Los cient¨ªficos rastrean en aves de todo el planeta mutaciones del virus H5N1
Los vir¨®logos del Hospital Saint Jude de Memphis (EE UU) han sacado muestras a cientos de patos, pollos, gaviotas y p¨¢jaros del litoral de Am¨¦rica, Europa, Asia y Australia hasta leer 169 genomas completos y 2.196 genes sueltos del H5N1, en busca de las pautas evolutivas que pueden convertir a este virus aviar en una amenaza para la poblaci¨®n humana. El estudio ha deparado dos sorpresas.
Los virus de la gripe evolucionan muy deprisa en la poblaci¨®n humana debido a la fuerte presi¨®n de nuestro sofisticado sistema inmune. Los p¨¢jaros, que no tienen nada parecido, ejercen muy poca presi¨®n, y todo indicaba hasta ahora que los virus aviares son estables mientras no salten a un mam¨ªfero.
Pero los datos que el Saint Jude presenta hoy en Science demuestran que no es as¨ª. Por ejemplo, una nueva estirpe de H5N1 est¨¢ en plena evoluci¨®n en Norteam¨¦rica. Y no en las aves norteamericanas en general, sino s¨®lo en las gaviotas norteamericanas. M¨¢s a¨²n: los ocho genes de ese virus no son un surtido azaroso, sino una combinaci¨®n exacta cuyos detalles revelan un preciso ensamblaje de finos ajustes: un insospechado c¨®digo que, por ahora, los cient¨ªficos no saben leer. ?sta es la primera sorpresa.
Los dem¨¢s H5N1 del mundo son distintos, pero todos tienen su propio c¨®digo combinatorio de finos ajustes. Los ocho genes del virus de la gripe est¨¢n sueltos, y adem¨¢s mutan muy deprisa. Cuando el virus infecta a una c¨¦lula y se reproduce, los miles de copias de sus genes se ensamblan en nuevas part¨ªculas, siempre en grupos de a ocho, en cualquier combinaci¨®n imaginable. Pero ahora resulta que s¨®lo una combinaci¨®n prospera en cada especie de ave.
Claves de la mortalidad
Los investigadores tambi¨¦n han descubierto una de las claves de la mortalidad del virus. Se trata de un segmento de 12 letras de uno de los ocho genes (el gen NS) que difiere ligeramente entre el virus de la gripe humana com¨²n y el de la gripe aviar.
Los virus que causaron las pandemias de 1957 y 1968, que se caracterizaron por una baja mortalidad, llevaban la primera versi¨®n. La segunda versi¨®n, sin embargo, es la que llevaba el virus de la c¨¦lebre gripe espa?ola de 1918, que mat¨® a 50 millones de personas, y se ha vuelto a confirmar en los brotes letales de H5N1 en Hong Kong (1997, 1999 y 2003) y en Vietnam y Tailandia (2003 y 2004).
La raz¨®n de que esas 12 letras sean tan mortales es muy curiosa. Mientras que el gen del virus humano es incapaz de entenderse con nuestra compleja maquinaria celular, el del virus aviar se acopla con ella como si se conocieran de toda la vida. ?sta es la segunda sorpresa.
La mayor preocupaci¨®n sigue siendo que el H5N1 se adapte al ser humano, pero los cient¨ªficos se est¨¢n interesando cada vez m¨¢s por la extra?a din¨¢mica que exhibe en las propias aves.
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