Nueva econom¨ªa, nuevos retos empresariales
El autor considera desacertada la decisi¨®n del Tribunal de Defensa de la Competencia de oponerse a la OPA de Gas Natural sobre Endesa.
La globalizaci¨®n representa la posibilidad de intercomunicar el mundo en tiempo real, favorecida por el desarrollo de las tecnolog¨ªas de informaci¨®n y comunicaci¨®n y por el proceso de liberalizaci¨®n normativa. Se trata de una realidad in¨¦dita, frente a la internacionalizaci¨®n de otros tiempos, que est¨¢ permitiendo una mayor movilidad de bienes y de capitales; pero sobre todo, lo que resulta m¨¢s novedoso es la ampliaci¨®n de los mercados de servicios y de mano de obra mediante el teletrabajo. Este perfeccionamiento de los mercados est¨¢ impulsando el desarrollo de una parte del mundo, especialmente de China e India, que tradicionalmente se ha mantenido al margen del proceso. El modelo chino se est¨¢ basando fundamentalmente en el sector industrial, que aporta m¨¢s del 50% del PIB de ese pa¨ªs, lo que a su vez est¨¢ impulsando significativamente la demanda mundial de todo tipo de materias primas, pero especialmente de petr¨®leo. Asimismo, la globalizaci¨®n est¨¢ impulsando los procesos de integraci¨®n econ¨®mica entre pa¨ªses para poder mejorar la eficiencia de sus actuaciones y entre empresas que pretenden conseguir econom¨ªas de alcance; es decir, incrementar su tama?o para poder competir en mercados m¨¢s amplios, lo que obliga a ser m¨¢s competitivos, si bien se incrementan las oportunidades. Al tratarse de un escenario nuevo, resulta dif¨ªcil anticipar el futuro, si bien todo parece indicar que se intensificar¨¢n los procesos de fusi¨®n empresarial, incluso entre compa?¨ªas de diferente nacionalidad, para aumentar su tama?o y m¨²sculo.
El regulador deber¨ªa haber tenido presentes los nuevos retos a los que nos enfrentamos
La intensidad de la demanda de energ¨ªas primarias, y sobre todo de petr¨®leo, se incrementa sensiblemente durante los procesos de desarrollo industrial y se modera al tercializarse la econom¨ªa, momento, sin embargo, en el que aumenta significativamente la demanda de energ¨ªa el¨¦ctrica. El desarrollo de los pa¨ªses asi¨¢ticos, as¨ª como el dinamismo econ¨®mico en una gran parte de los pa¨ªses desarrollados, est¨¢ incrementando la demanda de energ¨ªa r¨¢pidamente, especialmente de petr¨®leo. Se espera, seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, que siga aumentando en los pr¨®ximos 25 a?os a un ritmo del 1,6 % anual acumulativo, lo que significa que el consumo pase de 85 millones de barriles diarios a 121 millones en 2030. Este proceso, aunque con menor intensidad, tambi¨¦n se debe producir en el resto de los sectores energ¨¦ticos, especialmente en carb¨®n y gas. Los mercados de oferta de energ¨ªa primaria se ir¨¢n complicando, lo que obligar¨¢ a incrementar la capacidad de negociaci¨®n en los mismos y tambi¨¦n la posibilidad de explorar y explotar ¨¦stos en cualquier lugar del mundo, lo que hace necesario incrementar el tama?o de las empresas energ¨¦ticas para garantizar los abastecimientos, de tanta importancia estrat¨¦gica; esta necesidad creciente est¨¢ impulsando procesos de fusiones y adquisiciones de empresas energ¨¦ticas en todo el mundo desarrollado, especialmente en Europa y EE UU.
Asimismo, los mercados energ¨¦ticos cada vez se deben abrir m¨¢s a la competencia, reduciendo las barreras de entrada, con lo que las compa?¨ªas con dimensi¨®n suficiente cada vez tendr¨¢n m¨¢s posibilidades de internacionalizaci¨®n. En efecto, en la Uni¨®n Europea, aunque a un ritmo inferior al previsto y al deseable, se est¨¢ intensificando el proceso de liberalizaci¨®n energ¨¦tica, lo que llevar¨¢ a que el mercado sea ¨²nico, con capacidad para cuatro o cinco grandes empresas energ¨¦ticas, como ya ha ocurrido en las telecomunicaciones. Ser¨ªa deseable que, dada la eficacia de nuestras empresas energ¨¦ticas, ¨¦stas adquiriesen la dimensi¨®n adecuada para que alguna pueda pertenecer a esta ¨¦lite.
