El vivero de suicidas para Irak
Ochenta j¨®venes han sido captados en Espa?a para la insurgencia iraqu¨ª. Due?os de locutorios y de comercios isl¨¢micos financian el viaje de los terroristas
Abdeslam Hssisni, de 72 a?os, patr¨®n de pesca de arrastre en Larache (Marruecos), cre¨ªa que su jubilaci¨®n despu¨¦s de casi cincuenta a?os trabajando en aguas y barcos espa?oles ser¨ªa tranquila, pero se equivoc¨®. El 13 de enero de 2004, tres d¨ªas despu¨¦s de la fiesta del cordero, este marroqu¨ª de estatura media, complexi¨®n fuerte y poderosas manos descolg¨® el tel¨¦fono en su casa de T¨¢nger y oy¨® una frase en ¨¢rabe que ha transformado la vida de su familia en un infierno: "Hasan miet" ("Hasan muerto").
-?Qui¨¦n es?
-?Es usted el padre de Hasan?
-S¨ª, ?qui¨¦n es?
-Llamo desde Irak para decirle que Hasan ha muerto.
-?Por qu¨¦? D¨ªgame qui¨¦n lo ha matado... ?Qui¨¦n es usted?
Abdeslam, vestido con un jersey de punto de cuello alto y pantal¨®n de ch¨¢ndal, rememora la llamada sentado frente a una mesa camilla en el diminuto sal¨®n de la casa sin ascensor de su hija F¨¢tima, en San Boi de Llobregat, una localidad pr¨®xima a Barcelona. Su mujer, Zohra, de 58 a?os, con la cabeza cubierta por un pa?uelo negro, no para de llorar. "Era un hombre. Me habl¨® en ¨¢rabe y la conversaci¨®n no dur¨® m¨¢s de un minuto. Yo no cesaba de hacer preguntas, pero ¨¦l colg¨® el tel¨¦fono. Todos nos echamos a llorar. Si hubiera sabido lo que mi hijo iba a hacer, lo habr¨ªa tenido atado en casa con una cadena. Lo habr¨ªa entregado al Gobierno", asegura el marinero jubilado. "?Sabe usted lo que hemos sufrido con ¨¦l?", apostilla su madre desde la cocina.
Mam¨¢, estoy en Irak. -?Qu¨¦ haces all¨ª? ?Por qu¨¦ has ido? -Estoy en Irak y ya est¨¢. Lo siento, madre
"Me tortura pensar a qui¨¦nes y a cu¨¢ntos habr¨¢ matado. Aqu¨ª hemos venido a trabajar, no a matar"
Soy amigo de Mohamed. -?Qu¨¦ pasa con ¨¦l! -Mohamed ha muerto. -?Qui¨¦n es usted?
En la p¨¢gina Yihaweb se explica c¨®mo unirse a la insurgencia iraqu¨ª
100 han partido del Reino Unido, 40 desde Francia, y 30 de Italia
Los cursos son cada vez m¨¢s r¨¢pidos. El suicida no puede decidir nada
La mayor¨ªa son salafistas argelinos, y aumentan los marroqu¨ªes
Hasan Hssisni ten¨ªa 26 a?os cuando supuestamente muri¨® en Faluya (Irak) al protagonizar un ataque suicida. Un a?o antes hab¨ªa telefoneado a su madre desde all¨ª. Una llamada que Zohra interpret¨® como una despedida.
-Mam¨¢, estoy en Irak.
-?Qu¨¦ haces all¨ª? ?Por qu¨¦ has ido? ?Qui¨¦n te ha mandado?
-Estoy en Irak y ya est¨¢. Lo siento, madre.
"No dijo nada m¨¢s. No se pod¨ªa hablar con ¨¦l. Todos nos pusimos como locos. Yo gritaba por toda la casa: ?Hasan est¨¢ en Irak! Llev¨¢bamos muchos meses sin saber nada de ¨¦l. Hab¨ªa desaparecido sin decir nada. Antes de su muerte, la polic¨ªa marroqu¨ª vino a casa a preguntarnos si sab¨ªamos algo de ¨¦l", recuerda Zohra.
