Si Goya levantara el cabez¨®n
Tal vez yo me encontraba algo espesa -hab¨ªa invertido parte de la tarde en explicarle a mi profesora de italiano que la duquesa de Alba habla as¨ª porque es as¨ª, y no porque haya sufrido un ictus, gracias al cielo-, pero me cost¨® entrar en la ceremonia de los Goya, y eso que, gracias a M¨¦ndez-Leite, fue de las m¨¢s sensibles a la hora de contentar a los cin¨¦filos, entre quienes me cuento. Los clips, o como se llamen que conmemoraron la historia del cine espa?ol en estos 20 a?os, y los de los Goya en sus dos decenios (por cierto: ?no parec¨ªa que casi todas las pel¨ªculas las hubiera hecho Fernando Fern¨¢n-G¨®mez? Mejor para las pel¨ªculas), fueron de muy paladear. Pero largos y sin r¨®tulos: endog¨¢micos. Aqu¨ª estamos los del cine dirigi¨¦ndonos a los del cine y los dem¨¢s, que se zurzan. Eso, en la era del zapeo y de las noticias por mensaje telef¨®nico, qued¨® pel¨ªn jur¨¢sico.
Y luego est¨¢ el hecho de que los Goya, como los Oscar, tienen un feroz enemigo: el D.F.T. Es decir: Democracia, Familia, TVE (concretamente, la nuestra). La falta de intenci¨®n pol¨ªtica reduce el espect¨¢culo (por llamarlo algo) a un desfile sombr¨ªo, m¨¢s que sobrio, y el exceso de premiados del sector "lo que no se ve", currantes unidos, etc¨¦tera, como en los Oscar, lastra mucho: quiz¨¢ deber¨ªan dejar el reconocimiento para el Primero de Mayo. Porque quien ha pasado a la historia del cine ha sido Marlene Dietrich y, como mucho, su director de fotograf¨ªa e iluminador, no su proveedor de pesta?as.
Pasemos a la F. F de Familia, traducida en Farragoso Farfulleo. Cielos, aquello parec¨ªa organizado por el papa B-16; de tal modo que los telespectadores acabamos dando vueltas en torno a una M-30 jalonada por las madres, los hijos, las esposas y dem¨¢s parientes; vivos o muertos, qu¨¦ m¨¢s da. Menci¨®n especial a los autores de cortos: ?por qu¨¦ son tantos? Si no me llega a pillar tan mayor, lo primero que habr¨ªa hecho a la ma?ana siguiente hubiera sido ligarme las trompas.
Y llegamos a la T. Televisi¨®n Espa?ola seguramente detesta el cine (y eso que le sacaron dos veces el padre a la Caffarel, en los clips o como se llamen). Para enterarme de c¨®mo eran los trajes he tenido que escuchar a Lola Carretero en el Hoy por hoy, de Carles Francino, y ver el Coraz¨®n de invierno de la Anne. Tal vez deber¨ªa encarg¨¢rseles a ellos la ceremonia. Y los gags (las "ocurrencias") a Corbacho, desde luego, lo mejor de la noche, junto con ese Carmelo G¨®mez tan sexy que ven¨ªa, seguramente, del ba?o.
Hablando en serio, la ¨²nica f¨®rmula que funciona es la de los Globos de Oro: cenita entre colegas, cachondeo y buena cobertura televisiva de las celebridades en sus mesas, dado que hay que enfocar las libaciones con Mo¨ºt Chandon, el patrocinador.
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