El Ayuntamiento de Barcelona embarga la cuenta a un mendigo
La burocracia no tiene alma. As¨ª se explica que el Ayuntamiento de Barcelona haya procedido a embargar la cuenta corriente de un mendigo que hab¨ªa infringido la anterior ordenanza municipal haciendo sus necesidades en plena calle, seg¨²n explicaron ayer portavoces de dos entidades dedicadas a la atenci¨®n a marginados: C¨¢ritas y la Fundaci¨®n Arrels. El afectado dispone de una cuenta corriente para poder cobrar una pensi¨®n no contributiva, pero vive en la calle porque carece de domicilio. Al ser multado e identificado, la maquinaria municipal se puso en marcha y la sanci¨®n acab¨® en embargo.
"En el proceso de embargo no se puede conocer la situaci¨®n de la persona embargada, porque una multa no informa sobre ello", explic¨® la concejal Assumpta Escarp, principal ponente de la actual ordenanza municipal. No obstante, tanto Escarp como el portavoz municipal declinaron comentar el caso al carecer de los datos concretos, que no fueron facilitados por las entidades. M¨¢s distante fue la reacci¨®n del concejal de Bienestar Social, Ricard Gom¨¤ (ICV), que zanj¨® la cuesti¨®n afirmando que ¨¦l no tiene nada que ver en ese asunto ya que es la Guardia Urbana la que pone las multas.
La ordenanza no distingue
Para C¨¢ritas, la situaci¨®n creada a este indigente, siendo grave, es una muestra de lo que puede ocurrir al aplicar una ordenanza c¨ªvica que, afirm¨® un portavoz de la instituci¨®n, no distingue entre casos muy diferentes entre s¨ª: "Una persona puede orinar en p¨²blico por incivismo o por otros motivos. No es lo mismo el joven turista que duerme en la calle para ahorrarse unos euros y hace sus necesidades donde quiere, que un indigente, y la ordenanza no distingue".
Adem¨¢s, a?adi¨®, antes hab¨ªa en la ciudad diversos puntos con urinarios p¨²blicos. Era el caso de las plazas de de Urquinaona, Universitat, Catalunya y Espanya. Poco a poco todos han sido suprimidos. Te¨®ricamente, explic¨® el portavoz de C¨¢ritas, se pueden utilizar los de los servicios de locales p¨²blicos, pero la avalancha de gente hace que estos centros restrinjan el uso a los clientes en detrimento de personas que puedan necesitar acceder a ellos en un momento determinado.
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