Las gr¨²as municipales comienzan a desmantelar el poblado de La Quinta
Las 100 familias, muchas dedicadas a la venta de hero¨ªna, abandonar¨¢n la zona este a?o
La Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) ha iniciado el desmantelamiento del poblado chabolista y marginal de La Quinta, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Los inspectores de este organismo acudieron ayer con una fuerte presencia policial para comprobar que una empresa especializada iniciaba la demolici¨®n de las infraviviendas desocupadas y cuyos moradores no pagaban el alquiler impuesto por el Ayuntamiento. Las previsiones municipales recogen que toda la zona quede libre de edificaciones -cerca de un centenar- antes de que termine el verano. Los residentes de la zona, muchos dedicados a la venta de hero¨ªna y la chatarra, se quejaron de que el Consistorio no les daba una vivienda digna donde poder instalarse.
Un f¨¦rreo dispositivo policial se encarg¨® de proteger a los inspectores de la EMV y a los operarios dedicados al derribo de las infraviviendas. Los trabajos comenzaron sobre las nueve de la ma?ana y continuaban los iniciados la semana pasada. Una enorme m¨¢quina excavadora camin¨® despacio hasta la calle de los Chalaneros, cerca de la M-40. Se plant¨® delante de una de las viviendas rojizas, que constan de planta baja, y empez¨® a demolerla. Primero, inici¨® los trabajos por el tejado. Los muros ca¨ªan como si fueran de papel. Un simple golpe lateral bastaba para que toda la estructura cayera como un mecano.
Conforme se ven¨ªan abajo las paredes, se quedaban al descubierto las interioridades de las viviendas, como el solado de los cuartos de ba?o. Tambi¨¦n se pod¨ªa ver alguna televisi¨®n antigua abandonada o juguetes inservibles, adem¨¢s de basura.
El tirar abajo una vivienda no les supon¨ªa m¨¢s de 10 ¨® 15 minutos, dada la falta de consistencia de los materiales de construcci¨®n. Antes de iniciar la demolici¨®n, operarios vestidos con trajes blancos se encaramaban a los tejados y pertrechados con cuerdas desmontaban una a una las placas de uralita que proteg¨ªan los tejados. "Como se ha demostrado que son cancer¨ªgenas, no se pueden juntar con el resto de escombros. Hay que reciclarlas", comentaron fuentes municipales.
El poblado, uno de los que m¨¢s trabajo ha dado ¨²ltimamente a la polic¨ªa, estaba plagado de agentes. El llegar en coche ya supon¨ªa una inversi¨®n de tiempo. Un f¨¦rreo control de acceso imped¨ªa la entrada a cualquier persona ajena. Los polic¨ªas destacados en el lugar aprovecharon para pedir la documentaci¨®n a los visitantes y la de sus veh¨ªculos.
Como se trata de una zona abierta, tambi¨¦n hab¨ªa agentes montados a caballo que no paraban de dar vueltas por si alguien intentaba entrar por los caminos que hay junto a las v¨ªas del tren o en cualquiera de los extremos. El dispositivo conjunto del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y de la Polic¨ªa Municipal de la capital hizo que m¨¢s de 80 agentes estuvieran vigilando la zona. Los antidisturbios se encargaban, escopeta en mano, de asegurar las zonas m¨¢s peligrosas, donde se estaban efectuando los derribos.
Mientras, los chavales correteaban por las zonas m¨¢s tranquilas en medio de un ambiente de podredumbre y de basura. Cuando el reloj marcaba la una de la tarde aproximadamente, los moradores de La Quinta empezaron a encender lumbres y sa car peque?as barbacoas. A los pocos minutos de que se hicieran los fuegos comenzaron a asar chuletas y panceta por doquier.
Toneladas de escombros
Despu¨¦s de que el conductor de la excavadora derribara las viviendas, llegaban otros compa?eros y cargaban los escombros en camiones de gran tonelaje. De este modo, dejaban el solar limpio y evitaban que con ese material de desecho fueran levantadas nuevas infraviviendas.
Varias brigadas del Servicio de Limpieza Urgente (Selur) del Ayuntamiento de Madrid esperaron en la calle de acceso al poblado para asear toda la zona.
Fuentes municipales se?alaron que este poblado ser¨¢ completamente derribado antes de que termine el verano.
Los trabajadores sociales del Instituto Madrile?o de Realojo (IRIS), dependiente de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n del Territorio, iniciaron ayer por la ma?ana la recogida del mobiliario y la documentaci¨®n que ten¨ªan en la calle de los Chalaneros. Un equipo de mudanzas se llev¨® los enseres ante el riesgo de que los moradores de las viviendas la emprendieran a tiros contra el local, como han hecho en otras ocasiones. ?stos les han culpado en otras ocasiones de los problemas y de los desalojos que ha habido en La Quinta. Fuentes del Gobierno regional no descartan que sigan haciendo su trabajo de formaci¨®n y de inserci¨®n en la sociedad, ya que algunos de los hombres mayores y con autoridad de la zona pidieron que no se marcharan.
De hecho, se vivieron escenas duras entre los trabajadores sociales, que se despidieron con l¨¢grimas en los ojos de los residentes del poblado. "Ma?ana no venimos ya", dec¨ªa lacrimosa una de las empleadas del IRIS.
M¨¢s derribos
Los derribos no van a parar. Ayer mismo, dos agentes judiciales acudieron al mediod¨ªa para entregar dos ¨®rdenes de desahucio. Las familias hab¨ªan dejado de residir en los domicilios que constaban en el juzgado. En otra ocasi¨®n, los moradores hab¨ªan abandonado la vivienda, ya que se hab¨ªan mudado a otros poblados chabolistas.
Fuentes policiales se?alaron que la actividad de demolici¨®n de La Quinta continuar¨¢, previsiblemente, hasta el pr¨®ximo jueves. Ser¨¢ entonces cuando se acabe con la primera fase para terminar con este poblado chabolista que ha tra¨ªdo de cabeza a la polic¨ªa en los ¨²ltimos a?os.
"Se necesita un gran esfuerzo de gente, pero es necesario acabar con este poblado por el que transitan decenas de drogadictos. Adem¨¢s, el problema es que muchos iban muy mal y el tren les pegaba alg¨²n golpe que les costaba la vida. Aqu¨ª s¨®lo hay miseria", se?alaron fuentes policiales.
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