Maxi rompe un maleficio de un a?o
Un gol del argentino en los ¨²ltimos minutos le sirve al Atl¨¦tico para sumar la segunda victoria consecutiva en Liga
El Atl¨¦tico, con Pepe Murcia al mando, no se "deja llevar". Los futbolistas rojiblancos han admitido que en la ¨²ltima etapa de Carlos Bianchi se rindieron. Que cansados de interrogar al banquillo sin respuesta se encogieron de hombros. Eso dicen. Ayer, adem¨¢s de asumir el peso del partido desde el minuto uno, el conjunto madrile?o intent¨® mostrar que sufre y padece. Que no todo le da igual. Se sobrepuso a dos igualadas del Deportivo no del todo muy justas y gan¨® su segundo partido seguido. No consegu¨ªa seis puntos consecutivos desde el mes de marzo de 2005, en la jornada 28 del pasado campeonato.
Sin embargo, al menos en dos aspectos, se pareci¨® mucho al equipo "sin capacidad de reacci¨®n" que dej¨® el t¨¦cnico argentino: perdieron por dos veces la ventaja en el marcador y encajaron dos tantos imputables a una p¨¦sima defensa de los balones por alto. Claro, que todo tiene su reverso: tambi¨¦n fue capaz en dos ocasiones de sobreponerse a los sucesivos empates deportivistas y voltear el resultado. Y eso s¨ª que es nuevo. Tambi¨¦n es una novedad marcar tres goles en un mismo partido. O ganar dos veces seguidas en Liga.
ATL?TICO 3- DEPORTIVO 2
Atl¨¦tico: Leo Franco; Velasco, Pablo, Perea, A. L¨®pez; Maxi (Gabi, m. 87), Ibagaza (Colsa, m. 90), Luccin, Petrov; Fernando Torres y Kezman (Galletti, m. 75).
Deportivo: Molina; Manuel Pablo, Coloccini, Juanma, Capdevila; Duscher, De Guzman (Xisco, m. 84); H¨¦ctor, Sergio (Arizmendi, m. 46), Munitis; y Trist¨¢n (Arizmendi, m. 46).
Goles: 1-0. M. 32. Ibagaza centra y Petrov, en su intento por chutar, lanza el bal¨®n al pico derecho del ¨¢rea desde donde empalma Maxi. 1-1. M. 47. Rub¨¦n centra una falta al ¨¢rea, el bal¨®n se pasea sin que nadie lo toque y, tras botar, se cuela en la porter¨ªa. 2-1. M. 53. A. L¨®pez, de falta directa por la escuadra. 2-2. M. 58. Capdevila, tras el saque de un c¨®rner, marca de plancha en el segundo palo. 3-2. M. 81. Maxi de espuela a la salida de una falta.
?rbitro: Fern¨¢ndez Borbal¨¢n. Amonest¨® a De Guzman, Perea, Duscher, Capdevila, Pablo, Ibagaza, Munitis, Torres y Kezman.
La conexi¨®n entre Ibagaza, Petrov y Maxi se ha convertido en la primera "sociedad limitada" productiva de cara al gol que se recuerda en el Atl¨¦tico desde su regreso a Primera, hace ya cuatro temporadas. Hasta la fecha, que se supiera, los goles eran cosa de Fernando Torres. Y no porque se entendiera muy bien con nadie de su equipo. No. Sencillamente, se buscaba la vida el solo. Ahora, resulta que Maxi tiene una gran habilidad para comprender los movimientos de Ibagaza y de Petrov. Incluso los del propio Fernando Torres. Mejor, Maxi tiene una gran habilidad para comprender los movimientos de la pelota. Su gol, el sorprendente gol que torc¨ªa una racha de mala suerte en los minutos finales para los rojiblancos, fue un curioso tanto marcado casi de espaldas con la espuela. Maxi tiene intuici¨®n.
El Deportivo, al margen del plus de car¨¢cter que se supone que aporta Joaqu¨ªn Caparr¨®s, no se parece en nada al de hace unos pocos a?os. Es peor. En el primer tiempo no dispar¨® a puerta ni una sola vez. Tampoco se defendi¨® con especial rigor, aunque al final del partido se se?alaron m¨¢s de 50 faltas. Casi todos sus futbolistas permanec¨ªan agazapados en campo propio. Nadie se ofreci¨®. A nadie se le ocurri¨® modificar el gui¨®n que marcaban Luccin e Ibagaza. Trist¨¢n, en un estado de forma lamentable, se tropezaba con su sombra. Sergio no debe figurar en las estad¨ªsticas del encuentro. Los dos fueron engullidos por el vestuario tras el descanso. Castigados por Caparr¨®s, dejaron sus puestos a Rub¨¦n y Arizmendi. El Deportivo mejor¨®. El primer s¨ªntoma de esa mejor¨ªa fue el empate. Un gol bastante tonto de Rub¨¦n. El canario sac¨® una falta al ¨¢rea que sin que nadie tocase el bal¨®n se col¨® en la porter¨ªa de Leo Franco. Esas cosas pasan.
