Estremecerse con Billie Holiday
Poco se puede a?adir a lo mucho que se ha dicho, comentado, escrito, filmado y hasta inventado sobre la tortuosa vida de Billie Holiday. La mitolog¨ªa m¨¢s perversa rodea tanto su nombre como su biograf¨ªa, pero una cosa no han podido cambiar ni sus detractores ni los eternos buscadores de tragedias escandalosas con las que llenar p¨¢ginas amarillentas: su obra. Su inmenso e insustituible legado discogr¨¢fico que, d¨¦cada a d¨¦cada, va ganando en peso espec¨ªfico. Y m¨¢s en este inicio de milenio en el que las voces femeninas han invadido el mundo del jazz con una virulencia inusitada: incluso en el centro de ese hervidero de j¨®venes y pizpiretas vocalistas aupadas por la mercadotecnia, la presencia de Billie Holiday se agiganta a cada nueva escucha.
Volver una y otra vez a su m¨²sica es una obligaci¨®n (placentera, por supuesto) que todo aficionado, y no s¨®lo al jazz sino a la m¨²sica en general, debe imponerse con terap¨¦utica asiduidad. Ahora Universal pone a¨²n m¨¢s al alcance de la mano uno de esos regresos obligatorios: la obra que la cantante de Maryland (naci¨® en Baltimore en 1915 y falleci¨® en Nueva York en 1959) realiz¨® para el no menos m¨ªtico sello Verve desde 1945 hasta su muerte. Una nueva y lujosa caja met¨¢lica de seis ced¨¦s recoge todas las master takes que Billie dej¨® grabadas para Norman Granz en compa?¨ªa de otros gigantes de la especialidad como Ben Webster, Harry Edison, Oscar Peterson, Lester Young, Bennie Carter, Coleman Hawkins y otras estrellas del Jazz at the Philharmonic. Cien temas acompa?ados de un librito con abundantes e interesantes fotograf¨ªas.
No hay nada nuevo, cierto,
pero en esta edici¨®n, adem¨¢s de un sonido mejorado que se agradece desde el primer acorde, se han omitido todas las tomas alternativas o falsas y los di¨¢logos de estudio que convert¨ªan su anterior integral Verve en 10 ced¨¦s en un objeto de culto dirigido ¨²nica y exclusivamente a coleccionistas y aficionados de alto voltaje. Aqu¨ª s¨®lo se han conservado las mejores tomas de cada canci¨®n manteni¨¦ndose un encadenado que provoca el estremecimiento continuado. ?Una obra maestra? M¨¢s que eso: alimento necesario para cualquier esp¨ªritu que crea en la belleza.
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