuenta corriente en Alemania es coherente con su situaci¨®n c¨ªclica durante los ¨²ltimos a?os. Tras el d¨¦ficit del 1,6% del PIB en 2000, cuando el PIB se increment¨® un 3,2%, el saldo por cuenta corriente aument¨® continuadamente en la fase recesiva que comenz¨® inmediatamente despu¨¦s, mostrando un car¨¢cter fuertemente contrac¨ªclico. Ello ha sido consecuencia de la desaceleraci¨®n del consumo y del consiguiente incremento de la tasa de ahorro del sector privado, que ha m¨¢s que compensado la ca¨ªda de la tasa de ahorro p¨²blico, as¨ª como de la ca¨ªda de la tasa de inversi¨®n. La verificaci¨®n de la hip¨®tesis de equivalencia ricardiana en este periodo pone de manifiesto los l¨ªmites de la pol¨ªtica fiscal para estimular la actividad.
La ca¨ªda tendencial de la tasa de inversi¨®n confirma los se?alados problemas de la oferta, pero la reducci¨®n del gasto privado se?ala que tambi¨¦n existe una fuerte restricci¨®n de demanda. La demanda interna apenas aport¨® una d¨¦cima al crecimiento en 2004, y contribuir¨¢ con tres d¨¦cimas en 2005, frente a las siete de Italia, los 2,4 puntos de Francia, o los m¨¢s de cinco de Espa?a. Dado este diagn¨®stico para la principal econom¨ªa de la UEM, no es de extra?ar el debate que ha suscitado la anunciada subida de tipos de inter¨¦s por parte del BCE. Sobre todo si se consideran las reducidas expectativas de inflaci¨®n en Alemania, lo que implica que esta econom¨ªa soporte los tipos de inter¨¦s reales m¨¢s elevados de Europa. ?sta es la otra cara del controvertido efecto monetary free rider, que implica que pa¨ªses con mayor inflaci¨®n, consecuencia en parte de un exceso de demanda, lo retroalimenten con unos tipos de inter¨¦s reales que se reducen a medida que las expectativas de inflaci¨®n siguen aumentando.
Pero las decisiones del BCE no se adoptan en funci¨®n de la situaci¨®n particular de un pa¨ªs, sino del promedio del ¨¢rea. Se podr¨ªa discutir si el BCE tendr¨ªa que tener en cuenta no s¨®lo el promedio, sino tambi¨¦n la dispersi¨®n entre las variables macroecon¨®micas clave de las econom¨ªas. Pero m¨¢s all¨¢ de este debate, s¨ª parece conveniente dotarse de margen de maniobra para poder llevar a cabo pol¨ªticas estabilizadoras ante la existencia de shocks asim¨¦tricos en la UEM.
En relaci¨®n con la necesaria coordinaci¨®n de la pol¨ªtica fiscal, se ha desaprovechado la oportunidad que ofrec¨ªa la reforma del PEC para incorporar una perspectiva m¨¢s global. La reforma ha introducido un mayor margen para gestionar las divergencias c¨ªclicas, pero ha ignorado la posibilidad de, atendiendo al objetivo m¨¢s amplio de estabilidad macroecon¨®mica, tener en cuenta no s¨®lo la consolidaci¨®n del sector p¨²blico sino tambi¨¦n la del sector privado. En este sentido, la coalici¨®n liderada por Merkel anuncia la subida de impuestos para contrarrestar la negativa evoluci¨®n de las cuentas p¨²blicas, medida que tambi¨¦n ha sido ampliamente criticada por su car¨¢cter contractivo para una econom¨ªa con restricci¨®n de demanda. Sin embargo, es probable que esta pol¨ªtica termine por reducir el ahorro privado, aunque habr¨ªa sido mejor elevar el ahorro p¨²blico por la v¨ªa de reducir el gasto corriente. En conclusi¨®n, el manejo de las pol¨ªticas de demanda no parece ser actualmente un buen punto de apoyo para esta econom¨ªa.
David Taguas es subdirector del Servicio de Estudios de BBVA.
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