Casi todo sobre ruedas
Los deportistas espa?oles eligen a Armstrong, Alonso y Nadal como los m¨¢s grandes del a?o
Lance Armstrong cerr¨® su extraordinaria trayectoria profesional con la conquista de su s¨¦ptimo Tour, haza?a que no ha pasado desapercibida para la gente del deporte en Espa?a. Armstrong ha sido designado personaje del a?o en la encuesta anual de EL PA?S. La elecci¨®n tiene un valor especial porque se produce en un a?o turbulento para el ciclismo. La temporada se cerr¨® con la noticia del positivo de Roberto Heras en la Vuelta y con los coletazos del caso Armstrong. Poco despu¨¦s de lograr un nuevo ¨¦xito en el Tour, el diario L'Equipe public¨® que el ciclista estadounidense hab¨ªa utilizado EPO en la edici¨®n de 1999. En aquellos d¨ªas, dicha droga resultaba indetectable. La acusaci¨®n produjo conmoci¨®n en el mundo del deporte. Armstrong, que jam¨¢s ha dado positivo durante su larga carrera, neg¨® la veracidad de la informaci¨®n, pero su nombre qued¨® unido a los incesantes esc¨¢ndalos que se producen en el ciclismo. Sin embargo, los deportistas espa?oles han decidido ver en Armstrong al h¨¦roe de las siete victorias en el Tour y al hombre que super¨® un grav¨ªsimo c¨¢ncer para convertirse en uno de los campeones m¨¢s grandes que ha dado el ciclismo.
La elecci¨®n de Armstrong tiene un valor especial, pues se da en tiempos turbulentos en el ciclismo
El a?o ha ido sobre ruedas. Al reconocimiento a Armstrong se ha unido la inevitable designaci¨®n de Fernando Alonso como deportista espa?ol de la temporada. Alonso ha reunido toda clase de m¨¦ritos. Con 24 a?os, es el vencedor m¨¢s joven del Mundial de f¨®rmula 1, con una particularidad a?adida: es el piloto que ha acabado con la hegemon¨ªa de Michael Schumacher y la escuder¨ªa Ferrari. Su impacto ha sido tremendo en Espa?a. Las actuaciones de Alonso han provocado un fen¨®meno desconocido en un deporte que jam¨¢s hab¨ªa alcanzado un seguimiento masivo. Espa?a no era Italia, Francia, Alemania o Reino Unido, naciones donde la leyenda de pilotos y escuder¨ªas vienen de antiguo. Para Espa?a ha supuesto una novedad tan sociol¨®gica como deportiva. El ¨¦xito de Alonso es la coronaci¨®n del progreso del deporte espa?ol, un erial apenas hace 30 a?os y ahora uno de los m¨¢s pujantes de Europa. Millones de telespectadores han seguido carrera a carrera el cl¨ªnico trabajo del asturiano en los circuitos. Gan¨® donde deb¨ªa ganar y casi nunca cedi¨® un punto donde no deb¨ªa cederlos. Esa mezcla de clase, precisi¨®n y dominio de la escena no suele ser propia de los pilotos j¨®venes. Pero el caso de Alonso es diferente. Es m¨¢s que un gran piloto. Es un elegido de la F-1.
Tampoco hab¨ªa dudas sobre la revelaci¨®n del a?o. El trallazo popular de Rafael Nadal comenz¨® a gestarse en diciembre de 2004, en la memorable victoria sobre Estados Unidos en la final de la Copa Davis. Nadal gan¨® a Andy Roddick en un partido que descubri¨® un nuevo fen¨®meno del tenis. Un a?o despu¨¦s es una de las grandes estrellas del circuito mundial. Conquist¨® Roland Garros despu¨¦s de derrotar al suizo Roger Federer en las semifinales y de soportar perfectamente la presi¨®n medi¨¢tica. El tenis no s¨®lo necesitaba una renovaci¨®n. Exig¨ªa alguien con carisma, alguien capaz de ofrecer algo diferente en un circuito donde lo mec¨¢nico prevalec¨ªa sobre lo brillante, alguien capaz de inquietar al fenomenal Federer. Ese tenista ha sido Nadal, que no encuentra l¨ªmites a su ambici¨®n. Es el ¨²ltimo de la saga de magn¨ªficos tenistas espa?oles en pistas de tierra, pero quiz¨¢ el ¨²nico que ha decidido atreverse con todas las superficies. Si lo consigue o no, comenzar¨¢ a verse dentro de dos semanas en el Open de Australia.
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