Europa responde a la rapi?a nazi
La devoluci¨®n, por razones morales, de las obras de arte robadas por la Alemania nazi a los jud¨ªos durante la II Guerra Mundial ha modificado el concepto tradicional de museo. Ya no hay conjuntos inalterables de cuadros, sino colecciones en movimiento.
En Holanda, la familia del coleccionista Jacques Goudstikker recibir¨¢ 202 cuadros procedentes de 14 museos. En Viena, el palacio de Belvedere se ha despedido de cinco telas de Gustav Klimt. Ser¨¢n remitidas a Maria Altmann, de 89 a?os y descendiente de la familia Bloch, expoliada por los nazis. En Berl¨ªn, los hijos del coleccionista Hans Sachs reclaman al Estado la obra gr¨¢fica (3.500 grabados y carteles) dejada por su padre al exiliarse a E E UU en 1938. Y en el Reino Unido, la casa Sotheby's acaba de subastar por nueve millones de euros D¨ªa de verano (1904), de Edvard Munch. El vendedor, Fred Olsen, es hijo de un magnate que escondi¨® 36 lienzos de Munch en una remota granja de Noruega.
Viena se ha despedido de cinco telas de Gustav Klimt. Ser¨¢n remitidas a Maria Altmann, de 89 a?os, descendiente de la familia Bloch
La suerte de los Klimt vieneses es muy llamativa por el lugar ocupado en la historia del arte por el artista. Figura clave del art nouveau y del simbolismo, tanto la famosa tela Ad¨¨le dorada (1907), ahora devuelta, como El beso, que permanecer¨¢ en el Belvedere, son dos de las im¨¢genes m¨¢s reconocibles de su g¨¦nero. Se da la circunstancia de que la modelo para la primera, Ad¨¨le Bloch, era amiga del artista. A Ferdinand Bloch-Bauer, esposo de Ad¨¨le y t¨ªo de Maria Altmann, le robaron su colecci¨®n de Klimt durante la ocupaci¨®n nazi de Austria. Entre los cuadros que esta octogenaria estadounidense recibir¨¢ hay un retrato m¨¢s de su t¨ªa. El lote lo completan Bosque de Abedules (1903), Manzano (1912) y Casas en Unterach sobre el Attersee (1916).
Valorado en 250 millones de euros, el quinteto resultaba demasiado caro para que el Gobierno austriaco lo conservara en las colecciones p¨²blicas, seg¨²n la ministra de Cultura, Elizabeth Gehrer. Poco despu¨¦s de sus declaraciones, un tribunal arbitral fall¨® a favor de la heredera. De todos modos, el canciller austriaco, Wolfgang Sch¨¹ssel, record¨® que la ley que facilita estas operaciones, en vigor desde 1998, ha permitido la restituci¨®n de m¨¢s de 5.000 obras de arte. En Holanda, el debate ha profundizado en la esencia misma de los museos. El m¨¢s afectado por la devoluci¨®n, Bonnefanten Museum, de Maastricht, perder¨¢ 38 ¨®leos de Anthonie van Dyck y Filipino Lippi, entre otros. A su director, Alexander van Grevenstein, le parecer¨ªa l¨®gico recibir una compensaci¨®n "por los gastos de restauraci¨®n de las obras". Pero el Gobierno no piensa hacerlo.
El Rijksmuseum de Amsterdam, que se despide de 11 cuadros del Siglo de Oro, prefiere abordarlo como una oportunidad. Su director, Ronald de Leeuw, ha propuesto cubrir los vac¨ªos de todos "con lo que haya en los fondos de salas tan bien provistas como la nuestra, Maurtitshuis (La Haya), o Boijmans Van Beuningen (Rotterdam)". Se pasar¨ªa as¨ª del museo que estudia y restaura sus obras de siempre a una especie de colecci¨®n nacional compartida.
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