La manera europea de ser felices
Si alguien ha dicho algo positivo sobre la propuesta de presupuesto europeo del Gobierno brit¨¢nico, yo no me he enterado. Ha habido una condena universal por parte de toda la Europa continental y todos los sectores en el Reino Unido. Las flechas llegan al 10 de Downing Street desde dentro y desde fuera, desde la izquierda y desde la derecha. Blair es el Sheriff de Nottingham que roba a los pobres para d¨¢rselo a los ricos, seg¨²n el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso. "La gran traici¨®n", clama The Daily Mail. Incluso el vecino del n¨²mero 11, Gordon Brown, cuando habla en privado, est¨¢ en contra. Con amigos como ¨¦stos, ?qui¨¦n necesita enemigos?
Por supuesto, las cr¨ªticas brit¨¢nicas y las del continente son totalmente incompatibles entre s¨ª. Los brit¨¢nicos dicen que no hay que ceder ninguna parte del cheque brit¨¢nico. Que el cheque tiene que ser cada vez mayor, a medida que crezca el presupuesto total de la UE, hasta que los malditos franceses -nuestro dulce enemigo de siempre- se vean obligados, por fin, a hacer concesiones sobre la PAC. Algunas personas bien informadas me dicen que eso, m¨¢s o menos, es lo que opina tambi¨¦n Gordon Brown. Todos los dem¨¢s europeos piensan que los brit¨¢nicos tienen que devolver una porci¨®n mayor del cheque para ayudar a sufragar la ampliaci¨®n.
En el continente, el Gobierno de Blair perdi¨® las simpat¨ªas de gran parte de Europa occidental a causa de su participaci¨®n en la guerra de Irak
Los nuevos Estados miembros necesitan desesperadamente saber cu¨¢nto parece que les van a dar para empezar a estudiar c¨®mo utilizar el dinero
Incluso con las reducciones que ofrece el Reino Unido, los nuevos recibir¨¢n casi 260.000 millones de euros entre 2007 y 2013; unos 2.500 euros por ciudadano
Muchas cr¨ªticas brit¨¢nicas son rid¨ªculas; algunas continentales son hip¨®critas. Es incre¨ªble lo que se lee en la prensa brit¨¢nica sobre la UE. The Daily Mail, por ejemplo, contaba que el ministro de Exteriores "ha anunciado un enorme incremento del dinero destinado a los bur¨®cratas de Bruselas". Mentira. El comentarista conservador Simon Heffer escribe en The Daily Telegraph que es "moralmente perjudicial", para los pa¨ªses pobres del centro y el este de Europa, recibir dinero de la UE. "?Es que estos Estados", gru?e, "cuya iniciativa vivi¨® asfixiada durante d¨¦cadas por la mano muerta del control marxista-leninista, s¨®lo se han incorporado a Europa para subirse al carro del reparto, aprovechar los beneficios y recibir su regalo?". Pues no, Sim¨®n. Aparte de todo lo dem¨¢s, los regalos se suelen hacer cuando uno se va.
Al otro lado del Canal, es profundamente hip¨®crita que pa¨ªses como Luxemburgo y B¨¦lgica acusen al Reino Unido de falta de solidaridad europea con los nuevos Estados miembros, m¨¢s pobres, del centro y el este de Europa. Son dos de los pa¨ªses m¨¢s ricos del continente y, pese a ello, son beneficiarios netos del presupuesto comunitario. ?Se ofrecen a dar m¨¢s? Por supuesto que no. Durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, Francia ha contribuido aproximadamente la mitad que el Reino Unido al presupuesto de la UE, debido a todo lo que se beneficia de la PAC. En 2002, Jacques Chirac hizo un pacto con Gerhard Schr?der que le permiti¨® dejar cerrado el gasto de la PAC hasta 2013. Y ahora se niega a reabrir el debate, a pesar de que el techo actual del gasto se va a superar de aqu¨ª a unos a?os y de que alg¨²n indicio de que existe la voluntad de reformar la PAC ayudar¨ªa a lograr un acuerdo en la ronda de negociaciones comerciales de Doha, tan fundamentales para los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. ?Ego¨ªsta? ?Moi?
