Un profesor franc¨¦s crea un programa para estudiar a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil

El 72% de los alumnos franceses entre 12 y 17 a?os tiene su propio tel¨¦fono m¨®vil. Ese fetiche imprescindible de cualquier adolescente, objeto de toda clase de cr¨ªticas por parte de los padres y de los profesores, al que incluso se le atribuye la p¨¦rdida de respeto por la ortograf¨ªa, tambi¨¦n puede tener efectos beneficiosos para los estudios, como por ejemplo permitirles repasar las lecciones, solucionar alguna duda o dedicar un tiempo muerto disponible a profundizar en una materia. Eso es lo que pens¨® Philippe Steger, profesor de Econom¨ªa e Inform¨¢tica del Instituto Mas-de-Tersse de la ciudad francesa de Montpellier cuando, visitando un congreso inform¨¢tico, descubri¨® un prototipo dotado de pantallas flexibles que se enrollan a uno de sus lados y permiten trabajar en un espacio mucho m¨¢s grande que el actual. "El port¨¢til ha adquirido la condici¨®n de objeto de culto entre los escolares", explic¨® Steger al diario Lib¨¦ration, "y es un medio que a¨²n est¨¢ en pleno desarrollo".

El sistema es gratuito de momento, pero dejar¨¢ de serlo cuando se extienda

Steger ha desarrollado un sistema que permite a los alumnos repasar sus lecciones acad¨¦micas a trav¨¦s de sus tel¨¦fonos m¨®viles con acceso a Internet. Los chavales acceden a una p¨¢gina web desde la que deben seleccionar el curso en el que est¨¢n matriculados y a continuaci¨®n la materia que quieren repasar. Pueden encontrar soluciones a cuestiones muy concretas, como la declinaci¨®n de un determinado verbo o someterse a cuestionarios para comprobar si est¨¢n o no preparados para un examen o acceder a los apuntes enteros del curso, por ejemplo.

Para llegar a esta oferta, la idea original de Steger acab¨® involucrando a una cincuentena de profesores que Steger contact¨®, mayoritariamente, v¨ªa Internet; desarrollaron hasta 750 pruebas de conocimientos y res¨²menes, parte del programa bautizado como Wapeduc. De momento, el sistema es gratuito y est¨¢ todav¨ªa en fase experimental, concretamente entre los alumnos del Instituto Mas-de-Tersse de Montpellier y algunos m¨¢s.

Pero en cuanto se extienda al sistema educativo dejar¨¢ de serlo. Steger, que en 2003 obtuvo el premio E-learning Award, a los proyectos de educaci¨®n en la Red, considera que es necesario remunerar a los autores de los contenidos, aunque el precio ser¨¢ muy asequible, tan s¨®lo dos euros mensuales que se descontar¨¢n de la factura o el saldo del m¨®vil.