Un golazo para la esperanza

Muy exigido, tanto por el rival como por el escenario y el torneo, el Espanyol claudic¨® a ¨²ltima hora despu¨¦s de responder como un jabato durante tres cuartos de partido. La excelente actuaci¨®n del portero Gorka y un precioso gol de Luis Garc¨ªa le permitieron ganarse un buen resultado en un partido de palabras mayores. Mal empezaron y peor acabaron los blanquiazules. El Schalke firm¨® un remonte que premi¨® su mejor inicio y final de encuentro, momentos en que el Espanyol se defendi¨® como pudo, entre afortunado y tozudo. No tuvo suerte en cambio cuando gobernaba la contienda porque encaj¨® un gol de falta que le descoloc¨® y le llev¨® a disputar un ¨²ltimo tramo de partido muy complicado.

El Schalke aparece como un equipo intimidador por su naturaleza alemana, factor importante cuando el partido se disputa en el Veltins Arena, y tambi¨¦n seductor por un f¨²tbol moderno que le llev¨® a rivalizar con el Milan en la fase inicial de la Liga de Campeones y le mantiene entre los puestos altos de la Bundesliga. Juega con gusto, tiene mucha din¨¢mica, ocupa la cancha de forma racional a partir de un rombo en la l¨ªnea de medios y cuenta con futbolistas interesantes. El brasile?o Lincoln, por ejemplo, es una delicia. Funciona perfectamente como enganche, por delante del medio centro Poulsen, y activa por igual a dos delanteros complementarios como el veloz Kuranyi y el potente Larsen. El 7-4 que alcanz¨® el pasado s¨¢bado ante el Leverkusen certifica su poder ofensivo y una cierta irregularidad defensiva. A Lotina le encantan los equipos como el Schalke porque le permiten recogerse, taparse, jugar a la contra y puede montar la alineaci¨®n sin contemplaciones. Anoche se tap¨® con dos pivotes defensivos, cuatro laterales y s¨®lo dos jugadores por delante de la pelota, Luis Garc¨ªa y Pandiani, mientras De la Pe?a calentaba banquillo a¨²n cuando el s¨¢bado no podr¨¢ jugar en Vila-real por sanci¨®n.

As¨ª las cosas, el Schalke tom¨® la iniciativa de principio a fin sin contemplaciones y el Espanyol se cerr¨® descaradamente. Encomendado a Gorka, excelente en las cuatro ocasiones que sumaron los alemanes, el equipo blanquiazul rentabiliz¨® al m¨¢ximo su ¨²nica llegada al ¨¢rea con un gol precioso por la ejecuci¨®n de Luis Garc¨ªa, que remat¨® cruzado, pr¨¢cticamente sin ¨¢ngulo, despu¨¦s de enganchar la pelota con la espuela y vencer al portero. Al Schalke de nada le vali¨® su f¨²tbol combinativo y veloz porque le falt¨® punter¨ªa y tambi¨¦n malicia en el remate. La salida a la cancha de Asamoah despu¨¦s del descanso reforz¨® la apuesta ofensiva de Slomka, y los alemanes se fueron a por el partido con un juego menos elaborado y m¨¢s directo, dispuestos a un remonte por las bravas. Le perdi¨® entonces la impaciencia y tambi¨¦n una cierta cojera por la banda izquierda. El Schalke pas¨® a ser un equipo irreconocible por desorganizado y destemplado. La suma de delanteros le fractur¨® para suerte del Espanyol, que tuvo mucho m¨¢s tiempo la pelota, mezcl¨® mejor y se gan¨® un remate de gol que Zabaleta no aprovech¨® por el cruce de Krstajic en una acci¨®n que pareci¨® penalti. La jerarqu¨ªa de Costa sobre el partido fue por momentos incuestionable y el equipo se oxigenaba estupendamente por las bandas. Mejorado en ataque, el Espanyol perdi¨® consistencia en la defensa de las jugadas de estrategia y encaj¨® un gol en una falta lateral.

Aunque el empate anim¨® al Schalke, el Espanyol no se arrug¨® sino que discuti¨® por el bal¨®n. El partido qued¨® muy abierto, con opciones para uno y otro equipo, una situaci¨®n que ni pintada para De la Pe?a. El Schalke sac¨® mejor rendimiento del litigio. Ernst marc¨® un gol muy importante para un equipo que sabe jugar muy bien en cancha ajena y, por tanto, legitima sus aspiraciones en Montju?c. Al Espanyol, en cambio, le complica mucho la vida, y m¨¢s despu¨¦s que Pandiani marrara una ocasi¨®n franca en el ¨²ltimo remate. El resultado, en cualquier caso, fue respetuoso con la inversi¨®n que unos y otros pusieron en la refriega, salpicada de brotes de dureza, saludados siempre por un ¨¢rbitro al que en su pa¨ªs no dejan pitar por malo.