Explicar los argumentos
Dicho esto, toda esta lluvia de cr¨ªticas demuestra hasta qu¨¦ punto, durante los ¨²ltimos ocho a?os, el Gobierno de Blair no ha conseguido explicar ni el argumento brit¨¢nico en Europa ni el argumento europeo en el Reino Unido. Si el Gobierno se hubiera ocupado de la prensa euroesc¨¦ptica desde el principio y hubiera dado argumentos m¨¢s s¨®lidos y consistentes a la opini¨®n p¨²blica, tal vez el Reino Unido no se encontrar¨ªa hoy con unas informaciones de prensa tan tendenciosas. En el continente, el Gobierno de Blair perdi¨® las simpat¨ªas de gran parte de Europa occidental a causa de Irak; ahora se arriesga a perder las de Europa central y del este a causa del presupuesto. Ser¨ªa injusto, porque el Reino Unido ha sido uno de los pa¨ªses que m¨¢s ha propugnado la ampliaci¨®n de la UE. Es m¨¢s, uno de los motivos por los que Blair acept¨®, a rega?adientes, la traici¨®n franco-alemana en relaci¨®n con la PAC, fue que tem¨ªa -y justificadamente- que Francia, si no, fuera a oponerse a la ampliaci¨®n. Pero, como sabe Blair mejor que nadie, en pol¨ªtica, la percepci¨®n es realidad.
De este triste embrollo podemos extraer tres lecciones. En primer lugar, cuando acabe la presidencia brit¨¢nica, dentro de s¨®lo tres semanas, el Gobierno sentir¨¢ la tentaci¨®n de abandonar el tema europeo con un suspiro de alivio. Sin embargo, si Tony Blair pretende dejar el legado al que aspira -y con la libertad que da saber que ¨¦ste es su ¨²ltimo mandato-, lo que deber¨ªa hacer es echar mano de todo su arsenal para defender a Europa en el Reino Unido y al Reino Unido en Europa. Al fin y al cabo, ?qu¨¦ tiene que perder?
En segundo lugar, la UE necesita hacer uno de los cambios que propon¨ªa el difunto tratado constitucional, el de abolir estas presidencias de la UE por turnos de seis meses y sustituirlas por un presidente individual, a m¨¢s largo plazo, del Consejo Europeo. Porque es imposible que el Reino Unido pueda actuar como defensor imparcial de un acuerdo europeo sobre el presupuesto cuando su cheque nacional es una de las mayores manzanas de la discordia. Es como defenderse y acusarse a s¨ª mismo, a la vez, ante un tribunal. El Consejo Europeo necesita un presidente independiente que mire por los intereses europeos y deje libertad a cada Gobierno nacional para defender su propia posici¨®n, hacer sus discursos hip¨®critas y, al final, llegar a un acuerdo.
Por ¨²ltimo, la pr¨®xima semana, en la cumbre europea de Bruselas, todos -y me refiero a todos los miembros de la UE- debemos tratar de llegar a un acuerdo, tomando como punto de partida las propuestas brit¨¢nicas. Es el peor acuerdo posible, salvo que todos los dem¨¢s acuerdos que parecen posibles a corto plazo son peores. La UE necesita tener ya un presupuesto para poder empezar a planificar 2007. Los nuevos Estados miembros necesitan desesperadamente saber cu¨¢nto parece que les van a dar para poder empezar a estudiar c¨®mo utilizarlo. Incluso con las reducciones que ofrece el Reino Unido, recibir¨¢n casi 260.000 millones de euros a lo largo de siete a?os, de 2007 a 2013; unos 2.500 euros por ciudadano. Me gustar¨ªa que el Reino Unido no se hubiera colocado en la odiosa posici¨®n de parecer que les quita a otros europeos m¨¢s pobres, que durante tantos a?os sufrieron su suerte hist¨®rica, para quedarnos nosotros con m¨¢s. Me gustar¨ªa que mi pa¨ªs -y, junto con ¨¦l, Francia, B¨¦lgica y Luxemburgo, entre otros- fuera capaz de mostrar un esp¨ªritu m¨¢s generoso. No obstante, 260.000 millones de euros es mucho dinero, equivalente a dos planes Marshall, seg¨²n varios c¨¢lculos, y lo cierto es que a la mayor¨ªa de los Gobiernos del centro y el este de Europa les costar¨¢ encontrar buenas formas de gastarlo.
Propuestas para un compromiso
Por eso propongo ciertas l¨ªneas b¨¢sicas para llegar a un compromiso. El Reino Unido tiene que renunciar a un poco m¨¢s de su cheque. Otros pa¨ªses ricos de Europa occidental tienen que contribuir un poco m¨¢s. Francia debe aceptar que se revise el presupuesto de la UE en 2008 o 2009. Dicha revisi¨®n abrir¨ªa las puertas a una nueva reducci¨®n del gasto de la PAC y enviar¨ªa un mensaje instant¨¢neo a la ronda de negociaciones comerciales de Doha. Los nuevos miembros del centro y el este de Europa deben aceptar una peque?a disminuci¨®n de su presupuesto asignado, aunque no tan fuerte como la propuesta por el Reino Unido.
Entonces, seguramente durante la madrugada del pr¨®ximo s¨¢bado, tras dos d¨ªas de negociaciones malhumoradas, todo el mundo deber¨ªa irse de vacaciones de Navidad con el mismo disgusto. ?sa es la manera europea de ser felices.
www.freeworldweb.net Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia.
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