Hasan vivi¨® unos meses en la primera casa de su hermana F¨¢tima, en Casteldefells. Sus padres lo describen como un joven guapo y conflictivo al que le gustaba vestir bien, acicalarse y quedarse en la cama durante todo el fin de semana. Las peleas con su padre eran constantes. Abdeslam lo recuerda as¨ª: "Le organic¨¦ su boda en T¨¢nger y le busqu¨¦ trabajo como marinero en Larache, pero no dur¨® en el mar m¨¢s que cuatro meses. Se separ¨® de su mujer y vendi¨® los muebles. No quer¨ªa trabajar. Estaba loco como un perro rabioso y lo ech¨¦ de mi casa. Luego desapareci¨®. Nadie sab¨ªa d¨®nde estaba hasta que su mujer nos avis¨® que se hab¨ªa ido a Siria. Cuatro meses despu¨¦s llam¨® a su madre desde Irak y luego...".
Espa?a se ha convertido en uno de los principales viveros de Europa en el reclutamiento de yihadistas para Irak. Desde la invasi¨®n norteamericana, alrededor de 80 j¨®venes, en su mayor¨ªa magreb¨ªes, se han unido a la insurgencia iraqu¨ª o a las c¨¦lulas terroristas del jordano Abu Musab al Zarqaui, de 39 a?os, seg¨²n los c¨¢lculos de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Al menos dos de ellos han muerto en Bagdad y Nasiriya. Las familias de otros dos han recibido llamadas similares a la del pescador marroqu¨ª en las que se les anunci¨® la muerte de sus hijos. Del resto todo son c¨¢balas y suposiciones. En los paneles de anuncios de varias mezquitas de Andaluc¨ªa cuelgan comunicados del Partido de la Liberaci¨®n-Al Magreb (Hizb ut Tahrir) en los que se piden reclutas para Irak. "Daos prisa en restaurar el califato... Aquel que se entregue antes de la victoria y combata tendr¨¢ mayor categor¨ªa...".
El env¨ªo de muyahidin a Irak se est¨¢ financiando mediante una v¨ªa nueva que ha sorprendido a los investigadores: los beneficios de algunos negocios legales como locutorios, carnicer¨ªas y tiendas de alimentaci¨®n de productos isl¨¢micos en Catalu?a, Madrid, Valencia, Alicante y Navarra, seg¨²n las investigaciones de los cuerpos de seguridad. Sus due?os hacen aportaciones para la yihad sin preguntarse el destino del dinero que llega finalmente a manos de los terroristas a trav¨¦s del sistema hawala, un medio de pago extrabancario basado en la confianza.
"Estamos viendo entregas a cambio del compromiso de que se destine a la yihad. Son cantidades peque?as, pero muchos pocos hacen un mucho. Los donantes no quieren saber detalles, pero est¨¢n seguros de que su dinero se destinara a 'la causa de Dios'. Lo dan a personas que est¨¢n en el circuito yihadista. Son donaciones que hoy no son delito", asegura un responsable de la lucha antiterrorista. Las colectas en las mezquitas que propagan ideas radicales, unas 60 de las 600 que hay en Espa?a, y el tr¨¢fico de drogas son otras fuentes de financiaci¨®n para el env¨ªo de combatientes a Irak.
La tragedia de Abdeslam Hssini, el pescador marroqu¨ª, no termin¨® con el macabro anuncio de la muerte de su hijo. Cuatro meses despu¨¦s, en mayo de 2004, Ahmed, otro de sus 11 hijos, fue expulsado de Siria cuando intentaba entrar en Irak para unirse a la insurgencia. Y lo peor quedaba por llegar. En la madrugada del pasado 10 de enero, cuando el matrimonio marroqu¨ª descansaba en el piso de su hija en San Boi de Llobregat, se despertaron sobresaltados con varias metralletas apuntando a sus cabezas. La polic¨ªa revent¨® la puerta y se llev¨® detenida a su hija F¨¢tima, de 42 a?os, cocinera durante 20 a?os en un bar de Casteldefells.
Fernando Grande-Marlaska, juez de la Audiencia Nacional, la acusa de haber "celebrado" el suicidio en Irak de su hermano Hasan, de ayudar a Ahmed y a otros suicidas a viajar hasta Bagdad y de proponer a su marido, Francisco R¨®denas, un alba?il de 43 a?os natural de Ja¨¦n y convertido al islam, que hiciera lo mismo. "?Qu¨¦ m¨¢s nos puede pasar?", se pregunta Zohra, la madre de esta familia, una mujer rota por el dolor y que defiende la inocencia de su hija.
