Irak: una lectura dial¨®gica
Hace ya algunos a?os que Edgar Morin advert¨ªa que frente al paradigma dial¨¦ctico en el que los antagonismos resuelven sus diferencias mediante su incorporaci¨®n a una unidad superior, conven¨ªa revindicar el an¨¢lisis dial¨®gico en el que los elementos contradictorios de lo real coexisten antag¨®nicamente unos con otros y encuentran en la persistencia de la contradicci¨®n su raz¨®n de ser, la plenitud de su sentido. Toda victoria lleva su derrota dentro. Aplicando el paradigma dial¨®gico a las consecuencias de la guerra en Irak sobre la pol¨ªtica exterior americana, nos encontramos con que la victoria militar de Bush y la confirmaci¨®n de su importancia en el mundo del petr¨®leo se ha traducido en un reforzamiento del islamismo radical, que se quer¨ªa combatir, en todas partes y en particular en la regi¨®n. Comenzando por Egipto, donde la p¨¦rdida de posiciones de los partidos moderados ha hecho que en las ¨²ltimas elecciones las formaciones dem¨®cratas y moderadas hayan declinado sustancialmente en beneficio de las opciones islamistas representadas sobre todo por los Hermanos Musulmanes. En Palestina, las elecciones municipales han supuesto un retroceso considerable de Al Fatah y un auge general del radicalismo de Ham¨¢s, con el consiguiente debilitamiento de la Autoridad Palestina. En Ir¨¢n, el reformismo que parec¨ªa comenzar a asentarse en la vida del pa¨ªs ha sufrido una regresi¨®n decisiva en favor del integrismo ultraconservador y de sus l¨ªderes, que han colocado en la presidencia de la Rep¨²blica a su principal portavoz, Mahmud Ahmadineyad, a pesar de la oposici¨®n del Parlamento. El componente chi¨ª de L¨ªbano ha apostado masivamente por Hezbol¨¢ y la presencia de los Hermanos Musulmanes en la pol¨ªtica siria est¨¢ alcanzando cotas importantes, que sin duda alguna tienen que ver con los asesinatos de las personalidades pol¨ªticas libanesas hostiles a Siria: Rafik Hariri, Samir Kassir, Georges Haoui y ¨²ltimamente Gebran Tueni.
Por otra parte, el basculamiento de Kuwait, Bahrein y Arabia Saud¨ª hacia el integrismo es cada d¨ªa m¨¢s patente, y el abultado triunfo electoral del partido islamista en Yakarta prueba que el radicalismo integrista ha conquistado una parte sustantiva de la opini¨®n p¨²blica indonesia. Este avance generalizado del islamismo va acompa?ado de una ola antiamericana, y en buena medida tambi¨¦n antioccidental, que las manipulaciones de la prensa iraqu¨ª y mundial por parte del Pent¨¢gono no han logrado evitar. Esta vez no se trata de la habitual propaganda patri¨®tica propia de los conflictos b¨¦licos, en los que quiz¨¢ es inevitable barrer para casa, sino de la utilizaci¨®n de la informaci¨®n -prensa, radio, televisi¨®n e Internet- como armas de guerra. La creaci¨®n del Grupo de Informaci¨®n de la Casa Blanca por Lyndon Johnson en los a?os sesenta para ayudar a la guerra de Vietnam o la contrataci¨®n por parte de Bush padre del Random Group para acompa?ar medi¨¢ticamente la guerra de Kuwait fueron modestas intervenciones frente al montaje de Donald Rumsfeld. ?ste, con la arrogancia propia de la extrema derecha cuando est¨¢ en el poder, declara abiertamente sus intenciones, y a principios de 2002 crea en el Pent¨¢gono una Office of Strategic Influence con el objetivo de proporcionar s¨®lo noticias positivas -verdaderas o falsas- a los medios de comunicaci¨®n internacionales. The New York Times descubre la operaci¨®n y la hace abortar, pero Rumsfeld vuelve a las andadas un a?o despu¨¦s, mediante una directiva confidencial, declarando secreta esta producci¨®n medi¨¢tica y dot¨¢ndola de 300 millones de d¨®lares. El relato de la soldado Jessica Lynch, capturada por los iraqu¨ªes, de los que logra escapar, y del teniente Pat Tillman, al que sus compa?eros de unidad abaten involuntariamente, convirtiendo a ambos en combatientes heroicos, son dos ejemplos t¨ªpicos de la producci¨®n de Rumsfeld, oficialmente pilotada por el International Information Centre, encuadrado en el Ej¨¦rcito norteamericano. Lo que no impide que la guerra se intensifique con su secuela de atentados y muertos, y que la balcanizaci¨®n haya puesto al pa¨ªs en manos de las bandas y las mafias. Esta situaci¨®n, con el s¨¦quito de libertades maltrechas, el esc¨¢ndalo de las pr¨¢cticas de la CIA y la legitimaci¨®n de la tortura han dejado en algunas votaciones internacionales a EE UU en la sola compa?¨ªa de Israel y Ruanda. ?Oh, muerte! ?Oh, Bush! ?D¨®nde est¨¢ tu victoria?
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