La visi¨®n responsable
Juli¨¢n Mar¨ªas es un nombre clave en la cultura del siglo XX. Es un pensador profundamente arraigado en la tradici¨®n cultural espa?ola, cuyas reflexiones alcanzan a ¨¢mbitos variados y extensos que van desde la filosof¨ªa, el pensamiento cristiano, o el hispanismo americano, a la historia espa?ola, la erudici¨®n literaria y el ensayismo cinematogr¨¢fico... Como antes Unamuno y Ortega, ¨¦l tambi¨¦n ha acertado a ser un fil¨®sofo en la plaza, es decir, en el peri¨®dico, la conferencia, o el ensayo. Su voz y su pluma han sido -y estoy seguro de que seguir¨¢n siendo- una luz para innumerables lectores que buscan la verdad de las cosas. Toda su obra nace de una profunda convicci¨®n: que el fil¨®sofo y el intelectual deben ofrecer "una visi¨®n responsable" de la realidad. Ha de procurar que en sus palabras aparezca aquello que de verdad es, con su fundamentaci¨®n y base, es decir, responsablemente.
Mar¨ªas ha sido un raro ejemplo de autenticidad, ¨¦xito y fracaso. Una temprana vocaci¨®n filos¨®fica le llev¨® a estudiar filosof¨ªa en Madrid con Ortega, Zubiri, Garc¨ªa Morente y Gaos, en los a?os de la II Rep¨²blica. Pronto crey¨® que en la manera de mirar que ofrec¨ªa aquella Escuela de Madrid, y singularmente Ortega, se hallaba el mejor m¨¦todo para pensar las cosas. Y hasta el ¨²ltimo d¨ªa ha puesto en juego aquellos conceptos para comprender. En una de sus notas, escrita por Ortega tras su vuelta a Madrid, comenta que en la Historia de la filosof¨ªa de Mar¨ªas, prologada por Xavier Zubiri y con ep¨ªlogo del propio Ortega, estar¨ªan los tres nombres "entreverados y mixtos", hechos un l¨ªo, sin "saber ya si somos cada cual de los otros dos disc¨ªpulos o maestros".
Su fidelidad creadora hacia aquella filosof¨ªa que Ortega iniciara hacia 1914 le cerr¨® la universidad de la Espa?a de posguerra. Licenciado en Filosof¨ªa en 1936, pas¨® la guerra en Madrid, colaborando con Besteiro en los tiempos finales del conflicto, e iba a mantener una inquebrantable adhesi¨®n a sus ra¨ªces intelectuales y morales. Su famosa Historia de la filosof¨ªa (1941) terminaba con la exposici¨®n del sistema de Ortega, y enseguida, en 1943, public¨® un estudio riguroso y positivo sobre Unamuno, dos pensadores cuestionados por el franquismo. En todos sus escritos est¨¢ viva la exigencia de libertad, de respeto al pasado, de democracia, y de un cristianismo personal limpio de contaminaci¨®n pol¨ªtica.
A lo largo de su obra corre una honda preocupaci¨®n por Espa?a, por la diversidad de sus grupos y la coherencia de su historia. En Espa?a inteligible (1985), ofrece su visi¨®n de una naci¨®n con vocaci¨®n europea desde la reconquista, ligada a una cosmovisi¨®n humanista y personalista de inspiraci¨®n cristiana, y constructora de una fraternidad de pa¨ªses en Hispanoam¨¦rica fundada en la lengua com¨²n y en ciertas ideas b¨¢sicas sobre lo humano.
Cuando lleg¨® la hora de la transici¨®n democr¨¢tica, por la que tanto hab¨ªa laborado, prest¨® su apoyo sin fisura a un proceso que ve¨ªa como una "devoluci¨®n de Espa?a" a las manos de los propios espa?oles, a quienes les hab¨ªa sido enajenada. Y mantuvo con denuedo la idea de naci¨®n espa?ola y su inclusi¨®n en el texto de la Constituci¨®n, en unos inolvidables art¨ªculos aparecidos en su d¨ªa en este mismo peri¨®dico.
Mar¨ªas ha sido un ejemplo de intelectual independiente, honrado y valiente. No ha cedido a las modas ni a los favores del poder; m¨¢s bien al contrario, ha salido una y otra vez en defensa de aquellas causas que consideraba justas. Pele¨® por una Constituci¨®n que deseaba m¨¢s perfecta y m¨¢s vivaz; defendi¨® el pensamiento de Ortega frente a aquellos ataques ultraconservadores que buscaban su condenaci¨®n por parte de la Iglesia cat¨®lica; alz¨® su voz reiteradamente contra los totalitarismos de todos los signos, empezando por el franquista, y nunca transigi¨®, en raz¨®n de su idea personal del hombre, con la aceptaci¨®n del aborto o el secuestro pol¨ªtico de la libertad.
Habr¨¢ que estudiar sus contribuciones m¨¢s rigurosamente filos¨®ficas al sistema de la "raz¨®n vital" orteguiana, especialmente en el ¨¢mbito que llam¨® "antropolog¨ªa metaf¨ªsica". Su innovadora idea del hombre como una cierta estructura emp¨ªrica de la vida humana complementa y enriquece la comprensi¨®n de ¨¦sta, y la enlaza con su visi¨®n de la persona y el mundo personal, de claras ra¨ªces unamunianas. Habr¨¢ que repensar otras aportaciones suyas al conocimiento de la estructura social, las vigencias sociales o la din¨¢mica de las generaciones, donde se hace visible una admirable capacidad anal¨ªtica aplicada a las sociedades, el cine, la literatura o las gentes.
Mar¨ªas ha sido un extraordinario pensador visual. Precisamente en su capacidad de mirar y de decir lo que ha visto, reside, a mi juicio, el fundamento de ese futuro promisor que creo que a su pensamiento le est¨¢ reservado.
Helio Carpintero es catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa y autor de la biograf¨ªa Juli¨¢n Mar¨ªas (Diputaci¨®n de Valladolid).
Babelia
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