La huella de Ortiz-Echag¨¹e

El n¨²mero 15 de la revista Contraluz, editada por la asociaci¨®n fotogr¨¢fica de Navarra, publica un monogr¨¢fico sobre Jos¨¦ Ortiz-Echag¨¹e (Guadalajara 1886- Madrid, 1980). Se trata de una recopilaci¨®n centrada en Navarra, con alguna referencia al Pa¨ªs Vasco. El inter¨¦s de las fotograf¨ªas resulta innegable. Son parte limitada de su extensa obra recogida en cuatro magn¨ªficos libros, joyas bibliogr¨¢ficas, hoy buscadas y ansiadas a precios desorbitados por numerosos aficionados. En ellas nos da cuenta de los temas en los que se centra el objetivo de su c¨¢mara: Espa?a. Tipos y trajes, Pueblos y paisajes, Espa?a m¨ªstica y Castillos y alc¨¢zares. Pero este aparente chequeo de todo un pa¨ªs, realizado durante las primeras cuatro d¨¦cadas del siglo XX, resulta una ficci¨®n.

Sus fotograf¨ªas est¨¢n apartadas de la realidad cotidiana. Son una mirada al pasado, a una oscura edad media donde priman los aspectos folcl¨®ricos y tradicionales. En ellas se pueden encontrar algunas referencias pict¨®ricas, incluso lazos filos¨®ficos con la Generaci¨®n del 98, tal como defiende Asunci¨®n Dome?o, gestora del fondo fotogr¨¢fico depositado en la Universidad de Navarra.

En las fotos referidas a personajes populares o religiosos el autor les hac¨ªa posar disfrazados con trajes antiguos, regionales o similares. De esta manera buscaba escenificaciones muy esmeradas con luz natural, al aire libre, de donde eleg¨ªa sus composiciones. Es por ello dif¨ªcil afirmar que ahondaba "en el ser de unas gentes que sienten su tierra como su modo de vida" , al estilo de los grandes documentalistas. Lo que no presenta dudas, y su obra as¨ª lo pone de manifiesto, es que fue un gran director de actores. Adem¨¢s manej¨® con acierto la ambientaci¨®n, el equilibrio de las formas y por supuesto la iluminaci¨®n.

Militar de carrera, Ortiz-Echag¨¹e fund¨® la empresa CASA en 1923 y en 1950 constituye la automovil¨ªstica SEAT. Este mundo empresarial y sus relaciones pol¨ªticas ayudaron a que sus trabajos tuvieran una difusi¨®n considerable en Alemania, Inglaterra, Francia o Italia. Tampoco fue ajena a su ¨¦xito la calidad ofrecida por sus composiciones, capaz de alcanzar la expresividad de un dibujo, con cantidad de matices, f¨¢cil de manipular y que le sirvi¨® para patentar lo que denomin¨® el Carbondir. Su inter¨¦s por este tipo de fotograf¨ªa se mantuvo hasta el final de sus d¨ªas. Una disciplina que termin¨® supliendo su vocaci¨®n de pintor, una actividad a la que su familia puso impedimentos desde su ni?ez y que qued¨® destinada a su hermano mayor Antonio.