Francisco, un hombre delgado y menudo, asegura que las acusaciones contra F¨¢tima, su esposa, son falsas y cree que su detenci¨®n es consecuencia de haber alojado en su casa de Casteldefells a Mohamed el Garbuzi, dirigente del Grupo Isl¨¢mico Combatiente Marroqu¨ª (GICM), el grupo que protagoniz¨® la matanza del 11-M. El cl¨¦rigo Garbuzi reside en Londres y en su agenda apareci¨® la direcci¨®n de F¨¢tima. "Mi cu?ado nos pidi¨® que le aloj¨¢ramos", explica. Las conversaciones grabadas a F¨¢tima est¨¢n plagadas de frases cr¨ªpticas y el juez afirma que la cocinera pertenec¨ªa a la red del GICM que env¨ªa muyahidin a Irak.
La madrugada en la que el matrimonio de jubilados marroqu¨ªes vio c¨®mo se llevaban a su hija detenida, la Guardia Civil detuvo en Vilanova i la Geltr¨² al marroqu¨ª Mohamed Mrabet, propietario de dos carnicer¨ªas. Los agentes le acusan de haber reclutado a Belgacem Bellil, de 31 a?os, un argelino que el 12 de noviembre de 2003 se lanz¨® al volante de un cami¨®n bomba contra la base italiana de Nasiriya (Irak) y asesin¨® a 19 carabineros y a 9 iraqu¨ªes.
Bellil es el primer suicida de la insurgencia iraqu¨ª identificado en Europa gracias a la prueba de ADN que se almacen¨® en un cuartel de las tropas de EE UU. En estas dependencias militares hay centenares de pruebas de ADN de otros suicidas cuya identidad se desconoce. Desde el inicio de la guerra se han registrado en Irak m¨¢s de 500 ataques suicidas. El 90% de sus autores eran extranjeros, y la mayor¨ªa, salafistas argelinos como Bellil, seg¨²n estad¨ªsticas oficiales. "La pieza m¨¢s letal de la insurgencia son los extranjeros", ha reconocido el general norteamericano Rick Lynch.
El argelino Bellil trabaj¨® como bracero en Ja¨¦n y en el verano de ese mismo a?o lleg¨® a Vilanova en busca de trabajo. El carnicero Mohamed, "un asistente social sin sueldo", como le define su mujer, Khadija, de 38 a?os, una inglesa de Nottingham convertida al islam, le coloc¨® en su negocio. "All¨ª le comieron el coco para que fuera a la yihad. Tambi¨¦n fueron otros dos marroqu¨ªes detenidos en Siria que no lograron entrar a Irak", asegura uno de los investigadores de la Guardia Civil. Uno de ellos era precisamente Ahmed, hermano de F¨¢tima e hijo del matrimonio de jubilados marroqu¨ª.
En octubre de 2003, Bellil viaj¨® desde Vilanova a B¨¦lgica y desde all¨ª, al igual que la mayor¨ªa de los extranjeros que se unen a la insurgencia, vol¨® hasta Damasco (Siria). En Internet hab¨ªa le¨ªdo en la p¨¢gina Yihaweb la gu¨ªa Camino a Irak, donde se explica "todo lo que necesitas saber para ser muyahidin en el pa¨ªs de los dos r¨ªos" y se dan recomendaciones para pasar inadvertido: vestir vaqueros ajustados y o¨ªr m¨²sica en un reproductor de CD. "En Siria todos los ¨¢rabes pueden entrar sin visado y esto facilita que los terroristas utilicen nuestro pa¨ªs para llegar hasta Irak", se justifica una fuente oficiosa de ese pa¨ªs. "Hay escaso inter¨¦s. El nivel de corrupci¨®n es muy alto y los guardias fronterizos miran hacia otro lado", responden fuentes espa?olas, italianas y francesas de la lucha antiterrorista. Siria y Turqu¨ªa son los principales coladeros hacia Irak.
Bellil llevaba en sus vaqueros tel¨¦fonos de contacto en Damasco y Alepo de la red que env¨ªa combatientes a Irak. Una red que reagrupa a los aspirantes en localidades pr¨®ximas a la frontera y les somete a la denominada "prueba de lealtad al islam". El argelino Bellil pas¨® la prueba: doce horas de conversaci¨®n informal sobre temas como Dios, el f¨²tbol, el islam, Occidente, la familia o la mujer. "No todo el que va a Irak es admitido. En esa entrevista buscan contradicciones para detectar a traidores o esp¨ªas. Sabemos de un yihadista marroqu¨ª y de otro argelino que no fueron aceptados", asegura un agente de la lucha antiterrorista.
