"Lo que pas¨® con Salman Rushdie fue una se?al"
LAS PREGUNTAS 1. ?Le sorprendi¨® que la aparici¨®n de los dibujos desatara esta pol¨¦mica? 2. ?Y le sorprendieron las reacciones violentas? 3. ?Qu¨¦ hacer? ?Autocensurarse? 4. ?Es esta una expresi¨®n del choque de civilizaciones? 5. ?El futuro ser¨¢ igual de explosivo? 6. ?Ha vivido alguna experiencia de intolerancia?
Jos¨¦ Saramago (Azinhaga, 1922) gan¨® el premio Nobel de Literatura en 1998; reside en Lanzarote, desde donde viaja por todo el mundo. Su novela El Evangelio seg¨²n Jesucristo caus¨® una enorme pol¨¦mica en su pa¨ªs y en otros pa¨ªses cat¨®licos, e indirectamente caus¨® entonces su marcha de Portugal. Su ¨²ltima novela es Las intermitencias de la muerte.
"Conociendo lo que es el islam, y sobre todo la situaci¨®n internacional, las reacciones no me han sorprendido"
1.Los dibujos se publicaron en septiembre, y estamos en febrero. Ahora surgen de s¨²bito, como si hubieran aparecido ayer. El conflicto lleva mucho tiempo calent¨¢ndose. Lo que me sorprendi¨® es que algo tan viejo estallara como una bomba ahora por algo que apareci¨® en septiembre. Por otra parte, la reacci¨®n tampoco es novedosa. Lo hemos vivido en los siglos XV o XVI, fuimos igual de intolerantes, quemamos a los que pensaban distinto, no hemos sido tan diferentes.
2.En algunos momentos he temido lo peor. Vivimos en Estados laicos, en los que el margen de libertad es ampl¨ªsimo, y a veces pensamos que todo el mundo se alimenta de lo mismo, y no es as¨ª. Pero conociendo lo que es el islam, y sobre todo la situaci¨®n internacional, las reacciones no me han sorprendido. Que algunas manifestaciones hayan sido organizadas no tiene por qu¨¦ maravillarnos, porque ya se sabe lo f¨¢cil que es. Y tampoco me ha sorprendido la violencia con que se han producido. Lo que s¨ª me pill¨® desprevenido es la irresponsabilidad del autor o de los autores de esos dibujos. Algunos opinan que la libertad de expresi¨®n es un derecho absoluto, el ¨²nico derecho absoluto que existe, mientras que todos los dem¨¢s son relativos. La cruda realidad impone l¨ªmites. Imaginemos que el dibujante dan¨¦s, en lugar de hacer una vi?eta ridiculizando a Mahoma, dibuja una diciendo que el director del peri¨®dico es un imb¨¦cil. Ser¨ªa muy valiente, pero al d¨ªa siguiente probablemente estar¨ªa en la calle.
3.No se tratar¨ªa de autocensurarse, sino de usar el sentido com¨²n. En una situaci¨®n como la que vivimos, y conociendo la susceptibilidad que hay en torno a estos temas, el sentido com¨²n nos dictar¨ªa qu¨¦ hacer. Alguien verdaderamente responsable que tuviera constancia de que una vi?eta puede ser como echar gasolina al fuego la guardar¨ªa para mejor ocasi¨®n.
4.El choque est¨¢ ah¨ª, y siempre ocurre cuando la Verdad se encuentra condensada en un libro. Ocurri¨® con la Biblia, que ha sido usada como un arma, pas¨® no hace mucho con el Libro Rojo de Mao, pas¨® con Mein Kampf de Hitler, pasa con el Cor¨¢n..., y los uso como ejemplo de lo que ocurre cuando se limitan las verdades plurales, cuando se expresa que hay un Dios y que todo lo contrario niega la existencia de ese Dios... Matar en nombre de Dios es hacer de Dios un asesino... ?Habr¨¢ conciliaci¨®n? Presupone una ense?anza que eduque en el respeto de las creencias del otro; y aunque esto se hiciera ser¨ªa obra de una generaci¨®n, y no tenemos mucho tiempo. Si no se inventa un modo de llegar a un pacto de no agresi¨®n entre las religiones, tampoco se podr¨¢ llegar a esa alianza de civilizaciones de la que se habla. ?Qui¨¦n firmar¨¢ el pacto? No veo al Papa y a otros representantes de otras confesiones cristianas teniendo delante de la mesa a representantes del islam.
5.Ambas civilizaciones han vivido pocos momentos de paz; no veo c¨®mo se remediar¨¢ ahora la lucha que est¨¢ latente; acaso cuando la tolerancia se instale como algo casi natural. Ahora sabemos que en Irak los profesores m¨¢s abiertos han sido expulsados de la Universidad o est¨¢n en la c¨¢rcel... Es urgente educar para la tolerancia. Tenemos un problema ahora.
6.En mi caso, mi choque con la intolerancia [el rechazo cat¨®lico a El Evangelio seg¨²n Jesucristo] no puso nunca mi vida en riesgo. Fue una decisi¨®n est¨²pida del ministro de Cultura de mi pa¨ªs. Luego ocurri¨® algo mucho m¨¢s serio, que fue lo que pas¨® con Rushdie. Con la distancia que nos da el tiempo podemos decir que aquella fue una se?al.
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