Fe de horrores

Los servicios jur¨ªdicos de las Cortes Valencianas han yugulado el intento del Consell de modificar la Ley de Ordenaci¨®n del Territorio, mediante una "correcci¨®n o fe de errores", de "imposible tramitaci¨®n". Puente con dos ojos, malo es de guardar. Y esos ojos, aun en medio de tanto traj¨ªn, han permanecido vigilando cualquier maniobra sospechosa de ilegalidad. As¨ª que si el propio Gobierno auton¨®mico aprob¨® esa "correcci¨®n de errores", ante el cariz que tomaba, se la ha endilgado al titular de Territorio y Vivienda, para que se la ventile como pueda. El presidente Camps, interpelado por los informadores, no se anduvo con circunloquios y los remiti¨® al "consejero competente en materia de territorio", para que les desmenuzara el meollo de la cuesti¨®n. Francisco Camps y su Ejecutivo se sacudieron de encima la acusaci¨®n de "chorizada", que les factur¨® la oposici¨®n, con el matasellos de dudas y recelos tanto de los letrados de la C¨¢mara como de la misma Presidencia de la Generalitat. Era una demas¨ªa impertinente prorrogar los plazos de exenci¨®n a los promotores, muchos de los cuales se beneficiaban as¨ª, por dos a?os m¨¢s, al no ceder suelo protegido, en sus programas de actuaci¨®n integrada. Despu¨¦s de tanta corrupci¨®n, no hab¨ªa m¨¢s alternativa que el suicidio o la renuncia. Y Camps renunci¨®. Y el consejero de Territorio y Vivienda, ech¨® el freno, reflexion¨® y dijo en este diario: "Si los grupos parlamentarios socialistas y de Ezquerra Unida no aceptan la correcci¨®n de errores, estos no se corregir¨¢n". Salom¨®nico, a palos, y qu¨¦ remedio, en su adversidad y frustraci¨®n, no tuvo m¨¢s narices que meter la marcha atr¨¢s, y morder el polvo de tanto terreno recalificado y de tanto pa¨ªs arrasado por la especulaci¨®n y sus alrededores. Y lo hizo a mandobles, divagaciones y pol¨¦micas, como cumple a quien, hasta los de su cuerda, lo han dejado en la estacada, y sin argumentos legales, ni defensas. En cualquier caso, la oposici¨®n se apresur¨® en poner al Consell, contra las cuerdas, y en advertirle de que pod¨ªa caer en la tentaci¨®n de usurpar la soberan¨ªa popular. Y por ah¨ª, no puede ni el m¨¢s pintado, si es que en verdad respeta la Constituci¨®n. Lo dijo Francesc Signes, secretario de Medio Ambiente del PSPV, y puntualiz¨® que la dichosa correcci¨®n de errores pod¨ªa constituir un acto susceptible de ser il¨ªcito y muy cercano a la prevaricaci¨®n. Y agreg¨®, en referencia al consejero de Territorio y Vivienda, que Rafael Blasco, impulsor de la correcci¨®n de errores, es consciente de que permite eludir, en el debate parlamentario "cuestiones que afectan a derechos sustanciales de los ciudadanos, eliminando cesiones urban¨ªsticas obligatorias, en perjuicio del inter¨¦s p¨²blico". El cronista, cuando observa que un cargo, org¨¢nico o pasado por las urnas, de cualquier partido invoca los derechos de la ciudadan¨ªa, del pueblo, percibe simult¨¢neamente el fastuoso fulgor y el m¨¢s estricto sentido de la pol¨ªtica, y que si se viene abajo, de inmediato, da en pr¨¢ctica de tabernarios acuchill¨¢ndose por la pasta, o sea por el poder. En todo esto, por lo que el cronista advierte, m¨¢s que de errores, se urd¨ªa una fe de horrores. J¨²zguelo. La Mesa de las Cortes ya la ha tirado a la papelera.