Diplomacia, por ahora
EE UU quiere m¨¢s presi¨®n sobre Ir¨¢n, pero mantiene la cautela
Al Qaeda, Ir¨¢n y Corea del Norte suponen "la preocupaci¨®n m¨¢s elevada" para EE UU, seg¨²n John Negroponte, coordinador de inteligencia y espionaje en el Gobierno de George W. Bush. Contra la organizaci¨®n de Bin Laden se libra una guerra sin cuartel; con los dos Estados sin control se opta por la diplomacia. En el caso del principal reto, Ir¨¢n, se favorece la presi¨®n multilateral. ?Hasta cu¨¢ndo? Depende de los diferentes puntos de vista, pero el Gobierno mantiene una pol¨ªtica de contenci¨®n.
La Casa Blanca cree, con la UE, que hay que frenar el intento del r¨¦gimen fundamentalista de dotarse de un arma nuclear. En principio, el caso se ajustar¨ªa a la pol¨ªtica de ataques preventivos; la opini¨®n p¨²blica, a pesar del desencanto de Irak, respaldar¨ªa una ofensiva a¨¦rea (57%, seg¨²n un sondeo de Los Angeles Times) si Teher¨¢n sigue adelante. Seg¨²n el republicano John McCain, posible aspirante a la presidencia, "hay s¨®lo una cosa peor que el hecho de que EE UU act¨²e militarmente, y es un Ir¨¢n con armas nucleares". "No hay que descartar ninguna opci¨®n", coincide Hillary Clinton, que mira tambi¨¦n a 2008.
La amenaza de un barril a 100 d¨®lares enfr¨ªa los ¨¢nimos para imponer sanciones
Pero la opci¨®n militar parece lejana. ?Por qu¨¦ el Gobierno est¨¢ apostando por la diplomacia y la presi¨®n por medio de las sanciones? Robert Kagan lo se?ala en The Washington Post: "Si un ataque a¨¦reo y con misiles pudiera destruir el programa de armas nucleares de Ir¨¢n, podr¨ªa ser visto como la mejor de muchas opciones malas; pero los costes probables superan los beneficios". Kagan se refiere tanto a la reacci¨®n en Ir¨¢n y el mundo musulm¨¢n como a las consecuencias en Irak.
Daniel Fried, responsable de Europa y Eurasia en el Departamento de Estado, sintetiz¨® as¨ª en Baltimore la posici¨®n oficial: "Nuestro compromiso actual es encontrar una soluci¨®n diplom¨¢tica. El siguiente paso es el Consejo de Seguridad, porque creemos que Ir¨¢n va a ser sensible a la presi¨®n. Lo que necesitamos es abordar el problema con un frente diplom¨¢tico unido".
Marc Reuben Gerecht, especialista en Ir¨¢n y Oriente Pr¨®ximo del American Enterprise Institute, cree que "lo m¨¢s importante es saber si los europeos mantendr¨¢n la firmeza". "?Estar¨¢n dispuestos, m¨¢s pronto que tarde, a comprometerse en aplicar sanciones serias a Ir¨¢n? Porque hace falta un tratamiento de choque severo que asuste al r¨¦gimen", sostiene.
La opci¨®n de sanciones, desde pistachos y alfombras hasta el petr¨®leo, podr¨ªa ser eficaz, aunque la posible consecuencia del barril a 100 d¨®lares enfr¨ªa muchos ¨¢nimos. "Si la respuesta es no, que es lo probable, entonces EE UU tendr¨¢ que empezar a pensar en otras opciones", dice Gerecht. Adem¨¢s del militar -"ataques a¨¦reos preventivos contra las instalaciones del programa nuclear iran¨ª"-, uno de los debates abiertos en Washington, a?ade, es el del "cambio de r¨¦gimen". Lo ha defendido esta semana el senador Sam Brownback, pidiendo "100 millones de d¨®lares para respaldar la democracia y los derechos humanos en Ir¨¢n". Gerecht est¨¢ de acuerdo -"no veo que los iran¨ªes merezcan menos apoyo del que tuvieron los polacos"- y explica: "Si cayera la teocracia de los cl¨¦rigos, nadie se sentir¨ªa muy asustado en caso de que un Ir¨¢n democr¨¢tico quisiera tener recursos militares nucleares. Puede no gustarnos, pero ni los europeos ni los americanos har¨ªan grandes esfuerzos para frenarlo".
A pesar de las resistencias que esta opci¨®n encuentra, el Gobierno -escribe el analista David Ignatius- empieza a pensar, de la mano de las tesis del profesor Jack Goldstone, que el extremismo por "el retorno de los radicales de Ahmadineyad" al poder, como ocurri¨® en otras revoluciones, ser¨¢ cada vez m¨¢s insoportable para una poblaci¨®n "que quiere estar m¨¢s conectada con el resto del mundo, y no m¨¢s aislada". Si eso fuera as¨ª, tendr¨ªa sentido valorar el cambio de r¨¦gimen.
"Si tuviera que apostar, yo dir¨ªa que este Gobierno no est¨¢ listo para la acci¨®n, y en consecuencia, Ir¨¢n acabar¨¢ teniendo el arma nuclear", cree Gerecht. "Si estuvi¨¦ramos dispuestos a aguantar con el barril a 100 d¨®lares, si consideramos tan importante la no proliferaci¨®n como para correr riesgos, un frente unido de sanciones tendr¨ªa posibilidades de torcer la voluntad de la ¨¦lite gobernante. ?Va a ocurrir? No creo. Si se contrasta lo que podr¨ªa funcionar con la voluntad de Occidente de aplicarlo, hay que llegar a la conclusi¨®n de que los cl¨¦rigos tienen mejores cartas y que, probablemente, van a ganar esta partida de p¨®quer".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.