Fue el primer golpe a la autoridad que hasta ese momento mostraba el Atl¨¦tico. Una falta directa magistral lanzada por Antonio L¨®pez a los pocos minutos restaur¨® la ventaja del conjunto madrile?o. Pero el Deportivo, en los pocos minutos en los que equilibr¨® medianamente el juego, volvi¨® a empatar. Un c¨®rner horrorosamente defendido le sirvi¨® a Capdevila para rematar en plancha y solo en el segundo palo. Se supon¨ªa que Petrov se encargaba de vigilarle. Obviamente no era as¨ª.
Poco a poco, y ya con el empate a dos en el marcador, el Atl¨¦tico recuper¨® la apuesta inicial. Una propuesta que consist¨ªa en mover con velocidad y profundidad la pelota con bastantes jugadores empe?ados en la tarea. El Deportivo, agotado el carb¨®nico que le aportaban Arizmendi y Ruben, regres¨® a la trinchera defensiva. Luccin e Ibagaza volvieron a colocar su banderita en el centro del campo.
El Atl¨¦tico, adem¨¢s, no ofreci¨® la gelatinosa sensaci¨®n de sus ¨²ltimos choques ligueros. Aunque hab¨ªa visto como le igualaban el partido por dos veces, no sufri¨® en exceso en los instantes finales. Nadie sud¨® m¨¢s de lo habitual. Nadie tembl¨®. Pepe Murcia, por si acaso alguien quiere hacer comparaciones, agot¨® los tres cambios. El ¨²ltimo de ellos lo hizo en el minuto 92. Hab¨ªa aprendido la lecci¨®n.
Caparr¨®s: "Jugamos sin intensidad"
Los jugadores del Deportivo recordaron, antes de comenzar el partido, a su compa?ero Juan Carlos Valer¨®n, recientemente operado de una grave lesi¨®n que le tendr¨¢ lejos del c¨¦sped durante ocho meses. Los deportivistas saludaron desde el centro del campo con una camiseta blanca en la que se pod¨ªa leer: "Gracias flaco". Tambi¨¦n se debieron de acordar de Valer¨®n una vez iniciado el partido. El tri¨¢ngulo formado por Duscher, De Guzman y Sergio fue incapaz de generar ni un miligramo de f¨²tbol. "Hemos tirado la primera parte, no hemos salido con la necesaria intensidad que deb¨ªamos", apreci¨® Joaqu¨ªn Caparr¨®s, el t¨¦cnico deportivista, que se lament¨® de la manera "de encajar los goles". Caparr¨®s calific¨® el partido de "muy fr¨ªo". El t¨¦cnico sevillano sustituy¨® a Sergio y a Trist¨¢n en el descanso.
Los espectadores del Calder¨®n, bastantes menos de lo habitual en las ¨²ltimas campa?as, tambi¨¦n aplaudieron el homenaje al canario. Aunque aguardaron al final del partido para mostrar, con palmas, lo contentos que estaban. La celebraci¨®n del triunfo por parte de los hinchas rojiblancos fue mucho m¨¢s ruidosa de lo esperable para un simple partido de Liga. Quiz¨¢ porque el Atl¨¦tico no ganaba dos encuentros consecutivos de Liga desde el mes de marzo del a?o pasado. Entonces, con C¨¦sar Ferrando en el banquillo, el equipo venci¨® por 3-0 al Sevilla y por 1-0 al Valencia. Tampoco entra en la categor¨ªa de lo usual que el grupo ahora dirigido por Pepe Murcia marque cinco goles en s¨®lo dos partidos. Sobre todo, teniendo en cuenta que cuando comenz¨® esta "vertiginosa" racha el equipo del Manzanares sumaba 17 goles en 19 partidos de Liga. Tampoco es muy usual que los aficionados de un mismo equipo se peguen entre ellos. Ayer hubo una peque?a reyerta en el fondo donde se ubican los seguidores m¨¢s radicales del Atl¨¦tico.
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