?Menudo jefe!
Es un tema recurrente en boca de los trabajadores. La mayor¨ªa se quejan. Y es que un mal ejercicio del poder enturbia el ambiente laboral. Sin embargo, un buen superior ayuda a que las cosas salgan bien, con menos complicaciones y sin crispaci¨®n. De ah¨ª la importancia de que quien lleve el tim¨®n sea una persona competente.
Es un tema recurrente en boca de los trabajadores. La mayor¨ªa se quejan. Y es que un mal ejercicio del poder enturbia el ambiente laboral. Sin embargo, un buen superior ayuda a que las cosas salgan bien, con menos complicaciones y sin crispaci¨®n. De ah¨ª la importancia de que quien lleve el tim¨®n sea una persona competente.
Quien m¨¢s, quien menos, todos hemos tenido un buen jefe que ha dejado un recuerdo imborrable en nuestra memoria. Tambi¨¦n hemos sido muchos los que hemos sufrido a un superior nefasto, y, aunque de todo se aprende si uno pone empe?o y optimismo, no cabe duda de que tener un buen jefe ayuda no s¨®lo a desarrollar una buena carrera profesional, sino a gozar de una importante calidad de vida en lo personal.
Los malos jefes afectan a quienes sufren su poder, pero tambi¨¦n pueden dar al traste con la rentabilidad de la empresa, su ambiente y la vida privada de las personas que los aguantan pacientemente durante toda su jornada laboral.
La mitad de los jefes, despedidos. Seg¨²n una encuesta del Instituto Gallup sobre un mill¨®n de empleados de todo el mundo, la principal causa por la que se abandona un trabajo es el jefe. De acuerdo con un sondeo on line efectuado en Estados Unidos en el que participaron 1.118 empleados de distintas organizaciones, el 50% de los encuestados afirma que le gustar¨ªa despedir a sus jefes si tuviese la oportunidad, el 23% cree que los directivos deber¨ªan pasar por un entrenamiento y planes de formaci¨®n para mejorar el desempe?o de sus funciones o enterarse de verdad de lo que est¨¢n haciendo, y lo que es m¨¢s curioso, el 30% de estos empleados considera que sus jefes deben ir cuanto antes al psic¨®logo para que les haga un buen plan de tratamiento, con calma y cari?o.
En Espa?a, m¨¢s de un tercio, al psic¨®logo. El caso es que en Espa?a los datos son muy similares. Seg¨²n una interesante investigaci¨®n realizada en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, la mitad de los espa?oles consideran que su jefe no est¨¢ capacitado para dirigir personas y un 36% declara que duda seriamente de su salud mental y aconseja tambi¨¦n que un psic¨®logo se la mire bien.
?Cu¨¢l es el motivo por el qu¨¦ m¨¢s de un tercio de los empleados duda de la salud mental de sus superiores? Quiz¨¢ una parte de la respuesta la encontramos en los resultados que a finales de 2003 la consultora Otto Walters public¨® en un interesante informe titulado Los 18 comportamientos m¨¢s irritantes de los jefes espa?oles, a partir de una encuesta a 750 profesionales que se?alaron los comportamientos m¨¢s negativos en sus jefes, de mayor a menor importancia.
El mal comportamiento que se lleva el mayor porcentaje de respuesta es "la falta de respeto", que se manifiesta en malas formas en el trato, groser¨ªas, salidas de tono, broncas en p¨²blico y similares (50% de los entrevistados). Le sigue "la prepotencia" y sus derivadas, como el narcisismo, el empecinamiento est¨¦ril, la vanidad, la soberbia o la arrogancia (37%). En tercer lugar, y con un 30% de respuestas, empatan "la falta de escucha", as¨ª como "la incompetencia" por escasez de preparaci¨®n y por desorganizaci¨®n. Despu¨¦s de ¨¦stos, aparecen muchos otros malos comportamientos, como la falta de apoyo, la no implicaci¨®n, la falta de ejemplificaci¨®n, la ausencia de coraje, la falta de confianza, el robar medallas o la incapacidad para concretar objetivos. Todos ellos generan a la larga el drenaje del talento, la creatividad y la motivaci¨®n de sus equipos. El tema es muy serio, ya que diversos estudios concluyen que los equipos dirigidos por un mal jefe son un 50% menos productivos y un 44% menos rentables que los conducidos de manera adecuada.
