?Las leyes son para cumplirlas?
El pasado 1 de enero entr¨® en vigor la tan tra¨ªda y llevada ley contra el tabaco. Pocas leyes han sido tan comentadas. Por ella y contra ella han corrido r¨ªos de tinta, se han hecho programas especiales, debates y ha ocupado y abierto los informativos m¨¢s importantes de radio y televisi¨®n. Fumadores activos y pasivos han dado su opini¨®n; la mayor parte de los hosteleros han protestado, los estanqueros han mostrado su repulsa y los kioskeros han salido a la calle a manifestarse. Pero las autoridades se han mostrado inflexibles y han dicho: ni hablar, la ley es la ley y, adem¨¢s, es de obligado cumplimiento.
Pero yo quiero hablar de otra ley. De una ley que lleg¨® en silencio, sin hacer ruido y sin que nadie la anunciara. Estoy hablando de una ley de integraci¨®n, de accesibilidad, de normalizaci¨®n. Una ley que permitir¨ªa a miles de personas con discapacidad acceder no solo a un puesto de trabajo, con lo importante que es, sino a vivir en esta sociedad, en igualdad de condiciones para todos.
Esta ley tambi¨¦n es de obligado cumplimiento pero, con demasiada frecuencia, las autoridades hacen caso omiso de su exigencia. Y cuando digo autoridades, me refiero a alcaldes y concejales de nuestros ayuntamientos, que permiten la apertura de comercios al margen de la ley. ?D¨®nde est¨¢n entonces los concejales de urbanismo, de bienestar social, los alcaldes en definitiva? ?Por qu¨¦ se les da el mismo plazo que a los bares, (en el caso de la ley antitabaco) para remodelar sus locales, so pena de imponerles multas importantes?
?D¨®nde est¨¢, por ejemplo, el responsable de la Hacienda guipuzcoana que consiente que ciudadanos con limitaciones f¨ªsicas no puedan acceder a sus instalaciones, al menos en Donostia? ?No dicen que Hacienda somos todos? ?D¨®nde est¨¢ el Gobierno vasco, que permite este agravio comparativo entre los habitantes de ¨¦ste pa¨ªs, convirti¨¦ndonos en ciudadanos de segunda?
?D¨®nde el director general de Transportes, que no se preocupa porque los usuarios de sillas de ruedas no puedan viajar en Eusko Trenbideak por el p¨¢nico a caer en la entrada a los vagones? Y por ¨²ltimo, y m¨¢s importante, ?d¨®nde est¨¢ el resto de la sociedad de la que somos hijos, hermanos y amigos, pero que pasan a nuestro lado indiferentes ante nuestros problemas y nuestra lucha? Si os moviliz¨¢is por vuestro derecho a fumar cuantos cigarrillos quer¨¢is, aun a costa de vuestra salud, os pido que nos apoy¨¦is en nuestra lucha reivindicativa por la consecuci¨®n de nuestros derechos m¨¢s elementales.
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