Los investigadores destacan que a las 24 horas de llegar a Damasco, Bellil ya estaba en la frontera de Siria con Irak. Y en menos de cuatro d¨ªas, a principios de octubre, el terrorista hab¨ªa entrado en el pa¨ªs ocupado por EE UU. Un mes y medio m¨¢s tarde, el argelino cumpli¨® su sue?o de martirio al volante de un cami¨®n bomba. "Es uno de los casos de permanencia en Irak m¨¢s corto que conocemos", destaca una de las personas que han participado en la investigaci¨®n. El entrenamiento de Bellil no dur¨® m¨¢s de siete semanas. "Los cursos son cada vez m¨¢s r¨¢pidos", apostilla el especialista.
?Qu¨¦ grupo terrorista reclut¨® al argelino? En Irak, adem¨¢s de Al Zarqaui hay una pl¨¦yade de c¨¦lulas diferentes. "El recluta, en principio, busca un nombre pero no termina ah¨ª. Dentro de Irak sus posibilidades de decidir son nulas", asegura esta fuente.
La familia de Bellil no recibi¨® en Argel la llamada de despedida. Nadie les anunci¨® por tel¨¦fono que su hijo hab¨ªa muerto. El suicida se fue sin decir adi¨®s. Un a?o antes hab¨ªa asegurado a su madre que se iba a peregrinar a La Meca, una excusa que algunos terroristas utilizan para desaparecer. La peregrinaci¨®n a La Meca se ha convertido en uno de los procedimientos para ir a Irak. Hay grupos dedicados a captar insurgentes durante su estancia en la Gran Mezquita.
El 12 de mayo de 2005, Ahmed Afallah, de 49 a?os, un alba?il marroqu¨ª de Alhucemas que vive en Espa?a desde 1990, trabajaba en una obra cuando son¨® su tel¨¦fono m¨®vil. Eran las 17.30 y se emocion¨® al o¨ªr la voz de su hijo Mohamed, huido y en paradero desconocido desde el atentado del 11-M. "Se o¨ªa lejos y mal porque hac¨ªa mucho aire. La conversaci¨®n dur¨® s¨®lo un minuto. No tuve tiempo de nada", recuerda sentado en un bar pr¨®ximo a su casa en Legan¨¦s (Madrid), un piso de alquiler subvencionado por el que paga 500 euros al mes.
-Padre, soy Mohamed.
-?D¨®nde est¨¢s t¨²?
-Estoy en Irak.
-?Por qu¨¦ has ido all¨ª?
-Estoy en Irak... No puedo decirte m¨¢s.
-?C¨®mo est¨¢s?
-Estoy bien... ?Padre, perd¨®name! Adi¨®s.
-?Qu¨¦ vas a hacer?
El alba?il hab¨ªa recibido semanas antes un tel¨¦fono m¨®vil de manos de otra persona para que ¨¦ste pudiera despedirse de ¨¦l sin correr riesgos, pero Ahmed entreg¨® el aparato a la polic¨ªa y les cont¨® lo que le hab¨ªa sucedido. Seis d¨ªas despu¨¦s, el 18 de mayo, Ahmed recibi¨® otra llamada. "Era un hombre y ten¨ªa acento ¨¢rabe. El n¨²mero de tel¨¦fono que aparec¨ªa en la pantalla era el mismo que la otra vez", rememora.
-?Qui¨¦n es?
-Soy un amigo de Mohamed.
-?Qu¨¦ pasa con Mohamed!
-Mohamed est¨¢ muerto.
-?Muerto?
-Est¨¢ muerto.
-?Desde d¨®nde llama?
-Llamo desde Irak.
-Pero ?qui¨¦n es usted?
Ahmed, padre de ocho hijos, rompe a llorar frente al periodista y se seca las l¨¢grimas con una servilleta de papel. "No me dijo c¨®mo hab¨ªa muerto, si de un balazo o en un coche bomba. No me dijo nada m¨¢s. Llam¨¦ a mi mujer, Hafda, y se lo cont¨¦. '?Qu¨¦ te pasa?', me pregunt¨® un compa?ero de la obra que no entend¨ªa nada".
