Las peque?as cosas raras
Hay cosas raras que van ocurriendo en nuestra sociedad, sin esc¨¢ndalo ni controversia, y que no deber¨ªan pasar tan desapercibidas ni estar tan ocultas, porque ignorarlas podr¨ªa terminar enviando se?ales equivocadas a quienes las protagonizan o promueven. Quiz¨¢s, incluso, haciendo creer a personas que pretenden restablecer lo abolido que su empe?o es ahora posible porque la tolerancia ampara al fanatismo. Ser¨ªa una mala idea, porque no es nada seguro que convenga tener paciencia con la reacci¨®n ni que sea recomendable actuar ante ella con indiferencia.
Por ejemplo: la Fundaci¨®n de La Caixa ha editado 800.000 ejemplares de un libro titulado Violencia: tolerancia cero, escrito por In¨¦s Alberdi y por Luis Rojas Marcos, que, seg¨²n anunciaron los responsables de la entidad, se iba a repartir en todas las oficinas de la Caja de Ahorros como parte fundamental de su campa?a social contra la violencia dom¨¦stica.
La realidad es que los ejemplares de ese libro no se distribuyen en ninguna oficina (hay que saber que existen y pedirlos). Incluso en las carpas publicitarias inauguradas esta semana en Barcelona y en Madrid, el libro no se ha distribuido, en contra de lo que sucedi¨® en noviembre, en C¨®rdoba. Ahora ni tan siquiera ha sido posible conocer su existencia, porque s¨®lo ha habido un ejemplar, perdido en una vitrina, entre otros folletos de parecida apariencia.
La realidad es que la decisi¨®n de dar la menor publicidad posible a ese libro es consecuencia de las presiones ejercidas por grupos cat¨®licos organizados, capaces de llegar con sus protestas a la direcci¨®n de la entidad, y a lo que se ve, de convencerles para "difuminar" un trabajo en el que ya se hab¨ªan invertido millones de euros. Lo m¨¢s triste y rancio de este suceso es la estupidez de todo el planteamiento: lo que ha enfurecido a esos combativos grupos cat¨®licos es que el libro mantiene que las religiones monote¨ªstas apoyan la idea de la superioridad masculina y que la doctrina y las normas de la Iglesia cat¨®lica est¨¢n en consonancia con esa misoginia inicial de los textos sagrados. La opini¨®n contraria de esos grupos no tendr¨ªa mayor importancia si se limitaran a defenderla en otros art¨ªculos o libros. Pero no ha sido as¨ª sino que han enviado cartas y e-mails a los responsables de La Caixa para exigir la retirada del libro y se han vanagloriado en sus propias p¨¢ginas webs "por el ¨¦xito alcanzado".
Los portavoces oficiales de la Caja niegan formalmente que se hayan sometido a ninguna presi¨®n, pero admiten que el libro se distribuye "a petici¨®n", algo verdaderamente rid¨ªculo, cuando se trata de 800.000 ejemplares. De hecho, In¨¦s Alberdi no ha ocultado su disgusto por la decisi¨®n de La Caixa ("Se va a perder una magn¨ªfica oportunidad de luchar contra la violencia dom¨¦stica a trav¨¦s de las propias ventanillas de un banco") ni su convicci¨®n de que se est¨¢ haciendo caso "a gente muy ignorante pero con capacidad de amedrentar". El otro autor, Luis Rojas Marcos, tambi¨¦n crey¨® que el libro ser¨ªa distribuido masivamente. Incluso la propia directora del proyecto, Isabel Mart¨ªnez, explic¨® en su d¨ªa que ese texto ser¨ªa el aut¨¦ntico coraz¨®n de la campa?a.
A la vista del hecho cierto de que el libro no se distribuye como cre¨ªan los autores y como se anunci¨® en su d¨ªa, s¨®lo caben dos interpretaciones: o bien en la direcci¨®n de La Caixa existen responsables que no s¨®lo imponen sus creencias religiosas al conjunto de sus clientes sino que, adem¨¢s, comparten la trasnochada cr¨ªtica expresada por esos grupos cat¨®licos, o bien sus responsables han decidido acomodarse a las presiones por miedo a la pol¨¦mica. Si as¨ª fuera, convendr¨ªa recordar que el disgusto tambi¨¦n puede expresarse del otro lado y que puede haber tantos o m¨¢s clientes que se enfurezcan si el libro no reaparece en las oficinas de La Caixa y se ofrece masivamente a cuantos pasen por all¨ª.
Como dice el te¨®logo Enrique Miret Magdalena en la carta que ha enviado al presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, y a su director general, Isidre Fain¨¦, para expresar su preocupaci¨®n por los ataques que recibe el libro, "nadie que conozca la cultura occidental puede negar lo dicho en esas p¨¢ginas". Nadie que conozca la cultura occidental puede ignorar el coste de dejar el paso libre a la reacci¨®n. solg@elpais.es
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