Escenarios urbanos de violencia
La crisis de las barriadas reaviva el debate sobre c¨®mo recuperar las zonas degradadas
"La arquitectura y el urbanismo de los barrios perif¨¦ricos que hemos creado estos a?os no s¨®lo son el escenario de ciertos problemas sociales sino que tambi¨¦n son parte de la causa", asegura sin tapujos la urbanista madrile?a Isabela Vel¨¢zquez, una de las coordinadoras del programa de buenas pr¨¢cticas del programa Habitat de la Unesco. A ra¨ªz de los disturbios en los suburbios de las grandes ciudades francesas se ha reavivado un debate que viene de lejos y que apunta a que una de las causas del aislamiento y segregaci¨®n de estas poblaciones radica en la forma de estas arquitecturas (grandes bloques uniformes en ocasiones mal orientados y construidos r¨¢pidamente con materiales baratos) y en el urbanismo que se ha aplicado.
Amador Ferrer: "Las teor¨ªas de Le Corbusier contin¨²an siendo v¨¢lidas"
Naturalmente, las razones profundas son sociales y econ¨®micas, pero la arquitectura puede potenciarlas o contribuir a diluirlas. La separaci¨®n entre las zonas de trabajo, ocio y vivienda; la falta de transporte p¨²blico y unas tipolog¨ªas poco adaptadas al modo de vida tradicional de sus habitantes forman parte de la ideolog¨ªa del sistema econ¨®mico capitalista, seg¨²n explica Oriol Nel.lo, ge¨®grafo y actualmente director general de planificaci¨®n territorial de la Generalitat catalana, que ha modificado gran parte de las pol¨ªticas anteriores. "El sistema funciona como el ajedrez: unos, los de mayor renta, pueden moverse como la reina y los otros s¨®lo como los peones".
"Es un tema muy antiguo que entre los te¨®ricos y profesionales est¨¢ muy estudiado, pero la pol¨ªtica oficial no les ha prestado atenci¨®n durante los ¨²ltimos 30 a?os", indica el urbanista alem¨¢n Hans Jorg Duvigneau, miembro del grupo de estudio sobre vivienda social de la Uni¨®n Europea (www.cecodhas.org) y uno de los participantes en el curso Ciudades en reconstrucci¨®n celebrado a finales de diciembre en Barcelona organizado por el Centro Ernest Lluch (www.cuimpb.es). "En estos momentos hay una pol¨ªtica urbana bastante com¨²n entre los pa¨ªses de la UE a trav¨¦s de diferentes programas, como el Urban para la rehabilitaci¨®n de barrios degradados, y en estos a?os ha habido experiencias fallidas y otras que han conseguido regenerar las zonas degradadas. De lo que se trata es de aprender unos de otros". La evidencia de que los planes y soluciones han sido insuficientes es que algunos de los suburbios parisienses que vivieron los disturbios de forma m¨¢s virulenta hab¨ªan recibido ayudas del programa Urban, como es el caso de La Courneauve, en las afueras de Par¨ªs. Para Jorg Duvignon, "la renovaci¨®n urbana necesita m¨¢s tiempo que el de una sola legislatura, pero los pol¨ªticos s¨®lo piensan en estos plazos. Adem¨¢s, la inversi¨®n de la UE ayuda, pero no puede sustituir los esfuerzos en el ¨¢mbito nacional y municipal".
Para el ge¨®grafo y antrop¨®logo Neil Smith, "las revueltas de las banlieues demuestran que no hay nada nuevo y que estamos desesperados en busca de soluciones porque las visiones neoliberales del urbanismo est¨¢n cuestionadas". En su opini¨®n, estas pol¨ªticas de buena voluntad de la UE para regenerar las ciudades no funcionar¨¢n "si no cuestionan el neoliberalismo de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Es m¨¢s, estas pol¨ªticas podr¨ªan reforzar esta econom¨ªa excluyente porque en el fondo pueden entenderse como un proceso expandido de gentrificaci¨®n. Esta reconquista del espacio urbano por una clase, generalmente tipo media alta, a costa de otras, se est¨¢ expandiendo cada vez m¨¢s y se ha convertido en una estrategia del capitalismo global. La UE acepta que las ciudades deben competir unas con otras porque ellas mismas se han convertido en centros de producci¨®n de servicios para el turismo o el consumo. Y si hay competencia, hay ganadores y perdedores". Un ejemplo claro, en su opini¨®n, ha sido el caso de Londres en donde la clase trabajadora ha tenido que emigrar a varios kil¨®metros del centro tras sus exitosos planes de regeneraci¨®n urbana.
En Espa?a, aunque hay acuerdo en que a¨²n no se viven los problemas de otros pa¨ªses cercanos, tambi¨¦n hay varios barrios que han recibido fondos del programa Urban. Suelen encaminarse hacia dos tipos de barrio. Por una parte, los casos antiguos en acelerado proceso de degradaci¨®n y, por otra, los pol¨ªgonos de viviendas sociales construidos en los a?os del desarrollismo.
El urbanista Amador Ferrer, autor del libro Los pol¨ªgonos de Barcelona (Ediciones UPC), considera exagerado, como est¨¢ sucediendo en parte en el intenso debate que se vive en Francia, culpabilizar ahora al urbanismo del Movimiento Moderno -y m¨¢s concretamente a su principal propagandista, Le Corbusier- de los problemas de estos pol¨ªgonos. "Muchas de sus teor¨ªas contin¨²an siendo v¨¢lidas, pero una cosa es la teor¨ªa y otra la pr¨¢ctica", indica. "Los que defendemos los pol¨ªgonos como una manera de gestionar el crecimiento r¨¢pido de la ciudad estamos muy decepcionados de c¨®mo se aplic¨® la teor¨ªa en muchos casos, pero incluso ahora me parece mejor un buen pol¨ªgono que mantenga diversidad de usos y clases sociales y est¨¦ bien conectado con transporte p¨²blico, que otros sistemas como la dispersi¨®n de viviendas y urbanizaciones en todo el territorio". Para Ferrer, el problema se ha desplazado desde las ciudades, cada vez mejor planificadas, a la costa y otras zonas rurales.
"Hemos perdido la oportunidad de hacer las cosas mejor y los nuevos barrios que est¨¢n creciendo ahora en Espa?a, casi todos ellos en manos de la iniciativa privada, en muchos casos tendr¨¢n los mismos problemas de falta de sostenibilidad y aislamiento que se intenta arreglar ahora en los viejos", indica Isabela Vel¨¢zquez, que se muestra m¨¢s cr¨ªtica con la teor¨ªa urban¨ªstica del Movimiento Moderno. "La dispersi¨®n es uno de los problemas importantes. Mucha gente abandona las ciudades cuando tiene hijos, pero estas urbanizaciones no tienen los servicios y densidad de una ciudad, ni tampoco su espacio p¨²blico. Consumen mucho territorio y energ¨ªa, plantean problemas a los municipios en las que se ubican y pueden ser focos de conflictos futuros. De hecho, ya empieza a haberlos. Por ejemplo, en Las Rozas, una zona dispersa a las afueras de Madrid, los j¨®venes quedan en las rotondas de las carreteras porque es el ¨²nico espacio p¨²blico del que disponen".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.