En recuerdo del morisco Carlos Cano
Diego de los Santos present¨® ayer un libro sobre el cantautor granadino fallecido hace cinco a?os
Tal d¨ªa como ayer, pero del a?o 2000, muri¨® el cantautor granadino Carlos Cano (1946), v¨ªctima de una dolencia cardiaca. En este aniversario, uno de sus ¨ªntimos amigos, Diego de los Santos (1936), present¨® su libro Carlos Cano. A la luz de sus cantares (Almuzara), en el Colegio de M¨¦dicos de Sevilla. Junto al autor estuvieron Jos¨¦ Luis Ortiz Nuevo, flamenc¨®logo y Manuel Pimentel, editor de la obra. Entre el p¨²blico asistente tambi¨¦n se encontraban la mujer y las dos hijas del cantante.
De los Santos conoci¨® a Cano en 1975, en un concierto homenaje que organiz¨® CC. OO. en Sevilla, en recuerdo de los acusados en el Proceso 1001. "All¨ª cant¨® Verde, blanca y verde. El escritor Antonio Burgos me lo present¨®. Y nos pasamos hablando toda la noche. Desde entonces, siempre que ven¨ªa a Sevilla se quedaba a dormir en mi casa", afirm¨® ayer el autor, que se propuso escribir su libro el d¨ªa mismo que muri¨® su amigo de Granada. "Se lo deb¨ªa, me hab¨ªa abierto muchos horizontes", se?al¨®.
Diego de los Santos quiso hacer una obra que reflejase su talante. A ese fin dedica la primera parte del libro. "All¨ª hablo de la importancia de su mestizaje. ?l mismo se consideraba un morisco de la serran¨ªa de Granada", afirm¨® el escritor. Seg¨²n ¨¦l, Carlos Cano fue un aut¨¦ntico precursor. "Fue de los primeros en darse cuenta de las relaciones culturales entre el Mediterr¨¢neo Norte y el Sur. Eso se ve ya en 1977 con su disco Cr¨®nicas Granadinas", explic¨®.
En la primera parte de Carlos Cano..., De los Santos tambi¨¦n desgrana el andalucismo de izquierdas inherente en la filosof¨ªa del artista. El mismo escritor, cirujano de profesi¨®n arrastra una prolongada carrera pol¨ªtica en el Partido Andalucista, aunque actualmente trabaja como adjunto del Defensor del Pueblo, Jos¨¦ Chamizo.
Su aprendizaje de las otras m¨²sicas ven¨ªa, seg¨²n el escritor, a trav¨¦s de la innata "intuici¨®n" del letrista y compositor. "Lo hac¨ªa a trav¨¦s de sus viajes a Rabat o a Casablanca (Marruecos). Hay una an¨¦cdota en uno de sus conciertos all¨ª, donde el p¨²blico le gritaba: '?Granadino, canta en ¨¢rabe!", record¨®. Poco antes de su fallecimiento, su implicaci¨®n con la realidad del pa¨ªs vecino le hizo proponer a sus amigos, entre los que se encontraba Diego de los Santos, que cruzasen el Estrecho en patera. "Quer¨ªa que supi¨¦semos lo que sent¨ªan los inmigrantes. Por supuesto, no lo hicimos", matiz¨®. El mestizaje no s¨®lo se refiere a la mezcla que le ligaba con los norteafricanos, sino tambi¨¦n con la de los iberoamericanos: "Este aspecto se ve bien en sus canciones de ida y vuelta del Atl¨¢ntico, como las guajiras o las habaneras, que ¨¦l tambi¨¦n adopt¨®".
Cano investig¨® tambi¨¦n en las ra¨ªces mismas de la m¨²sica popular espa?ola. "Y para ello, hablaba tanto con mujeres trabajadoras del campo, o con la misma Mar¨ªa Zambrano. Esta es otra de las claves para entender su obra". Como resultado, Cano, termin¨® abrazando la copla. "Pero tambi¨¦n el fado portugu¨¦s. As¨ª consigui¨® esa simbiosis que es Mar¨ªa la Portuguesa", dijo el escritor. Sus casi 200 coplas aparecen todas en la tercera parte del libro. "Unas coplas que convirti¨® en verdadera poes¨ªa".
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