Montecristo policial
Si hay una cinematograf¨ªa con poso, pegada y tradici¨®n en el cine negro y en el policiaco (Hollywood aparte, por supuesto), ¨¦sa es la francesa. Al igual que Chicago, San Francisco o Nueva York, Par¨ªs ha albergado algunas de las mejores pel¨ªculas europeas del g¨¦nero, territorio donde pretende colocarse la ambiciosa Asuntos pendientes, segundo filme de Olivier Marchal (el primero, Gangsters, no lleg¨® a estrenarse en Espa?a), un hombre que sabe de lo que habla pues fue cocinero antes que fraile, polic¨ªa profesional antes que cineasta especializado en policiacos.
Para ello, en lugar de echar sus ra¨ªces en estandartes nacionales como Jean-Pierre Melville, Marchal ha preferido acudir a un cl¨¢sico moderno americano como Heat (Michael Mann, 1995), filme que se nota que ha estudiado desde el primer minuto hasta el ¨²ltimo y del que ha entresacado algunas de sus mejores virtudes: el choque de egos entre dos pesos pesados en la realidad y en la ficci¨®n (all¨ª, los estadounidenses Al Pacino y Robert De Niro; aqu¨ª, los franceses Daniel Auteuil y G¨¦rard Depardieu); la gran preocupaci¨®n por los personajes secundarios, a los que otorga las suficientes asideras de pensamiento y comportamiento como para que cada uno de ellos tenga una verdadera funci¨®n en la dramaturgia de la historia; la espectacularidad de los tiroteos, muy bien rodados y con un demoledor sonido; y, sobre todo, un cruel retrato de la sociedad, cargado de existencia rotas y de una desencantada corrupci¨®n vital y laboral. En Asuntos pendientes, hasta el supuesto h¨¦roe es un c¨²mulo de oquedades ¨¦ticas. A pesar de su tipolog¨ªa enmarcada en el falso culpable de El conde de Montecristo, encarcelado por error y obligado a desenmascarar por si mismo al traidor, el personaje que interpreta Auteuil con rabia y sentimiento est¨¢ lejos de ser un modelo de conducta.
ASUNTOS PENDIENTES
Direcci¨®n: Olivier Marchal. Int¨¦rpretes: Daniel Auteuil, G¨¦rard Depardieu, Andr¨¦ Dussollier, Valeria Golino. G¨¦nero: policiaco. Francia, 2004. Duraci¨®n: 110 minutos.
Repleta de frases sentenciosas pero muy efectivas, en alg¨²n momento brillantes, casi de spaghetti-western, la pel¨ªcula adolece sin embargo de ciertas incongruencias que se podr¨ªan haber evitado con algo m¨¢s de esfuerzo en la credibilidad de las situaciones aparentemente m¨¢s secundarias (Auteuil quit¨¢ndole la pistola a un polic¨ªa con las esposas puestas en apenas un segundo; una testigo de un crimen con una visi¨®n nocturna del todo imposible...). Detalles que empa?an un tanto una pel¨ªcula muy bien interpretada (incluido Depardieu, que tiene que bregar con un personaje demasiado unidireccional), dotada de un excelente ritmo y escrita con la convicci¨®n de que ya no existen ¨¢ngeles ni demonios, h¨¦roes ni villanos; s¨®lo recaderos de la superioridad m¨¢s o menos valientes, m¨¢s o menos malditos, m¨¢s o menos emponzo?ados de la porquer¨ªa que les rodea.
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