Lo que no pudo ser

No pudo ser. Mayte Mart¨ªn estaba fuertemente acatarrada y no pudo cantar como ella sabe. Cant¨® bien, no obstante, pero dentro de unos l¨ªmites y tirando a abreviar. Hizo parte de su repertorio: vidalita, malague?as, siguiriyas... Puso buena voluntad, cant¨® incluso bien, pero su cante glorioso al que nos tiene acostumbrados no lleg¨® a forjarse expl¨ªcitamente. Antes que ella hab¨ªan cantado Salom¨¦ Pav¨®n y Arc¨¢ngel. Salom¨¦ dijo el cante con gusto, el cante de su casa, la casa de los Pavones, por una parte, y de Caracol, por otra. De todos se acord¨® en unos cantes cuajados de dificultad, que ella hizo de manera natural y sencilla, terminando con la debla de Tom¨¢s Pav¨®n, tan dif¨ªcil.

El gran triunfador de la noche fue Arc¨¢ngel, en un recital largo y tenso. Es cantaor f¨¢cil, o por lo menos lo parece. Canta con la voz clara, sin roces ni otros incidentes. Voz clara, con potencia, que normalmente ¨¦l lleva con facilidad a lo m¨¢s alto y all¨ª la mueve sin problemas. Cant¨® muy bien por siguiriyas, por alegr¨ªas, por fandangos de Huelva. Dijo que Madrid es la capital del flamenco y sigui¨® cantando. L¨¢stima que en su cante no se acuerde de los bajos, porque entonces ser¨ªa un fuera de serie. Hoy es un buen cantaor que gusta mucho a las audiencias. Que no es poco, en cualquier caso.