Al igual que el viejo pescador marroqu¨ª, Ahmed hab¨ªa roto con su hijo, y ¨¦ste, con una novia en Marruecos con la que pensaba casarse. Ahora lo recuerda as¨ª: "No me daba dinero ni me ayudaba. Meses antes del 11-M nos enfadamos y se march¨® de casa. No sab¨ªamos nada de ¨¦l. Cuando el atentado, yo me preguntaba por qu¨¦ no llamaba. Alguien ha tenido que influir en ¨¦l. Antes era un chico muy cari?oso. Si usted ve a Mohamed sentado aqu¨ª, no se imagina lo que le ha pasado. Yo siempre he dicho a mis hijos que no roben ni hagan da?o a nadie. Aqu¨ª hemos venido a trabajar, no a matar. Me tortura pensar a qui¨¦nes y a cu¨¢ntos habr¨¢ matado ¨¦l".
Mohamed, de 30 a?os, jugaba al f¨²tbol, vest¨ªa vaqueros y parec¨ªa integrado, seg¨²n relatan sus familiares. Sus padres ignoraban que meses antes de irse de casa se hab¨ªa convertido en ayudante de Allekema Lamari, uno de los siete terroristas que protagonizaron la matanza del 11-M. El 3 de abril de 2004, ¨¦ste y otros seis islamistas se suicidaron en un piso en Legan¨¦s, muy cerca de la casa de sus padres. "Celebr¨¢bamos la boda de mi hijo Ibrahim, los hombres en la mezquita y las mujeres en la casa, cuando o¨ªmos la explosi¨®n. Esa noche vino a por las llaves del coche y desapareci¨®", recuerda su padre. El juez Juan del Olmo y la fiscal Olga S¨¢nchez esperan una prueba de ADN para confirmar su muerte.
Al igual que Hasan y Mohamed, muchos de los terroristas que han muerto en Irak se hab¨ªan enfrentado a sus padres o familiares. Aziz el Bakri, un marroqu¨ª de 27 a?os que viv¨ªa con su t¨ªa en Barcelona, muri¨® en Ramadi (Irak) en abril de 2003. Las relaciones con su t¨ªa Naima eran malas. "Si tu padre no es un buen musulm¨¢n, enfr¨¦ntate a ¨¦l", les dicen sus reclutadores.
El general John Abizaid ha asegurado ante el Comit¨¦ del Senado norteamericano que en los ¨²ltimos seis meses han observado un "crecimiento" de los suicidas procedentes del norte de ?frica. "No es una sorpresa, sino un fen¨®meno natural que seguir¨¢ creciendo. En pa¨ªses como Marruecos, donde hay una olla a presi¨®n, la v¨ªa de escape es ir a Irak. Mal¨ª, Nigeria y Chad est¨¢n exportando suicidas", afirma un responsable espa?ol de la lucha contra Al Qaeda.
?Qu¨¦ pasar¨¢ en Europa cuando regresen de Irak los muyahidin que no se han suicidado? "Damos por hecho que el retorno se va a producir. Sospechamos que alguno ya ha vuelto a Espa?a, pero no hay constancia", asegura un experto. Los que regresan lo hacen como l¨ªderes. Mariano Simancas, director adjunto de Europol en Holanda, advierte que a su regreso "ser¨¢n una amenaza seria para los pa¨ªses de la UE". "Cada d¨ªa conocemos m¨¢s casos de extremistas que van desde Europa a Irak", apostilla. Se estima que 100 han partido desde el Reino Unido, 40 desde Francia y 30 de Italia. "Cuando la insurgencia remita los echar¨¢n, y esa gente no sabr¨¢ hacer otra cosa que matar. Querr¨¢n matar aqu¨ª", advierte un jefe policial.
El carnicero marroqu¨ª de Vilanova i la Geltr¨², supuesto reclutador de yihadistas, ten¨ªa en su piso ensayos del fan¨¢tico im¨¢n Abu Qutada, manuales de seguridad y libros sobre el beneficio del martirio. Antes de su detenci¨®n, cuatro de sus hombres se dispon¨ªan a partir hacia a Irak. "?sta es la c¨¦lula m¨¢s ideologizada que se ha detenido. Hemos o¨ªdo cosas que daban miedo. Si les dicen que vayan a suicidarse a las Ramblas en vez de a Irak, van", afirma un responsable de la operaci¨®n.
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