"En A Coru?a van a tener que seguir aguant¨¢ndome"
Contra todas las apariencias, Juan Carlos Valer¨®n a¨²n estaba ah¨ª. Suplente al principio de temporada, a la b¨²squeda de papel en una funci¨®n que no va con su naturaleza y silbado por un p¨²blico que normalmente le rinde pleites¨ªa. Hasta se difundi¨® que, inc¨®modo con el juego del equipo, meditaba retirarse. "Van a tener que seguir aguant¨¢ndome", replic¨® con socarroner¨ªa. Puede que Valer¨®n, el fr¨¢gil, el retra¨ªdo, tenga m¨¢s correa de lo que se le atribuye. O quiz¨¢s sea una simple cuesti¨®n de conocimiento del juego: como el suyo es tan intuitivo, lo inmuniza contra cualquier cambio de estilo. El hecho es que Valer¨®n segu¨ªa ah¨ª, enfrentado a la corriente. Y que, contra todos los augurios, emerge de nuevo en el Deportivo de Caparr¨®s.
Pocos futbolistas como Valer¨®n acusaron tanto la decadencia del gran Depor. La pasada campa?a, la ¨²ltima de Javier Irureta, mostr¨® al Valer¨®n m¨¢s melanc¨®lico. Con la llegada de Caparr¨®s, su protagonismo pareci¨® empeque?ecerse. En los primeros partidos ni siquiera fue titular. Cuando sal¨ªa, daba la impresi¨®n de sentirse desorientado con las nuevas instrucciones: correr, presionar y acometer la pelota con ¨¢nimo expeditivo. Con 30 a?os, algunos cre¨ªan advertir el comienzo de su declive.
Caparr¨®s no se cans¨® de decir que contaba con ¨¦l, que siempre lo ha considerado uno de los futbolistas m¨¢s talentosos y que s¨®lo deb¨ªa mejorar fisicamente. No lo dec¨ªa por compromiso. Valer¨®n necesit¨® tiempo, pero empieza a devolverle su confianza. Hasta se dir¨ªa que ya ha asimilado algunos de los c¨®digos de Caparr¨®s: tras pasarse toda la vida oyendo que su actitud angelical no serv¨ªa, ahora se le advierte una cierta vena depredadora.
Durante a?os, Irureta hab¨ªa tratado de convencerle de que buscase el gol. Pero al acercarse al ¨¢rea, ¨¦l segu¨ªa buscando un compa?ero. En su mejor a?o como goleador, Valer¨®n no anot¨® m¨¢s de seis tantos en todas las competiciones. Lo suyo era abastecer a los delanteros, a Makaay y a Trist¨¢n, con los que form¨® sociedades memorables. Makaay se fue, Trist¨¢n qued¨® de cuerpo presente y Caparr¨®s persever¨® a¨²n m¨¢s en las exigencias de Irureta. Y Valer¨®n ha empezado a perderle miedo al remate. Lleva cuatro goles, su mayor producci¨®n a estas alturas desde que lleg¨® al Depor en 2000.
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