Espa?a sigue siendo uno de los pa¨ªses que mejor se ha adaptado a la creciente apertura econ¨®mica y social, lo que nos ha permitido crecer de una manera sostenida durante 12 a?os y crear m¨¢s de seis millones de empleos. Sin embargo, seguimos registrando importantes debilidades en el sector energ¨¦tico. El petr¨®leo todav¨ªa satisface m¨¢s del 50% tanto de la demanda de energ¨ªa primaria como de la final; lo que nos hace especialmente vulnerables a la evoluci¨®n del precio del petr¨®leo. Por cada cinco d¨®lares que aumenta el precio del barril, durante un a?o, el efecto inflacionista no evitable es de 0,3 d¨¦cimas y su impacto sobre el crecimiento es de casi -0,2 d¨¦cimas. Asimismo, el grado de autoabastecimiento energ¨¦tico apenas alcanza el 20% del total de la demanda, lo que est¨¢ incidiendo muy negativamente en el d¨¦ficit de la balanza comercial, y sobre todo supone una gran dependencia externa en un sector de suma importancia estrat¨¦gica. Para poder garantizar los suministros hay que seguir impulsando actividades de exploraci¨®n y producci¨®n de materias primas en el exterior, tal y como est¨¢ realizando Repsol YPF, para lo que es necesario incrementar el tama?o de nuestras compa?¨ªas.
Asimismo, aunque se ha avanzado en el proceso de liberalizaci¨®n del sector energ¨¦tico espa?ol, ¨¦ste no ha finalizado. Para que los mercados operen en competencia es necesario no s¨®lo que participe un n¨²mero suficiente de vendedores y compradores, sino que el precio resultante se establezca en funci¨®n de la oferta y la demanda. En el caso del sector el¨¦ctrico espa?ol siguen existiendo tarifas, que se convierten en el precio m¨¢ximo de negociaci¨®n, por lo que la posible competencia s¨®lo se podr¨ªa efectuar por debajo de la misma. Actualmente, la tarifa el¨¦ctrica no permite cubrir los costes de generaci¨®n, por lo que no s¨®lo se genera un d¨¦ficit para las empresas, sino que, adem¨¢s, se anula de facto la posibilidad de que exista un aut¨¦ntico mercado, que tambi¨¦n se ve obstaculizado por la escasez de l¨ªneas de transporte en algunos lugares.
Por otro lado, las compa?¨ªas peque?as no son suficientemente eficientes para el sistema, puesto que no aprovechan las ventajas derivadas de las econom¨ªas de escala y de alcance. Por tanto, la falta de competencia en el sector energ¨¦tico espa?ol depende sobre todo de la regulaci¨®n y no del tama?o de las compa?¨ªas. Para aumentar ¨¦ste deber¨ªan haber concluido exitosamente la OPA de Uni¨®n Fenosa sobre Hidrocant¨¢brico y, especialmente, la fusi¨®n de Iberdrola con Endesa. Adem¨¢s, hay que tener presente que la oferta p¨²blica de adquisici¨®n constituye el mecanismo m¨¢s eficiente para realizar estas operaciones, puesto que permite decidir libremente a los accionistas, que, seg¨²n una encuesta realizada por el profesor Toharia que se publicar¨¢ en Cr¨®nica Virtual de Econom¨ªa, beneficia sobre todo a los minoritarios.
El tama?o empresarial puede presentar algunos problemas de competencia en ¨¢mbitos o territorios muy concretos; sin embargo, las pol¨ªticas de defensa de la competencia deber¨ªan sancionar sobre todo el abuso de dominio en el mercado, m¨¢s que la presencia relativa en el mismo. No obstante, si existen problemas muy claros, se deber¨ªan establecer algunas restricciones tendentes a eliminarlos. Es decir, se deben establecer los activos que se deben desinvertir y los mecanismos para que puedan ser adquiridos por terceros, lo que permitir¨ªa incrementar la capacidad de estos ¨²ltimos en el mercado y por tanto aumentar el grado total de competencia. Sin embargo, ning¨²n regulador debe, ni posiblemente legalmente puede impedir una OPA. En cambio, debe establecer las condiciones, como ha realizado la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa, en la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Sin embargo, no parece acertada la decisi¨®n del Tribunal de Defensa de la Competencia de oponerse, sin m¨¢s, a la misma. Hubiese sido razonable que, por ejemplo, se hubiese recomendado la venta de Carboex , empresa que transporta el gas de Endesa, con objeto de garantizar un mercado m¨¢s competitivo. El Tribunal de Defensa de la Competencia en este informe, de car¨¢cter no vinculante, deber¨ªa haber tenido presentes los nuevos retos a los que nos enfrentamos. La decisi¨®n definitiva del Gobierno sobre la OPA de Gas Natural sobre Endesa debe tener presente la complementariedad de las compa?¨ªas para garantizar los abastecimientos y mejorar la eficiencia del sistema, estableciendo, eso s¨ª, las restricciones adecuadas que permitan aprovechar las ventajas del tama?o para actuar en una econom¨ªa global, pero que a su vez impida situaciones claramente monopol¨ªsticas. A partir de ese momento, ser¨¢n los accionistas de Endesa los que decidir¨¢n libremente sobre la OPA.
Juan E. Iranzo es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada.
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