Muere Juli¨¢n Mar¨ªas, la memoria de la filosof¨ªa
El pensador y acad¨¦mico, heredero de Ortega y Zubiri, falleci¨® ayer en Madrid a los 91 a?os
Su Historia de la filosof¨ªa, publicada en 1941, y el hecho de que fuera el disc¨ªpulo m¨¢s cercano a Jos¨¦ Ortega y Gasset convirtieron a Juli¨¢n Mar¨ªas en un personaje sobre el que pivot¨® la ense?anza de la filosof¨ªa en los tiempos oscuros de la posguerra. Sufri¨®, tras la Guerra Civil, la persecuci¨®n pol¨ªtica y acad¨¦mica; su amigo el fil¨®sofo Emilio Lled¨® nos dijo ayer que "la herida imperdonable" que le asest¨® la vida oficial espa?ola a Mar¨ªas tras la contienda "le sumi¨® en una soledad" de la que le rescat¨® "su entusiasmo, su enorme energ¨ªa".
Muchos espa?oles y latinoamericanos estudiaron con aquel libro, que fue prologado por otro de los maestros de Mar¨ªas, Xavier Zubiri, y que ha sido objeto de numerosas reediciones. Mar¨ªas fue tambi¨¦n, adem¨¢s de un educador y de un fil¨®sofo, un polemista preocupado por las cuestiones contempor¨¢neas, que juzg¨® a trav¨¦s de su interpretaci¨®n cristiana de la vida.
Durante los primeros a?os de EL PA?S, a cuyo nacimiento estuvo vinculado, public¨® aqu¨ª muchos de sus numerosos art¨ªculos, y luego desarroll¨® en Abc la mayor parte de su vasta historia de escritor de art¨ªculos. Su hijo Javier, escritor y novelista, le recordaba recientemente, ya en los peores momentos de la enfermedad contra la que luch¨® hasta ayer, como un hombre que jam¨¢s perdi¨® la memoria y que incluso en esos momentos de grave perturbaci¨®n de su salud le recitaba citas enteras en sus idiomas originales, entre ellos el griego. El Rey ha llamado personalmente por tel¨¦fono al escritor Javier Mar¨ªas para expresarle, en su nombre y en el de toda la familia real, el p¨¦same por la muerte de su padre. Aparte de esta conversaci¨®n, los Reyes y los pr¨ªncipes de Asturias han enviado sendos telegramas de p¨¦same a la familia del fil¨®sofo.
Juli¨¢n Mar¨ªas era de una cultura enciclop¨¦dica que nunca dej¨® de aumentar con una curiosidad infatigable. Cat¨®lico, vallisoletano, viajero, cin¨¦filo, lector incansable; su casa era un caos de libros, muchos de ellos anotados, y no s¨®lo ense?¨® filosof¨ªa a sus numerosos alumnos en Espa?a y en Am¨¦rica, sino que tambi¨¦n inculc¨® en sus hijos la pasi¨®n por saber. Aparte del escritor ya citado, es padre de Miguel, economista y cin¨¦filo; Fernando, catedr¨¢tico de Historia del Arte, y ?lvaro, m¨²sico. Su mujer fue Dolores Franco Manera, escritora tambi¨¦n, que falleci¨® en 1977.
Emocionados, ayer, dos amigos suyos, de distintas generaciones, la escritora e historiadora Mar¨ªa Rosa Alonso, y Emilio Lled¨®, fil¨®sofo e historiador de la filosof¨ªa, trazaron el perfil completo del pensador que acaba de fallecer. Alonso, que le conoci¨® en 1933, nos habl¨® del joven Mar¨ªas, cuya energ¨ªa le serv¨ªa tambi¨¦n "para alimentar un extraordinario sentido de la amistad, que yo disfrut¨¦ del matrimonio que ¨¦l formaba con Lolita Franco. Sab¨ªa que yo no era creyente, y ¨¦l lo era, y discut¨ªamos sin cesar, pero con un respeto que es reflejo de la hondura de su ser. Despu¨¦s de la guerra fue perseguido por mil mezquindades; era un liberal antiguo, un hombre comprensivo, una excelente persona".
Lled¨® le conoci¨® despu¨¦s de la guerra, cuando ya Mar¨ªas ten¨ªa 30 a?os y su joven amigo acababa de cumplir los 20. El fil¨®sofo subraya rasgos que ya aparecen en el perfil que traz¨® Javier Mar¨ªas de su padre: la mezquindad de la guerra llev¨® a un compa?ero suyo a denunciarle ante las autoridades franquistas; ¨¦stas tomaron nota, encarcelaron a Juli¨¢n Mar¨ªas y le cerraron el paso, t¨¢citamente, a la Universidad, instando la suspensi¨®n de su tesis doctoral. "Fue una mezquindad enorme", nos dec¨ªa ayer Lled¨®. "Si Mar¨ªas hubiera estado en la Universidad, ¨¦sta era hubiera sido distinta: nadie ten¨ªa su claridad de ideas; no hay derecho a que Mar¨ªas no hubiera tenido el lugar que le correspond¨ªa, por su claridad expositiva, por su energ¨ªa, y por una sabidur¨ªa que entonces no pod¨ªa compararse con la de ninguno de los que ense?aban filosof¨ªa".
Apartado de la Universidad, y resistente a doblegar su dignidad, Juli¨¢n Mar¨ªas busc¨® sus propias ¨¢reas de docencia, "pero jam¨¢s se recuper¨® de la herida imperdonable que sufri¨® bajo el franquismo". Desde 1964 era un acad¨¦mico muy activo. Lled¨® declaraba ayer que recientemente ha vuelto a su libro capital, su Historia de la filosof¨ªa. "Es un libro admirable; si se piensa que ¨¦l ten¨ªa tan s¨®lo 26 a?os cuando lo da a la imprenta, se ve muy f¨¢cilmente que con esta obra romp¨ªa la estrechez de miras con la que Espa?a se despert¨® despu¨¦s de la guerra. Y ¨¦l sigui¨® sufriendo la guerra. Le quise, le quiero mucho. Fue un referente. Perdone que le hable con tanta emoci¨®n".
Babelia
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