"El humor sirve para protegerse de la fealdad del mundo"
P¨¦ter Esterh¨¢zy (el autor de Peque?a pornograf¨ªa h¨²ngara, Armon¨ªa celestial, Una mujer, Los verbos auxiliares del coraz¨®n) dijo en una ocasi¨®n que aquellos que nacieron en su pa¨ªs en 1950, como ¨¦l, hab¨ªan nacido "despu¨¦s de la fiesta". Escritor h¨²ngaro, natural de Budapest, descendiente de arist¨®cratas, es un hombre campechano y risue?o cuya obra, subrayada en 2004 por el Premio de la Paz de los libreros alemanes, est¨¢ llena de autobiograf¨ªa, humor e iron¨ªa. Es uno de los grandes escritores europeos, y se considera "un europeo sin esperanza". Vino a Madrid a hablar del Quijote, invitado por el C¨ªrculo de Lectores y el Instituto Cervantes, y en esta entrevista -donde fue traducido del h¨²ngaro por su compatriota Adan Kovacsis- habla de su estado de ¨¢nimo y del estado de ¨¢nimo del continente al que pertenece.
"Todas las cuestiones relacionadas con la esperanza son irrelevantes; la esperanza es inherente, nos pertenece"
"En la dictadura la persona es muy solitaria, porque la sociedad no existe. S¨®lo existe el poder"
Pregunta. ?C¨®mo se encuentra?
Respuesta. M¨¢s o menos. Pero eso es bueno.
P. Una respuesta poco entusiasta trat¨¢ndose de usted.
R. Al contrario, es bastante entusiasta. Tengo una vida m¨¢s agitada de lo que yo querr¨ªa, hay m¨¢s trabajo del que me gustar¨ªa desarrollar, y no se puede jugar al 95%. Es como en el f¨²tbol. Si el Bar?a juega al 95% puede ser derrotado por el peor equipo. La diferencia entre el 95% y el 100% es enorme. Y la diferencia entre trabajar a tope y un poquito menos es como la que hay entre el cielo y la tierra.
P. ?Qu¨¦ partido juega usted?
R. Siempre el mismo. Veo una imagen y busco palabras para esa imagen. La b¨²squeda de las palabras es muy compleja.
P. ?Qu¨¦ palabra le preocupa ahora?
R. Incluso si pensara que el mundo va en la mala direcci¨®n tampoco eso me llenar¨ªa de preocupaci¨®n.
P. Su generaci¨®n, la que vino "despu¨¦s de la fiesta" en Hungr¨ªa, estuvo a la espera de la libertad y la obtuvo de pronto. ?Ha ocurrido lo que imaginaba?
R. No. Apoderarse de la libertad es un proceso dif¨ªcil. Si alguien est¨¢ socializado para sobrevivir, entonces el mero hecho de vivir es una tarea dif¨ªcil. Vivir dentro de una dictadura exig¨ªa una gran disciplina. En la dictadura la persona es muy solitaria porque la sociedad no existe. S¨®lo existe el poder y el individuo est¨¢ entregado al poder. El hombre solitario es m¨¢s f¨¢cil de romper, y tiene que vivir con la continua tensi¨®n de sus fuerzas. Eso es algo que tiene consecuencias intelectuales. Esos libros h¨²ngaros que despiertan atenci¨®n hoy son fruto de esta tensi¨®n y de esta soledad.
P. Dice usted que naci¨® "despu¨¦s de la fiesta", pero parec¨ªa que tras la ca¨ªda del muro hab¨ªa una fiesta preparada en Europa... ?C¨®mo siente que ha pasado esa fiesta?
R. Que hubo una fiesta y no qued¨® nada se ve muy bien en Alemania. Si ves las im¨¢genes de 1989, cuando desmontan el muro de Berl¨ªn, percibes que hay brillo en las caras de la gente. Hoy no se ve ese brillo... Es algo natural tambi¨¦n. Cuando el hombre es libre ya no se alegra de la libertad...
