Un tricornio para Benedicto XVI
El capell¨¢n de Aranjuez logra que el Papa se cale el sombrero de la Guardia Civil
Fue un instante. Ignacio Mar¨ªa Do?oro de los R¨ªos, capell¨¢n de la Academia de Oficiales de la Guardia Civil de Aranjuez (Madrid), tendi¨® un tricornio a Benedicto XVI. El Papa esboz¨® una sonrisa, agarr¨® el sombrero de tres picos de charol negro y se lo cal¨® durante unos segundos sobre el solideo de seda blanca. La secuencia fue inmortalizada por decenas de c¨¢maras de los peregrinos que llenaban la plaza de San Pedro para la audiencia general de ayer. Entre ellos se encontraban dos alumnos de la academia y Do?oro de los R¨ªos, conocido por los suyos como el P¨¢ter. El Papa se qued¨® con el charol, ya que era un regalo de los alumnos de la academia. El P¨¢ter no daba cr¨¦dito.
El pont¨ªfice, durante la audiencia general, hab¨ªa saludado en castellano a los peregrinos hispanohablantes congregados en la plaza. "Saludo con afecto a los visitantes de lengua espa?ola, en particular a los alumnos del seminario y colegio diocesano de Getafe, a los fieles de parroquias y cofrad¨ªas, a los grupos escolares de Espa?a, as¨ª como a los peregrinos de Am¨¦rica Latina. Con san Pablo os recuerdo: 'Aquel que inici¨® en vosotros la obra buena, ¨¦l mismo la llevar¨¢ a su cumplimiento".
Ignacio Mar¨ªa Do?oro de los R¨ªos regal¨® el charol al pont¨ªfice, que se lo puso en la plaza de San Pedro
Terminada la audiencia, Benedicto XVI inici¨® un recorrido en el papam¨®vil para saludar a los fieles y retirarse. El Papa pas¨® entonces junto a un grupo de militares italianos que le entregaron un birrete con una pluma. El sumo pont¨ªfice se lo coloc¨® sobre la cabeza, pero al rev¨¦s. Los soldados le se?alaron que ten¨ªa que darle la vuelta. El Papa se lo quit¨® y se lo volvi¨® a poner, esta vez en su posici¨®n correcta, entre los aplausos y los v¨ªtores de los militares del pa¨ªs.
El veh¨ªculo lleg¨® entonces a la altura del padre Do?oro de los R¨ªos. ?ste hab¨ªa pedido un permiso de un par de d¨ªas para acudir a la audiencia general de los mi¨¦rcoles, acompa?ado de dos alumnos de la academia de Aranjuez. Los guardias estaban entre el grupo de espa?oles, muchos de ellos procedentes de Madrid, que se hab¨ªan acercado a Roma para aprovechar los puentes de esta semana y asistir a la audiencia general.
El P¨¢ter y los dos guardias llevaban un presente de los alumnos de la academia: el tricornio, el distintivo universal de la Guardia Civil, el viejo sombrero de tres picos o de medio queso de la Caballer¨ªa, que el duque de Ahumada y el general Narv¨¢ez adoptaron para el instituto armado el 15 de junio de 1844.
Los peregrinos de la Guardia Civil pensaban entreg¨¢rselo, s¨ª, pero lo que no esperaban es que se lo calzase en la plaza de San Pedro, para alborozo de toda la Guardia Civil. Y no se equivoc¨®. Se lo coloc¨® correctamente, incluso ligeramente inclinado hacia delante, como mandan los c¨¢nones castrenses. La ocurrencia fue saludada tambi¨¦n con aplausos y con el golpeteo de la espalda del capell¨¢n castrense, autor de la haza?a. Nada, fueron unos segundos. Benedicto XVI se quit¨® el tricornio, lo guard¨® en el papam¨®vil y sigui¨® su camino.
La foto del Papa, un hombre que ha dado muestras de su inter¨¦s por el bien vestir, ha dado la vuelta al mundo. Al llegar a Espa?a, los mandos de la Guardia Civil, especialmente sus responsables de comunicaci¨®n, daban saltos de alegr¨ªa. "Ni busc¨¢ndola hubi¨¦ramos conseguido una foto como ¨¦sa, en la que la se?a de la Guardia Civil da la vuelta al mundo con una imagen positiva", subrayaban. Los mandos incluso bromeaban ayer con concederle una condecoraci¨®n al capell¨¢n de Aranjuez.
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