La encrucijada canaria
La tenue l¨ªnea azulada del horizonte, un poste telegr¨¢fico, pu?ados de arena reci¨¦n tra¨ªda de la playa de Las Canteras. Una escenograf¨ªa po¨¦tica y sutil como met¨¢fora del primer cuarto de siglo en la vida de Mestisay, grupo canario a conciencia pero siempre receptivo al encuentro con latitudes y sentimientos afines.
Pasa el tiempo en un suspiro y se hace extra?o reparar en los 25 a?os de un grupo al que se le intuye boyante en ideas nuevas y con muchos versos a¨²n por delante, esperando el d¨ªa en que cobren cuerpo en la apabullante, descomunal garganta de Olga Cerpa. Quiz¨¢ la atenazaran a ratos los nervios, pero nadie lo dir¨ªa, a juzgar por su magnetismo imponente en un escenario que compart¨ªa con cerca de 40 m¨²sicos.
Mestisay. Toda una vida
Olga Cerpa (voz), Manuel Gonz¨¢lez (voz, guitarra), Antonio Montesdeoca (voz, darbuka), Alexis Canciano (teclados), Javier Infante (guitarras), Charlie Moreno (bajo), Sergio Garc¨ªa (percusiones), Patricia Mu?oz, David Mu?oz y Marcos Su¨¢rez (coros). Auditorio Alfredo Kraus. Sala Sinf¨®nica. Las Palmas, 29 de diciembre.
Mucho que evocar, y reinventar, para dos horas de concierto. Mestisay repas¨® sus comienzos m¨¢s enraizados en el folclor isle?o con la Parranda de Cantadores tinerfe?a, dos docenas de m¨²sicos con atuendo indiano y voces tan recias como plet¨®ricas. Lo mejor fue el di¨¢logo, picaruelo hasta las cachas, que Cerpa y Montesdeoca mantuvieron en los Puntos cubanos. Para la etapa llam¨¦mosla peninsular, emparentada con la canci¨®n de autor, el grupo base se enriqueci¨® con el timple de Jos¨¦ Antonio Ramos (y del m¨ªtico Totoyo Millares, que llevaba tres d¨¦cadas sin pisar las tablas) o el fino saxo soprano de Kike Perdomo. Y en los cap¨ªtulos m¨¢s recientes, con ese aire melanc¨®lico y esencial, brill¨® el piano de cola de Sergio Alonso.
De la velada quedar¨¢ el testimonio de un disco doble y un DVD para reivindicar un viaje hermoso y sin duda inconcluso, con epicentro insular y ramificaciones senegalesas, saharauis, cubanas, caboverdianas o fad¨ªsticas. La encrucijada canaria rara vez ha conocido exponentes tan cualificados como aquellos capaces de abarrotar una distinguida sala sinf¨®nica y poner a cantar, re¨ªr y llorar a un p¨²blico de todas las edades.
Babelia
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