P. ?Y qu¨¦ han de hacer los europeos para responder a la promesa de que el mundo iba a ser mejor?
R. Antes de 1990 todos me preguntaban qu¨¦ era ser libre. Y ahora todos me preguntan por mi imagen del futuro. El siglo XX ten¨ªa dos grandes visiones sociales, una era m¨¢s catastr¨®fica que la otra, y ahora tenemos cautelas ante las grandes visiones. Por miedo a las visiones miramos a nuestros pies, para no tropezarnos.
P. ?Y por qu¨¦ esa desesperanza?
R. Estamos tratando de construir Europa con los mismos conceptos que los Estados nacionales, como si no se concibiera como otra cosa que como un s¨²per Estado nacional que vale lo mismo para los Estados nacionales que para un equipo de f¨²tbol, al que cohesionan el alcohol y el odio al entrenador... Tiene que cambiar nuestra concepci¨®n geom¨¦trica de Europa, que imaginamos un pa¨ªs como un c¨ªrculo que tiene una parte de dentro y una parte de fuera. Hay que encontrar figuras geom¨¦tricas un poco m¨¢s complejas.
P. ?Cree usted que puede producirse en alg¨²n momento cierto grado de nostalgia en el Este con respecto a lo que hubo?
R. Espero que no; ser¨ªa un pensamiento muy primitivo e il¨®gico, que se observa un poco en Alemania del Este. La gente quiere ver su propia vida como algo valioso, que lo era. Pero esta actitud no tiene ninguna buena consecuencia para el sistema. Yo s¨¦ que en el sur de Europa la palabra comunista tiene un significado distinto del que nosotros tenemos. En nuestros pa¨ªses comunismo es sin¨®nimo de delincuencia... Lo que ocurre con la nostalgia es que el mundo se vuelve cada vez m¨¢s desconocido; ese mundo del pasado no s¨®lo era malo sino que era un mundo de mierda. Pero las personas, como los animales, se orientaban. Gran parte de las personas no se orientan en este mundo actual.
P. Usted dijo que estaba contra la guerra de Irak. Y a?adi¨®: "Y punto".
R. Soy de una generaci¨®n europea que no conoce la guerra. Cuando se establece una relaci¨®n con la guerra reaccionamos con miedo. Cuando hablamos de la guerra de Irak o de la de los Balcanes nos comportamos con una gran confusi¨®n. La idea que tengo es que la decisi¨®n que m¨¢s corresponde a la gente es la de no tomar una decisi¨®n, y eso tiene que ver con la decisi¨®n de ir a las guerras. No la toma la gente.
P. Dijo que se sent¨ªa "un europeo sin esperanza". ?Qu¨¦ tiene que hacer un intelectual hoy para levantar el ¨¢nimo?
R. No es lo mismo el intelectual que el escritor. El intelectual ten¨ªa una tarea muy controlada y muy moral en la dictadura; en las dictaduras la tarea moral de la literatura es muy fuerte, lo cual no le hace mucho bien a la literatura. Ahora no veo un papel claro para el escritor; prefiero que sean mis novelas las que digan algo al respecto.
P. ?Y qu¨¦ dice su literatura de lo que ha vivido?
R. Todas las cuestiones relacionadas con la esperanza son irrelevantes; la esperanza es inherente, nos pertenece. Sin ella la existencia ser¨ªa impensable.
P. ?El sentido del humor tambi¨¦n es un arma?
R. Hay una diferencia entre el humor y la iron¨ªa. De los alemanes se dice que no tienen humor sino iron¨ªa. El humor sirve para protegerse de la fealdad del mundo. Hay amigos que estuvieron en la c¨¢rcel. Les pregunt¨¦ c¨®mo sobrevivieron. "Sonriendo".
P. Ha dicho usted que es f¨¢cil re¨ªrse de una dictadura, pero otra cosa es re¨ªr en una dictadura: "En la dictadura no re¨ªa nadie"...
R. Una dictadura se acaba cuando se r¨ªen de ella. Lo que conoc¨ª de la dictadura fue su final. Lo malo de re¨ªrse dentro de una dictadura es que uno pasa miedo, en una dictadura cuesta no tener miedo, y cuesta re¨ªrse.
P. ?Y de qu¨¦ nos re¨ªmos ahora?
R. Lo desagradable es que tenemos que empezar por nosotros mismos, y eso es dif¨ªcil: mantener la dignidad y al mismo tiempo re¨ªrse de uno mismo.
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