Consejos pr¨¢cticos. Obviamente depender¨¢ del cuadro que tengamos por encima y de su permeabilidad al di¨¢logo o no. En cualquier caso, los expertos proponen diferentes soluciones, que van desde la conversaci¨®n con el jefe para exponerle de manera respetuosa c¨®mo se est¨¢ viviendo la situaci¨®n y lo que el empleado est¨¢ sintiendo, si se trata de un problema ocasional y se sabe de buena tinta que la persona no lo hace con mala fe, hasta la consulta a un abogado laboralista al que conviene presentarse con la casu¨ªstica de aquello que la persona haya sufrido si la situaci¨®n ha llegado al extremo del verdadero acoso moral.
En este sentido, el doctor Robert D. Hare, profesor de psicolog¨ªa de la Universidad de Vancouver, considerado como uno de los expertos mundiales m¨¢s destacados en el estudio de la psicopat¨ªa, sostiene que alrededor del 1% de la poblaci¨®n es psic¨®pata y que en caso de acceder al poder, estos sujetos pueden causar verdaderos estragos, ya que carecen de todo tipo de sensibilidad hacia los dem¨¢s y son grandes manipuladores que saben en seg¨²n qu¨¦ entornos trepar r¨¢pidamente a puestos de poder y actuar con total impunidad hasta que alguien les para los pies.
La buena noticia es que? Afortunadamente, la mitad de la poblaci¨®n espa?ola y mundial considera que tiene jefes aceptables, buenos o muy buenos. Profesionales bien preparados en el desarrollo de sus funciones que adem¨¢s saben tratar a las personas que dirigen. Hoy m¨¢s que nunca, el debate sobre la importancia de tener un buen jefe est¨¢ a la orden del d¨ªa. El prestigioso profesor Henry Mintzberg ha escrito un libro muy necesario y que ha recibido una c¨¢lida acogida en diversos pa¨ªses del globo titulado Directivos, no MBA, en el que dice lo siguiente: "Ni los h¨¦roes ni los tecn¨®cratas en las posiciones de influencia son ¨²tiles. Lo que realmente necesitamos son seres humanos, personas equilibradas, gente comprometida con las dem¨¢s personas de su equipo, con sus clientes, con sus proveedores, con la sociedad. Este tipo de nuevo l¨ªder tiene claro que su objetivo es dejar organizaciones m¨¢s cohesionadas y sobre todo con un prop¨®sito, con un sentido de su trabajo compartido".
En cualquier caso, parece que est¨¢ claro que del hombre-animal al hombre autorrealizado hay un largo proceso de camino hacia la conciencia que no escatima esfuerzos, aprendizajes, descubrimientos, renuncias, incorporaci¨®n de h¨¢bitos y actitudes? Por ese motivo, no es sano ni conviene confundir al alfa o macho dominante, orientado por el instinto a trepar compulsivamente, la vanidad o la mala uva, o al tecn¨®crata, que s¨®lo es capaz de ver a las personas como objetos, con el l¨ªder, que ha cultivado en su ser el conjunto de habilidades que le llevan a inspirar, a motivar y a actuar dando direcci¨®n y sentido a las personas que le rodean.
Ya lo dec¨ªa Antoine de Saint Exup¨¦ry: "Dirigir personas no es tarea f¨¢cil; empujarlas, en cambio, es muy sencillo".
?lex Rovira Celma es profesor de Esade, conferenciante y escritor.
?Qu¨¦ puedo hacer?
En Estados Unidos, el inter¨¦s sobre este tema es tal que en Internet existen muchos sitios que lo abordan. Uno de los m¨¢s importantes es Badbossology.com, una 'web' que brinda consejos sobre c¨®mo tratar con los malos jefes. Espec¨ªficamente, sus objetivos son ayudar a los empleados a desarrollar un plan de acci¨®n respecto a la situaci¨®n, los protege y reduce el poder de los jefes para tener ¨¦xito profesional a pesar de ellos. No se plantea como un sitio para quejas ni para promover el enfrentamiento entre empleado y jefes, sino que persigue un fin constructivo para la resoluci¨®n eficiente de situaciones de crisis.
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