La sequ¨ªa y los pozos ilegales agostan las Tablas de Daimiel
El parque nacional, con s¨®lo 40 hect¨¢reas encharcadas, se encuentra en m¨ªnimos
La madera del embarcadero cruje, est¨¢ reseca. Hace un a?o, esta pasarela era una puerta a la enorme laguna plagada de aves y peces del parque nacional de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real. Hoy s¨®lo se ve tierra y polvo. Las Tablas est¨¢n bajo m¨ªnimos: s¨®lo tienen 40 hect¨¢reas encharcadas; cuando el a?o pasado eran m¨¢s de 1.000. La sequ¨ªa y decenas de miles de pozos ilegales son los responsables. Pese a que la situaci¨®n es dram¨¢tica, la Confederaci¨®n del Guadiana, del Ministerio de Medio Ambiente, ha aumentado la dotaci¨®n para riego.
El Gobierno cree que la situaci¨®n es dram¨¢tica, pero sube la dotaci¨®n para regad¨ªo
Joaqu¨ªn es uno de los nueve guardas del parque. Nacido en Daimiel hace 49 a?os, lleva 18 a?os trabajando en las Tablas. "Hace un a?o ¨ªbamos en barca por aqu¨ª. Ahora -se?ala al suelo- se ven las huellas de los todoterreno. Todo es tierra y polvo", mueve la cabeza. Tiene la piel curtida y piensa lo que va a decir antes de hablar. Es dif¨ªcil pensar que este matorral sea en el papel una de las mayores lagunas de Espa?a. El suelo es polvo, ni siquiera lodo. Es casi imposible imaginar las garzas, ¨¢nades, aguiluchos y aves migratorias que anidan aqu¨ª cada a?o. Alrededor s¨®lo hay carrizo, un matorral que coloniza en sequ¨ªa.
El parque nacional (uno de los 14 que existen en Espa?a) super¨® el curso 2004-2005 con nota, pese a ser el m¨¢s seco desde que hay registros. "Ven¨ªamos de a?os buenos y ten¨ªamos reservas. Pero el segundo a?o de sequ¨ªa ha sido terrible", explica en su despacho el director del parque, Manuel Carrasco, que depende del Ministerio de Medio Ambiente a la espera de la transferencia a la Junta de Castilla-La Mancha.
En el a?o hidrol¨®gico 2004-2005 (de septiembre a agosto) cayeron sobre el parque 221,9 litros de lluvia por metro cuadrado. La cifra es la mitad de la media hist¨®rica. Pese a ello, las Tablas ten¨ªan en enero del a?o pasado 1.000 hect¨¢reas encharcadas. La superficie con agua era superior a la media, porque el paraje rara vez ha alcanzado las 1.600 hect¨¢reas encharcables. Desde septiembre de 2005 han ca¨ªdo 143 litros (cifra rid¨ªcula porque el oto?o es la temporada m¨¢s lluviosa) y esta vez la superficie encharcada se ha reducido a m¨ªnimos nunca vistos desde la terrible sequ¨ªa de 1990-1995. Entonces, a la situaci¨®n actual se lleg¨® en 1995, tras un ciclo seco de a?os.
Las 40 hect¨¢reas de agua son en gran parte ficticias. Los r¨ªos Guadiana y Cig¨¹ela, que al rebosar forman el parque, est¨¢n secos. No llevan ni gota. Su cauce es un reguero de piedras. Los responsables del parque bombean agua del subsuelo y han taponado el Guadiana para que el agua no corra. Como el terreno es llano, el agua se queda m¨¢s o menos estable. El viento crea min¨²sculas olas. A 11 kil¨®metros est¨¢n los ojos del Guadiana, pero s¨®lo porque un cartel lo dice. Hace 20 a?os dejaron de manar.
La sequ¨ªa es el problema coyuntural, pero el m¨¢s grave es el estructural: la sobreexplotaci¨®n del acu¨ªfero 23, una gigantesca bolsa de agua de 500.000 hect¨¢reas. En los a?os 60 almacenaba 12.500 hect¨®metros c¨²bicos de agua. Hab¨ªa tanta agua (cada hect¨®metro equivale a un volumen como el estadio Santiago Bernab¨¦u) que rebosaba por todas partes en ojos y formaba lagunas y r¨ªos. Se llamaba La Mancha h¨²meda y ya no queda nada.
En los a?os 60 hab¨ªa 1.500 pozos y hoy unos 70.000, seg¨²n la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana. Nadie sabe la cifra exacta porque la mayor¨ªa son ilegales (alegales, seg¨²n los agricultores). Cada a?o extraen m¨¢s de 400 hect¨®metros, el doble del agua que llega, seg¨²n Carrasco. En los ¨²ltimos 25 a?os, el nivel del acu¨ªfero ha bajado 20 metros, el equivalente a 2.500 hect¨®metros, seg¨²n un estudio de octubre de 2005 del Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a (IGME), del Ministerio de Fomento. Como explica Carrasco, "no hay que ser economista por Harvard para darse cuenta de que si cada a?o sacas el doble de lo que entra, acabas sin nada". Miguel ?ngel Hern¨¢ndez, de Ecologistas en Acci¨®n, critica que la sobreexplotaci¨®n haya puesto en peligro el parque nacional.
