Autoridad

Hay personas que definitivamente necesitan de un uniforme para revestirse de autoridad, en el peor sentido de la palabra. Esa autoridad fascista que disfruta pisoteando por el simple hecho de estar en una posici¨®n de privilegio. Esa es la ¨²nica explicaci¨®n que puedo encontrar ante un polic¨ªa que nos par¨® el pasado domingo, cuya prepotencia, altaner¨ªa y mala educaci¨®n rebasaban con creces lo que cualquiera pueda imaginar. Para empezar, dudo mucho que tuviese raz¨®n por las supuestas faltas que nos imputaba (y que no explico para no excederme). Pero si eso ya de por s¨ª es vergonzoso, mucho m¨¢s humillante fue cuando, en nuestro intento de explicar nuestra versi¨®n, nos mand¨® callar y nos amenaz¨® con seguir busc¨¢ndonos motivos por los que multarnos. Como mi situaci¨®n econ¨®mica no me permite arriesgarme a ir pagando multas me call¨¦, pero todav¨ªa dudo si no deber¨ªa haberle plantado cara, haberle dicho que era un impertinente y que no ten¨ªa raz¨®n, y haber pedido su n¨²mero de placa para quejarme ante las autoridades correspondientes.

Supongo que era as¨ª como se sent¨ªan los ciudadanos ante la polic¨ªa franquista. Pero, en las actuales circunstancias democr¨¢ticas, s¨®lo me queda pensar que los complejos de inferioridad de fondo algunos los resuelven haciendo uso de su posici¨®n de fuerza (inmerecida). Qu¨¦ triste.

Una aut¨¦ntica verg¨¹enza para la polic¨ªa auton¨®mica valenciana.