El Gobierno franc¨¦s propone escoger a los inmigrantes en funci¨®n del inter¨¦s nacional
Un proyecto de ley hace m¨¢s dif¨ªcil el reagrupamiento familiar y los matrimonios mixtos
Francia quiere escoger a sus inmigrantes y no padecerlos. El Gobierno de Dominique de Villepin aprob¨® ayer el proyecto de ley de inmigraci¨®n -elaborado por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy-, que endurece los controles para acceder a la residencia, reduce las v¨ªas para la regularizaci¨®n y cierra considerablemente la puerta al reagrupamiento familiar y los matrimonios mixtos, que el a?o pasado supusieron el 77,6% del total de los inmigrantes que entraron en Francia. "Hay que pasar de una inmigraci¨®n demasiado tiempo sufrida a una inmigraci¨®n elegida", dijo el primer ministro, rob¨¢ndole la frase a Sarkozy, su principal rival en el campo de la derecha.
Tras la reuni¨®n del Comit¨¦ Interministerial de Control de la Inmigraci¨®n (CIC), que integra a los titulares de 10 carteras de su Ejecutivo, Villepin ofreci¨® una conferencia de prensa para presentar el texto legal. El Gobierno, explic¨®, determinar¨¢ en qu¨¦ sectores econ¨®micos se necesita mano de obra para admitir inmigrantes especializados. El ministro de Asuntos Sociales, Jean-Louis Borloo cit¨® "el mantenimiento industrial, la mec¨¢nica, la hosteler¨ªa y la restauraci¨®n, los trabajos p¨²blicos y las enfermeras", si bien, a?adi¨®, la lista variar¨¢ en funci¨®n de la evoluci¨®n del mercado laboral.
Sarkozy ser¨¢ el encargado de defender, el pr¨®ximo abril en la Asamblea, los 87 art¨ªculos de un texto legal que ha nacido con pol¨¦mica desde que el ministro del Interior lo anunciara a grandes rasgos antes del verano y cuyo contenido m¨¢s preciso ya hab¨ªa adelantado ¨¦l mismo en una entrevista el domingo pasado. Tanto la oposici¨®n de izquierdas como los grupos de defensa de los derechos humanos ya lo han criticado con dureza. "Vamos a tener buenos inmigrantes, que se beneficien de sus derechos, y malos inmigrantes, privados de ellos", dijo ayer el diputado socialista Faouzi Lamdaoui.
El objetivo de la ley, seg¨²n el primer ministro, es "dotar a Francia de los medios necesarios para controlar su inmigraci¨®n de modo que se convierta en una baza real para nuestro pa¨ªs". El texto, sin embargo, no incluye ni una sola vez el t¨¦rmino cuotas, sino que utiliza el impreciso concepto de estimaciones. La puerta que se abrir¨¢ a los inmigrantes ya no estar¨¢ relacionada con la reagrupaci¨®n familiar o los matrimonios, sino con las necesidades del mercado laboral.
El modelo b¨¢sico ser¨¢ el permiso de trabajo trienal renovable para los trabajadores sin cualificaci¨®n. Paralelamente, en lo alto de la gama, se establece un tipo de permiso de residencia, llamado "de competencias y talentos" para profesionales e investigadores de alto nivel que contribuyan al "desarrollo de la econom¨ªa francesa" o "al brillo de Francia en el mundo". Adem¨¢s, los estudiantes extranjeros podr¨¢n quedarse en Francia si encuentran un empleo en los seis meses siguientes de haber obtenido su diploma.
Reagrupamiento familiar
Pero si se abre la puerta a los escogidos, se cierra para los "padecidos". Conseguir traerse a un familiar ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Quien lo solicite deber¨¢ demostrar que lleva en Francia m¨¢s de 18 meses -ahora es un a?o- y demostrar que tiene los recursos econ¨®micos para acogerlo. La ley introduce un elemento que empieza a ser corriente en Europa, el llamado Contrato de Acogida e Integraci¨®n, que exige a quien pide la residencia que se comprometa a respetar los valores de la Rep¨²blica, sus leyes, aprender la lengua y aceptar la igualdad entre hombre y mujer. Si se demuestra que ha incumplido este contrato podr¨ªa perder las ayudas sociales e incluso ser expulsado.
La ley establece un control sobre los llamados matrimonios de conveniencia, una pr¨¢ctica com¨²n en Francia, donde se ha detectado un aut¨¦ntico mercado. El extranjero que se case con un ciudadano franc¨¦s deber¨¢ justificar tres a?os de vida en com¨²n -actualmente son dos- para obtener la residencia, y cuatro -actualmente, dos- para pedir la nacionalidad. El texto pone fin a la regla de los 10 a?os, el periodo de estancia en Francia por el que los inmigrantes ilegales ten¨ªan derecho a la residencia. La nueva ley establece que se decidir¨¢ en cada caso.
Seg¨²n el ministro del Interior, s¨®lo el 5% de los inmigrantes que llegan a Francia cubren necesidades laborales, mientras que en lugares como Australia o Canad¨¢ la tasa es hasta del 50%.
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