Junto al cartel que anuncia la entrada al reseco parque, los agricultores preparan las tuber¨ªas para regar el cereal con agua de pozo. En la comarca se riega cereal, pero tambi¨¦n ma¨ªz (que consume mucha agua), remolacha y la vi?a. Los pozos han permitido el desarrollo econ¨®mico de la zona.
El secretario general de la organizaci¨®n agraria Asaja en Castilla-La Mancha, Jos¨¦ Mar¨ªa Fresneda, admite que "las Tablas est¨¢n jodidas", pero defiende a los agricultores: "Es gente que hace 10 a?os, en la ¨²ltima sequ¨ªa abri¨® un pozo para que no se le secara la vi?a. No se pueden cerrar los pozos, si acaso incentivar cambios a cultivos que consuman menos agua. Es como si a usted le quitan el ordenador, su medio de trabajo, s¨®lo porque lo compr¨® sin papeles". Fresneda advierte de que cerrar todos los pozos "supondr¨ªa una guerra civil" y afirma que en este caso "la realidad social est¨¢ por encima de la ley".
Ante la situaci¨®n, el ministerio anunci¨® en junio pasado mediante una nota "una moratoria en las actuaciones sancionadoras en el Alto Guadiana hasta que se supere la actual situaci¨®n excepcional de sequ¨ªa", en l¨ªnea con las demandas de Fresneda y de la Junta de Castilla-La Mancha, del PSOE. Eso supon¨ªa dejar en el caj¨®n 5.000 expedientes sancionadores. El PP acus¨® a Medio Ambiente de prevaricar y el ministerio despu¨¦s asegur¨® que la palabra moratoria estaba mal empleada. Hace dos semanas rectific¨® el borrador de Ley de Aguas que present¨® al Consejo Asesor de Medio Ambiente y que propon¨ªa una amnist¨ªa a los pozos ilegales.
El departamento que dirige Cristina Narbona ces¨® hace un mes al presidente de la confederaci¨®n y al comisario de aguas por no cumplir la moratoria y por la presi¨®n de la Junta de Castilla-La Mancha, seg¨²n todas las fuentes consultadas.
El reci¨¦n nombrado presidente de la Confederaci¨®n del Guadiana, Enrique Calleja, afirma que "muchos pozos son ilegales por el encorsetamiento de la ley" y apuesta por encontrar una soluci¨®n con consenso, no a base de sanciones. Pese a que Calleja admite la situaci¨®n dram¨¢tica de las Tablas, la confederaci¨®n, dependiente del ministerio, ha aprobado un r¨¦gimen de extracciones para 2006 que aumenta el agua para riego, algo que mermar¨¢ a¨²n m¨¢s el parque. El acuerdo destina 213 hect¨®metros para riego, 43 m¨¢s que en 2005 y va en contra del resto de confederaciones del ministerio que desde hace un a?o restringen el agua de riego para garantizar el consumo.
El director del parque, Manuel Carrasco, admite que la decisi¨®n "es dif¨ªcil de entender". "En a?os de sequ¨ªa, lo normal es que se recorte el riego", argumenta. Carrasco no pide el fin de los pozos, "sino que puedan convivir las Tablas con la agricultura".
La convivencia no ser¨¢ este a?o. Las aves ya no ir¨¢n a Daimiel, buscar¨¢n otros humedales. Quienes no se pueden ir son los peces, nutrias y anfibios que viven all¨ª. Las Tablas de Daimiel y la naturaleza han vuelto a perder.
Sin trasvase de socorro
La ¨²nica esperanza de las Tablas de Daimiel era el agua del Tajo. El patronato del parque pidi¨® en noviembre al Gobierno un trasvase de 20 hect¨®metros de agua del Tajo en previsi¨®n de que se llegara a la situaci¨®n actual. El trasvase est¨¢ previsto en la ley y el ministerio qued¨® en estudiar la petici¨®n. Aunque se da de margen hasta final de mes, todas las fuentes consultadas coinciden en que s¨®lo un diluvio permitir¨ªa trasvasar agua.
El problema es que el cauce del Cig¨¹ela, por el que se manda el agua desde el trasvase Tajo-Segura est¨¢ pr¨¢cticamente seco, por lo que la mayor¨ªa del agua se filtrar¨ªa antes de llegar a su destino. Adem¨¢s, los embalses de los que parte el trasvase est¨¢n en una situaci¨®n precaria: almacenan 295 hect¨®metros c¨²bicos (el 11,9% de su capacidad) y cuando alcancen los 240 la ley proh¨ªbe trasvasar agua. M¨¢s de dos millones de personas de Murcia y Alicante dependen del agua del Tajo para beber, as¨ª que el ministerio no quiere poner en peligro el abastecimiento. Adem¨¢s, el tiempo juega en contra. Cada mes que pasa aumenta la temperatura y por lo tanto la evaporaci¨®n del agua trasvasada. El ministerio explica que si en las pr¨®ximas dos semanas no se aprueba, no habr¨¢ trasvase.
El alcalde de Daimiel, Jos¨¦ D¨ªaz del Campo, del PP, pide el trasvase y apela a la solidaridad del Gobierno de Murcia, tambi¨¦n del PP. Sin trasvase, las Tablas pueden llegar a secarse del todo. "Tendremos que bombear m¨¢s agua del acu¨ªfero para mantener un m¨ªnimo y que no se muera todo", explica el director del Parque Nacional, Manuel Carrasco. Con estos artificios, m¨¢s que un parque nacional, parece un parque tem¨¢tico.
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